La transformación de la educación superior de la mano del sector privado

Para abordar los desafíos institucionales a futuro, será clave continuar invirtiendo en estrategias de capacitación y apoyo continuo para el personal universitario

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Más de la mitad de
Más de la mitad de las instituciones encuestadas identifican cambios en las demandas laborales a partir de la pandemia

La manera en que las instituciones educativas mantuvieron su vínculo con los estudiantes durante la pandemia, en algunos casos con mayor intensidad que otros, fue gracias a la transformación digital que llevaron adelante.

A diferencia de los otros trayectos formativos, la educación superior ya venía incursionando en este modelo de enseñanza virtual, por lo que su respuesta ante el aislamiento provocado por el COVID-19 se dio más rápidamente en aquellas instituciones que no contaban con ofertas de este tipo y se vio incrementada en todas las que sí ofrecían cursadas virtuales, sumando nuevas estrategias.

Es en esta línea que el Diálogo Interamericano realizó un estudio con el objetivo de averiguar el impacto de la pandemia sobre las estrategias digitales que las Instituciones de Educación Superior ya venían desarrollando en América Latina y el Caribe. Los resultados a la encuesta llevada a cabo pusieron de relevancia algunas cuestiones que vale la pena citar.

Por un lado, la pandemia provocó un crecimiento en la adopción temporaria de modelos híbridos y virtuales, al igual que un mayor interés en ampliar su oferta a futuro. Sin embargo, existen barreras claras a las que se enfrentan las instituciones de la región para asegurar su permanencia a largo plazo. Primeramente, identifican desafíos como la capacidad y las competencias limitadas de los docentes para desarrollar e impartir currículos virtuales e híbridos, o la dificultad de asignar fondos para ampliar la oferta. Para abordar los desafíos institucionales a futuro, será clave continuar invirtiendo en estrategias de capacitación y apoyo continuo para el personal universitario. También es importante enfatizar las barreras regulatorias que deben ser flexibilizadas y adaptadas – como la normatividad a nivel nacional que impide o restringe la acreditación de titulaciones sin un mínimo de horas presenciales, o sistemas que demoran la homologación de nuevas carreras de modalidad híbrida o virtual.

Por el otro, con relación a los cambios de currículo y al enfoque temático, parece que la demanda estudiantil y del mercado laboral está bien alineada con los esfuerzos de adaptación curricular de las instituciones. Más de la mitad de las instituciones encuestadas identifican cambios en las demandas laborales a partir de la pandemia y tienen planes para responder a ellas – con un fuerte enfoque en titulaciones alternativas, y cursos cortos y especializados en competencias con mayores demandas.

Y por último, los resultados de la encuesta también confirman que la pandemia motivó más alianzas entre instituciones y con el sector privado, con el objetivo de expandir la oferta de programas híbridos y/o virtuales, y de nuevos cursos y programas. La necesidad urgente de compartir contenido o cursos virtuales durante la pandemia y post-pandemia ha creado una oportunidad para solidificar una cultura de cooperación entre instituciones latinoamericanas. Sin embargo, a futuro, será clave explorar oportunidades para expandir dichas alianzas en áreas fuera de la creación de contenido virtual. Por ejemplo, las alianzas con el sector privado no solamente permiten ampliar la capacidad institucional y oferta de contenido, sino que también pueden garantizar una mejor alineación del currículo con las necesidades reales y cambiantes del mercado laboral.

En los tres aspectos mencionados, el papel que jugó el sector privado fue clave durante este tiempo de transformación y reinvención. Pero lo importante, además de lo realizado forzosamente ante el contexto sanitario que se vivió, es cómo esto sienta las bases para el futuro educativo. En consonancia con el trabajo citado, creo que hay que generar estrategias a largo plazo y modificaciones en las currículas y regulaciones para afianzar un nuevo modelo que llegó para quedarse, donde claramente el sector privado tiene mucho para aportar en pos de mejorar y aggiornar la calidad del sistema educativo superior.

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