A fines del 2019, cuando el mundo entraba en la desgracia de una nueva pandemia y Argentina se dirigía hacia una de las cuarentenas más largas y restrictivas del mundo –esa que se llevó puesta a más de 20 mil empresas y quién sabe cuántos comercios– tuve la “dicha” de perder mi trabajo formal.
Si estuviera en otro país seguramente diría que no fue una dicha, pero en Argentina donde el peso cada vez vale menos, y por ende tu salario también, lo que parecía una maldición no era más que un buen augurio.
Fue así como dejé de ser una corporate rat, del inglés “rata corporativa”, alguien que trabaja para una corporación global y es solo otra “rata en la carrera”, tratando de escalar y esforzándose sin mucho progreso. Porque, al fin y al cabo, cuando lo pensás te das cuenta de que estás trabajando para los sueños de otro, no el tuyo.
Hacer crecer un negocio online no es fácil, pero tampoco es imposible
Entonces, era fines de diciembre, no tenía trabajo y se acercaba la cuarentena más larga del mundo. Luego de 9 años de trabajar en empresas globales del Fortune 500, empecé a probar suerte en el trabajo freelance. En criollo: hacer changas para el exterior.
Así empecé. Tomé mi laptop y empecé a buscar sitios de trabajo freelance. Varios amigos me habían recomendado uno llamado Upwork, donde empecé a ofrecer servicios de traductora, carrera que estudié y jamás ejercí oficialmente.
Pero después de un tiempo, mis clientes me pedían cosas diferentes, a pesar de no tener experiencia más allá de un par de cursos que hice por curiosa. Y así fue como me adentré en el mundillo del marketing digital. Trabajando mano a mano con emprendedores y empresarios de pequeñas empresas de Estados Unidos y Europa.
En algún momento de mi flamante carrera como freelancer, el marketing digital y mi pasión por la lectura y la escritura terminaron convergiendo y fue así como luego de mucha investigación, práctica, errores y cursos empecé a dedicarme a la generación de contenidos web y al copywriting.
Empecé a probar suerte en el trabajo freelance. En criollo: hacer changas para el exterior
Mi vida dio un giro de 180 grados y me di cuenta de lo difícil que nos la ponen en Argentina... Hacer crecer un negocio online no es fácil, pero tampoco es imposible. No requiere de inversiones (más allá de la capacitación), pero sí mucho esfuerzo. Y por ese motivo, hoy hago videos para enseñarles a otros jóvenes a escapar de la cruda realidad del país (la falta de empleo) sin tener que acudir al famoso “la salida es Ezeiza”.
Con un 40% de pobres y una tasa de desocupación de 7,1%, 20,8% de los trabajadores lo hacen por cuenta propia, según el Indec. Argentina se posiciona entre uno de los países con mayor dificultad para conseguir trabajo estable bajo dependencia.
El caso no es diferente para los trabajadores autónomos, cuyas opciones se ven limitadas debido a la naturaleza confiscatoria de nuestros impuestos y lo confuso o ineficiente que es el sitio de la AFIP.
Como si eso fuera poco, contratar un empleado en la Argentina de hoy es casi un deporte de alto riesgo. Entre sindicatos, juicios laborales y altos impuestos, miles de emprendedores que buscan hacer crecer sus equipos, deciden trabajar solos o contratar freelancers en vez de empleados fijos.
Argentina se posiciona entre uno de los países con mayor dificultad para conseguir trabajo estable bajo dependencia
Como resultado, hay escasez de trabajo y, a su vez, de profesionales (dado que muchos emigran y otros deciden trabajar para el exterior) en muchas áreas y esta situación se viene acelerando desde hace algunos años.
En todo este escenario, los jóvenes son los más afectados. Argentina tiene la tasa de desempleo juvenil más alta de Sudamérica. Según datos del Indec, en enero la tasa de desempleo juvenil era del 31,3%, frente al 25% de Brasil y el 27% de Chile. Por eso, trabajar en línea para el exterior podría ser la respuesta ante la alta demanda de un trabajo digno y bien pago en Argentina.
Sin importar la edad, trabajar desde casa ya no es una novedad, pero trabajar por tu cuenta, hacer changas o conseguir trabajo formal a distancia hoy es posible. ¿Lo mejor? De esta forma no solo podés trabajar “desde casa”, también podés trabajar desde la costa o con un chocolate caliente en Bariloche.
Este tipo de trabajo ofrece la flexibilidad y la independencia que muchas personas anhelan; sin pedir días de vacaciones ni permisos de viaje. Pero también tenemos otras ventajas como cobrar en moneda extranjera o capacidad de actualizar nuestros honorarios en base a la inflación.
El sistema de facturación no solo es confuso, sino también muy confiscatorio
Es así que el sector de servicios digitales crece mes a mes y Argentina es el hub de emprendedores digitales, programadores, y marketers de América Latina. Creer o reventar: Argentina tiene una gran demanda de servicios digitales gracias a nuestra cercanía horaria con los Estados Unidos y el nivel de inglés, que permiten una oportunidad única para el crecimiento económico de nuestro país.
Pero no todo es color de rosas, y el Estado no facilita ni brinda facilidades para los jóvenes que ante la falta de trabajos bien pagos buscan opciones por otros lados...
● El sistema de facturación no solo es confuso, sino también muy confiscatorio. Esto dificulta mucho la actividad económica como autónomo.
● Por otro lado, en el caso de los más jóvenes no hay suficiente educación y formación en el sector de la tecnología, los idiomas, y los trabajos del futuro.
● La inteligencia artificial crece a pasos agigantados y nos estamos quedando atrás. Hoy en día, existen programas que escriben artículos enteros, dibujan piezas de arte, e incluso crean música. El mundo cambiará, pero debemos estar preparados para adaptarnos.
Según datos del Indec, en enero la tasa de desempleo juvenil era del 31,3%, frente al 25% de Brasil y el 27% de Chile
● Desafortunadamente, nuestros jóvenes apenas se reciben con niveles pobres de comprensión lectora y pocos –o nulos– conocimientos de programación, marketing, gestión de negocios, finanzas, y habilidades blandas que son tan necesarias para un mundo cambiante con tecnologías cada vez más autónomas.
● La falta de conectividad es otro gran problema. Como freelancer y nómada digital, la locura de la ciudad no es exactamente lo que busco, pero la idea de mudarme a un paraíso como la Patagonia se cae a pedazos cuando pongo en la balanza la falta de conectividad, la calidad del internet y la imposibilidad de comunicarme con mis clientes en todo momento.
Por esta y muchas otras razones, muchos jóvenes buscan la salida conocida por todos: Ezeiza o el nomadismo digital fuera de Argentina. Sin embargo, creo que estamos a tiempo de cambiar el rumbo y apoyar a los miles de jóvenes que hoy en día nos ganamos la vida con esfuerzo, en muchos casos sin vacaciones pagas, antes de que sea tarde y opten por la salida aérea.
El argentino es un emprendedor nato, somos ingeniosos, creativos y tenemos mucho que dar. Pero necesitamos las condiciones adecuadas para prosperar. Necesitamos un gobierno que entienda las demandas del presente y del futuro, porque sólo cuando aprovechemos todo nuestro potencial como nación vamos a poder prosperar.