En medio de la conmoción por la violencia desatada en Rosario -donde las escuelas han sido objeto de balaceras, donde un niño inocente ha sido asesinado impunemente y otros han sido heridos de gravedad-, volvemos a hablar de un tema tan relevante como la educación, precisamente en honor a ellos, nuestros chicos más vulnerables.
Lo importante después del derecho a la vida, tiene que ver con el derecho a una educación de calidad que rompa ese círculo de violencia, marginalidad y pobreza. La escuela, el segundo hogar, como lo llamamos durante décadas, asumió ese rol hasta que las ideologías pseudoprogres la degradaron hasta convertirla apenas en una institución social. Un lugar que se habita, donde eventualmente se come, y rara vez se aprende.
En este comienzo de clases en Santa Fe, signado por la pérdida de 4 días de clases, gracias a los paros nuestros de cada año, la administración educativa de la provincia ha redoblado la apuesta por una reforma educativa. La misma que ya fue rechazada por toda la comunidad desde que a fines del año pasado trató de imponerla a golpe de circulares y resoluciones que violaban el orden establecido por el decreto 181/06.
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La sólida resistencia de los Directivos Autoconvocados, a través de los medios y apoyo legislativo, frenó la medida a principios de febrero, justo después de que la provincia de Buenos Aires anunciara medidas semejantes y el tema tomara relevancia nacional. Parecía una pequeña victoria, frente a un proyecto que buscaba imponerse en 2023.
Finalmente antes de fin de mes, anunciaron las Trayectorias Escolares Únicas, Continuas y Completas, en principio de carácter “optativo” al que teóricamente habían suscripto 10 escuelas “voluntariamente”.
Lo voluntario contrasta con la modificación de hecho de la plataforma para cargar las notas. Los directivos pudieron comprobar que en lugar de tres trimestres, aparecen dos cuatrimestres. Todo esto sin mediar una normativa oficial, pues todavía está vigente el Decreto 181/09.
Las anomalías continuaron, ya que tampoco se han registrado las notas de los alumnos en los libros de actas de exámenes. Recordemos que estas actas, son un documento público, que se vuelcan luego al libro matriz, el cual es la fuente desde donde se expedirá el certificado analítico correspondiente al título secundario. Una vez más la falta de cumplimiento de la norma legal perjudicará a miles de chicos que cuando necesiten pedir su certificado de estudios, tendrán muchas dificultades para verificar qué materias aprobaron y cuáles no.
La escalada de presión ministerial ha avanzado en reuniones con directivos y supervisores presentando la nueva estructura como un hecho, y sin atender a los cuestionamientos que sólo han podido ser realizados por escrito sin posibilidad de diálogo.
El foco en los aprendizajes se ha desplazado falazmente hacia la repitencia y es preocupante observar que varias jurisdicciones están cristalizando las nefastas resoluciones del CFE de la pandemia, para enmascarar las consecuencias de la falta de una política educativa que evaluara y remediara la catástrofe educativa que padecen millones de niños y jóvenes de todo el país. Las categorías de Trayectorias Sostenida, Intermitente y Baja Intensidad, dejan a las familias en la confusión de no saber a ciencia cierta si su hijo aprendió y qué calificación merece, en un lenguaje asequible y claro.
En qué consiste esta reforma educativa santafecina?
- En primaria, el primer ciclo lo constituyen 1°, 2° y 3° grado y se promueve automáticamente. Lo mismo pasa en el segundo ciclo 4° a 6° grado. La novedad es que en 7° grado, la cursada está dividida en dos cuatrimestres como en la propuesta para secundaria. El único criterio de avance es cronológico.
- En secundaria la organización curricular (suponemos) que es la que presentaron en noviembre ´22, en Trayectos que agrupan arbitrariamente las materias y cuya calificación es colegiada; por lo que pueden pasar debiendo una cantidad de materias indeterminada. (no hay ninguna precisión oficial al respecto)
- En el l° Ciclo Básico , 1°y 2° año, es de promoción automática. No se repite. Y nuevamente pasan con una cantidad de materias indeterminada.
- El Ciclo Orientado (3° a 5°año) tiene las mismas características debiendo aprobar al menos 2 trayectos.
- La asistencia no tiene ninguna consideración. Dicen que es importante, pero no hay ninguna medida lo que evidencie (nadie se queda libre por faltas)
- Los períodos de evaluación son de 2 cuatrimestres, y las notas no las pone el profesor, sino un Consejo Académico integrado por Preceptores, docentes, facilitadores de la convivencia y directivos. Y si deciden que repita deberá ser aprobado por la Supervisión.
Evidentemente, la autoridad del docente desaparece, así como la objetividad, dado que opinarán personas que no pueden verificar que el alumno aprendió cada una de las materias .
¿Podría un profesor de matemática, o un preceptor, juzgar si un alumno aprendió historia, economía o cualquier otra materia? ¿Cuál es el criterio de justicia y objetividad fundada en el conocimiento que da soporte a este tipo de evaluación colegiada?
También es evidente la contradicción entre la aprobación por trayectos y la del Consejo Académico.
Los alumnos siempre serán responsabilidad de las escuelas, hasta que terminen de acreditar (aunque pasen años) las materias que deben. Esto implica que ya no tendrán la opción de pasar a una EMPA (secundaria de adultos), con lo que se plantea otra consecuencia indeseada, el vaciamiento y posible cierre de esas escuelas que ya no tendrán alumnos, ni sus docentes trabajo.
Hemos verificado en el mes de febrero, que alumnos con más de 10 materias no sólo han pasado, sino que se les ha generado un Trayecto a medida, para que apruebe esa cantidad de materias con un solo trabajo. A eso le llaman ABP? .
La pregunta que todos se hacen es por qué a ocho meses de terminar una gestión para el olvido, hay tanta urgencia en modificar el régimen de acreditación y promoción. Porque en ningún momento se ha avanzado en lo curricular o en cualquier medida que pueda evaluar los aprendizajes de los alumnos para establecer algún tipo de plan de mejora. De eso no se habla.
Es evidente que la única preocupación pasa por eliminar de los registros los indicadores de repitencia, sobreedad y abandono. Todos pasarán regidos sólo por la cronología. Los alumnos nunca perderán la regularidad, pues tampoco la asistencia es un parámetro a evaluar. La directiva es que los chicos estén el la escuela, a como dé lugar. Aprender es lo de menos. Una medida de enorme gravedad, un verdadero fraude a los niños y sus familias.
Hacia dónde vamos
Seguramente pronto saldrá un decreto que deje sin efecto el 181/09, que motivó la resistencia de toda la comunidad educativa, calificando de ilegal esta pseudo reforma trasnochada, donde nadie ha pensado en lo niños (excepto los docentes), donde ha prevalecido el relato político por sobre la verdad. Como no ha podido ser impuesta por la razón, lo será por la fuerza.
Entonces cabe preguntarnos hacia dónde va la educación en Santa Fe. Qué queremos los educadores para el presente y el futuro de nuestros niños.
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Sin duda, creemos que hace falta una mejora de la calidad, y eso implica pensar en una reforma sistémica, poner metas y evaluaciones de mediano y largo plazo para recuperar los aprendizajes perdidos, y para poder formular los nuevos, los que necesitarán para desempeñarse en el siglo XXI. Los niños y jóvenes son el eje de nuestro trabajo, a ellos nos debemos.
Una reforma educativa que prestigie la labor docente, a partir de una carrera basada en el mérito, que reconozca la capacitación, y los logros de los que están en el territorio, y permita un ascenso horizontal potenciado por la especialización. Y una remuneración que reconozca todo ello.
Para eso necesitamos enseñar distinto, y darles las herramientas a los que están en etapa de formación y a los que están en ejercicio.
También necesitamos fortalecer la alianza con las familias, que nos pusieron de pie durante la pandemia.
Pero sobre todo necesitamos recuperar los valores que hicieron grande a este país, los que están en nuestra Constitución, los de la Libertad, frente al adoctrinamiento; los de la Cultura del trabajo y el esfuerzo, frente al facilismo demagógico; y los de la Igualdad ante la ley, frente a la falacia de igualar para abajo, y sobre todo en Paz, “EN UNION Y LIBERTAD”.
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