Sin lugar a duda el Papa Francisco ha sido gravitante durante estos 10 años en su condición de primer connacional, sumo pontífice de la Iglesia Católica. En el contexto del diálogo interreligioso, Francisco ha marcado clara y contundentemente un compromiso con la apertura, la visibilidad y el encuentro constructivo. Y esta cultura del encuentro tanto para la propia cristiandad como en lo interreligioso e intercultural, no fue in abstracto. Por lo contrario, residió en acciones concretas impactando en la relación del catolicismo con otras religiones abordando sinérgicamente acuciantes temas de índole nacional e internacional, demandando soluciones globales a problemáticas globales. En este sentido los graves peligros relacionados con la contaminación, el cambio climático, la economía, la enemistad social, la injusticia, la afectación a la dignidad de la vida humana, la desigualdad, la exclusión y las guerras fueron los principales tópicos de sus encíclicas, Fratelli Tutti (2020), Laudato Si (2015), Lumen Fidei (2013).
En estas, por característica propia de Francisco, promoviendo las declaraciones con acciones, se describen desde el catolicismo no sólo los ideales en las relaciones humanas cotidianas, comunitarias, políticas e institucionales más la inescindible dependencia existencial del humano con su medio ambiente, sino además los caminos para su logro.
En términos macro, de gobernanza y crisis humanitarias, son muy claras sus referencias y acciones para lidiar con la manipulación y deformación que padece la democracia, la libertad y justicia, más la pérdida del sentido social e histórico, sumando la cultura del descarte y las aberraciones manifiestas en las nuevas formas de esclavitud, la trata, el aborto a demanda y el tráfico de órganos, proliferando las mafias. Siempre atravesado por el mismo denominador, la demanda por el servicio al bien común centrado en la dignidad de cada ser humano en todos los aspectos de la vida, buscando soluciones a todo lo que atenta contra los derechos humanos fundamentales.
El deterioro de la ética, el rol de los medios de comunicación masiva e incluso la falta de libertad religiosa como derecho fundamental en ciertos lugares del mundo, son otros de los tópicos centrales de Francisco durante estos primeros 10 años al frente de su papado.
Su incansable derrotero para participar en encuentros ecuménicos y reforzar su mensaje apoyando a diversas sociedades en crisis humanitarias, pobreza y explotación, marginalidad y abusos, refugiados y migrantes más graves problemáticas y confrontaciones políticas, son otros ejemplos de un compromiso con los hechos que acompañan la palabra. Fueron casi 60 viajes internacionales a lugares, que como en Irak y Emiratos es la primera vez que un Papa visita, y otras zonas que con sus diferentes conflictos fueron visitados por Francisco dialogando con y peticionando a sus líderes.
No puedo soslayar, por último, que Francisco en el 2016 aprobó nuevos estatutos para la Pontificia Academia para la Vida, estableciendo la selección y designación de sus miembros sin ninguna discriminación religiosa y exclusivamente por su calidad académica e integridad personal. Yo mismo soy prueba de ello al ser el primer rabino designado miembro titular de dicho máximo organismo en bioética. Y esto reforzó muy significativamente a nivel nacional el trabajo y esfuerzo conjunto entre bioeticistas de diferentes credos para, por ejemplo, producir en Argentina durante el 2020, el Marco Bioético de las Religiones Monoteístas en Ocasión del Covid 19 como protocolo de triage y asignación de recursos vitales bajo estándares éticos internacionales, el cual tuvo el beneplácito de la Legislatura Porteña. Otro resultado de esta política constituida desde aquellos nuevos estatutos, fue el acuerdo histórico a nivel internacional y refrendado nacionalmente entre el judaísmo, cristianismo e islam, conocido como la Declaración de las Religiones Monoteístas Abrahámicas sobre Cuestiones del Final de Vida (2019), ofreciendo alternativas que dignifican la vida humana incentivando los cuidados paliativos, frente a propuestas eutanásicas y veterinarias. Por último, otras acciones y convenios con las más importantes empresas tecnológicas para el desarrollo de una ética en la aplicación y uso de nuevas tecnologías, inteligencia artificial, neuro y biotecnologías, robótica, edición genómica más biovigilancia (2020), han construido soluciones conjuntas a los comunes desafíos en nuestra aldea global.
El próximo jueves 16 de marzo a las 19 hs en el auditorio Manuel Belgrano de la Cancillería Argentina será una ocasión especial para tomar conciencia del acontecimiento único en la historia de la República Argentina, analizando la labor pastoral del Papa Francisco en la Iglesia y en el mundo. El acto, organizado por ACDE, Fundación Arché, CUDES y Asociación Civil Casa Común, contará con personalidades nacionales e internacionales conocedores de la labor del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, entre los cuales estarán presentes, Austen Ivereigh, Massimo Borghesi, Jorge Castro, Elissabeta Piqué, Paola Delbosco, Humberto Podetti, Gustavo Carrara y quien escribe.
*El autor es el primer rabino y académico argentino, a quien el Papa Francisco designó en el 2017 y renovó su membresía en el 2022, como miembro titular de la Pontificia Academia para la Vida, Vaticano, siendo el primer clérigo judío en dicho máximo organismo internacional en bioética.
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