“Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.” (Joel:13)
La renuncia del Papa Benedicto XVI fue anunciada el 11 de febrero de 2013 por el mismo pontífice en la Sala Clementina del Vaticano a los cardenales allí presentes, para hacerse efectiva el 28 de ese mes. La noticia sacudió al mundo y no solo al mundo católico. Hacía más de 700 años que algo así no sucedía. La información llegó al escritorio del arzobispo de Buenos Aires cuando faltaban dos días para el Miércoles de Ceniza (13/2/2013) sin embargo esta circunstancia no alteró el programa de ese día.
En el barrio de Flores el Arzobispo presidiría la Santa Misa vespertina en recuerdo y homenaje de Santa Bernardita, la niña que tuvo las apariciones de la virgen María en Lourdes, Francia del 11 de febrero al 16 de julio de 1858. Fue a las 6 de la tarde en un altar improvisado sobre una tarima, en medio de una calle, a pocos metros de la parroquia Nuestra Señora Inmaculada de Lourdes y a pocas cuadras de la casa donde Jorge Mario Bergoglio, quien nadie podía sospechar que sería el próximo pontífice y sucesor de Ratzinger, había nacido 76 años atrás.
La última misa “callejera” del Padre Jorge -como lo llamamos sus amigos y conocidos -tan sólo fue registrada por la periodista Alicia Barrios del diario Crónica y por este cronista que portaba una cámara con la que captó las imágenes que se acompañan. El nada inusual suceso de la misa, en cambio, pasó desapercibido para el resto de la prensa nacional. Las fotos pueden verse en nuestra nota titulada Bergoglio y una misa en Flores, 30 días antes de convertirse en Papa.
¡Que Dios y la Virgen te hagan Papa, Bergoglio!
Unas trescientas personas asistieron en medio de un clima de entusiasmo devocional aumentado por la presencia del Arzobispo lo que no ocurría todos los días. Atardecía y la ceremonia transcurrió con normalidad hasta que se oyó un grito inesperado. Una mujer morena, bien de barrio, en el primer instante que seguía al fin de la misa gritó, con voz clara y fuerte: “¡Que Dios y la Virgen te hagan Papa, Bergoglio!”, muchos nos preguntamos ¿será una loca? y después desapareció… y no pudo ser identificada, pero la vimos y está fotografiada apoyada en la baranda que servía de separación entre la feligresía y el altar.
Las especulaciones de la prensa local sobre la sucesión del Papa
Los medios de Argentina no creyeron, o no quisieron creer, y el gobierno tampoco, en la probabilidad del llamado a nuestro Cardenal para sentarse en el trono de Pedro, hecho que lejos de descartar era considerado en tapa por diversos medios europeos de esos días, como por ejemplo, el Handelsblatt o el Frankfurter Allgemeine Zeitung de Alemania.
El último Mensaje Cuaresmal del Cardenal Jorge Mario Bergoglio
El Arzobispo de Buenos Aires, integrante del Cónclave que se convocó inmediatamente después de la renuncia del Papa Benedicto XVI y que se reuniría en los primeros días de marzo en Roma para elegir al sucesor de San Pedro, viajó a esa ciudad antes de fin de mes, iniciada la Cuaresma.
La Cuaresma para los cristianos son los cuarenta días que van desde el Miércoles de Ceniza hasta la Pascua de Resurrección donde celebramos la victoria de Cristo sobre el pecado, la muerte y el mal. Rememoran los 40 años del Éxodo de los judíos en Egipto. Se lo estima un tiempo favorable para la conversión o reconversión.
Comienza el miércoles de Ceniza para recordarnos que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentre en el cielo. Desde este reconocimiento de nuestra finitud y afirmación de nuestra fe y lejos de toda soberbia estamos más predispuestos para “ver” la realidad con la cual estamos conviviendo. Es un alto en la montaña y como despertar desde la cumbre.
Una homilía que -desafortunadamente -sigue gozando de una gran vigencia
Repasando aquellas jornadas previas al viaje del Cardenal de Buenos Aires a Roma releemos su homilía en ocasión del inicio de la Cuaresma del miércoles 13 de febrero del 2013 en la que entre otras consideraciones nos describe la realidad que el “ve” y con la cual convivíamos, y en la que -agravada en grado sumo en todas sus dimensiones negativas -seguimos sumergidos los argentinos.
El drama de la violencia
La realidad “del drama -dice el Cardenal Bergoglio en su homilía de 2013 -(que) está en la calle, en el barrio, en nuestra casa y, por qué no, en nuestro corazón… la violencia que mata, que destruye familias, aviva guerras y conflictos...”
La envidia, el odio, la calumnia y la mundanidad
En esta su última homilía Cuaresmal como Arzobispo de Buenos Aires (nos invita a que veamos que) “convivimos con la envidia, el odio, la calumnia, la mundanidad en nuestro corazón”, sentimientos arraigados en muchos de los habitantes de esta tierra.
Los inocentes que sufren, el desprecio a los derechos de las personas y de los pueblos más frágiles
“El sufrimiento de inocentes y pacíficos no deja de abofetearnos; el desprecio a los derechos de las personas y de los pueblos más frágiles no nos son tan lejanos”.
El imperio del dinero, la droga, la corrupción, la trata de personas
“…el imperio del dinero con sus demoníacos efectos como la droga, la corrupción, la trata de personas - incluso de niños - junto con la miseria material y moral son moneda corriente;”
La destrucción del trabajo digno, las emigraciones por la falta de futuro
“La destrucción del trabajo digno, las emigraciones dolorosas y la falta de futuro se unen también a esta sinfonía”.
Nuestros errores y pecados como Iglesia
“Nuestros errores y pecados como Iglesia tampoco quedan fuera de este gran panorama. Los egoísmos más personales justificados, y no por ello más pequeños; "
La falta de valores éticos
“… la falta de valores éticos dentro de una sociedad que hace metástasis en las familias, en la convivencia de los barrios, pueblos y ciudades, nos hablan de nuestra limitación, de nuestra debilidad y de nuestra incapacidad para poder transformar esta lista innumerable de realidades destructoras.”
Manos a la obra: ayunar, rezar y ayudar en comunidad
Por eso este tiempo de cuaresma siendo siempre un tiempo para la conversión o re-conversión, para retomar nuestra relación con Dios, confesar nuestros errores y nuestros pecados y “viendo” la realidad que hay que cambiar tenemos que pasar a la acción que consiste en el ayuno, la oración y la ayuda pero no en soledad, no ensimismados, sino abiertos a los otros, en el nosotros, en comunidad. No se trata de transformarse en alguien (simplemente) impecable, virtuoso…
…porque “no hay virtud si, en lo hecho, no haces el bien a otros”
Dice en su homilía el Cardenal Bergoglio que «Ningún acto de virtud puede ser grande si de él no se sigue también provecho para los otros... Así pues, por más que te pases el día en ayunas, por más que duermas sobre el duro suelo, y comas ceniza, y suspires continuamente, si no haces bien a otros, no haces nada grande». (San Juan Crisóstomo).
Hoy el Papa en esta próxima Cuaresma nos invita a hacer algo así como “una excursión de montaña”
Hoy el Obispo de Roma y Jefe de la Iglesia universal nos invita en general, a todos claro, en la Cuaresma que se inicia el próximo miércoles 22 a hacer algo así como “una excursión de montaña” superando nuestras resistencias a seguir a Jesús. El Pontífice escribe que “debemos dejarnos conducir por Él a un lugar desierto y elevado, distanciándonos de las mediocridades y de las vanidades”.
“Es necesario -dice el Papa -ponerse en camino, un camino cuesta arriba, que requiere esfuerzo, sacrificio y concentración, como una excursión por la montaña” y nos invita a no hacer el ascenso solos sino juntos con Jesús y los otros, hacer un camino sinodal (en conjunto con los otros, en asamblea, la aclaración es nuestra).
“Como en cualquier excursión exigente de montaña, a medida que se asciende es necesario mantener la mirada fija en el sendero; pero el maravilloso panorama que se revela al final, sorprende y hace que valga la pena”. (Vatican News, 17 de febrero de 2023).
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