Cinco años de crecimiento constante y sueldos del 45% superior al promedio de un empleo “clásico” hacen de la industria IT o “sector TI” (tecnología de la información) uno de los más pujantes de nuestra economía. Y los números así lo demuestran: según datos que publican conjuntamente el Polo IT de Buenos Aires junto a la Dirección General de Estrategia del Ministerio de Desarrollo Económico y Producción porteña, la industria IT creó en CABA y durante 2021, mil empleos mensuales con un salario, promedio, 46,8 % superior al resto de la economía. En el plano nacional, en tanto, este sector exportó en 2021 más de 2200 millones de dólares.
En relación a los salarios, el sueldo promedio de un programador es de $184.615, variando entre los $100.000 y los $400.000. En tanto, los “freelance” que trabajan para empresas del exterior, el salario inicial es de aproximadamente US$ 3.000.
¿Más datos? Esta industria generó un 37,5% de crecimiento de empleos solo en el último lustro y puede, gracias a la conectividad, dar trabajo de calidad de manera realmente inclusiva en todo el país, con una expectativa de 400 mil puestos laborales en los próximos diez años y facturar por encima de los 10 mil millones de dólares.
El sueldo promedio de un programador es de $184.615, variando entre los $100.000 y los 400.000 pesos
Por citar un caso, en la Ciudad Autónoma hay más de 3.500 empresas vinculadas a la tecnología, el 90% con menos de 50 personas y un nivel de empleo superior al 5% del total de la ciudad.
Para que esto se replique en todo el país se necesarias dos condiciones: la inversión en infraestructura de redes y comunicación y la intervención del Estado –en acuerdo con la empresa privada– para generar condiciones laborales acordes.
Informalidad
Como en otras industrias, la precarización laboral está a la orden del día y eso retrae un mercado que podría ser más fértil. Una de las principales industrias locales, cuya facturación rompe largamente la barrera de los 8 mil millones de dólares anuales, ofrece un 30% del sueldo en dólares, en una cuenta del exterior (el resto pesos “en mano”) o facturar, ahorrando en vacaciones y aguinaldo del trabajador. El sueldo es superior al del resto del mercado laboral, es cierto, pero las condiciones no son mejores.
La empresa, que genera el 80% de sus ingresos en Estados Unidos gracias a clientes como Disney, Google y la FIFA, crece de manera anual un 24% y su margen de ganancias brutas sube por encima del 35%, crecimiento que no se derrama hacia los empleados, que además de trabajar para clientes de distintas partes del mundo, deben ajustar su jornada a la demanda, muchas veces por encima del horario normal de labor.
Esta industria generó un 37,5% de crecimiento de empleos solo en el último lustro y puede, gracias a la conectividad, dar trabajo de calidad de manera realmente inclusiva en todo el país
Esta ecuación tiene un agravante: las empresas del sector facturan y cobran en dólares, pagando sueldos nacionalizados, incrementando así sus ganancias sin traslado a la masa laboral.
Mano de obra calificada
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en 40% de la población argentina de entre 25 y 34 años tiene un título terciario, proporción que sube al 50% en Estados Unidos, pero cae abruptamente en México y Brasil, con el 24% y el 21% respectivamente. Entre los principales motivos se encuentra la gratuidad de la educación en nuestro país, educación que deberá, en los próximos años, adecuarse a las demandas de conocimientos en tecnología. Hoy, el país es el país número 22 a nivel mundial en habilidades tecnológicas.
Impulsada por la Secretaría de Economía del Conocimiento del Ministerio de Economía de la Nación, la educación en carreras tecnológicas tendrá, entre los cursos de Programación y Testing alrededor de 250 mil vacantes, para llegar a los 70 mil egresados de cada carrera. La inserción laboral será, en el corto plazo, una cuestión que el Estado deberá resolver de manera simple y beneficiosa para el trabajador.
En CABA hay más de 3.500 empresas vinculadas a la tecnología, el 90% con menos de 50 personas y un nivel de empleo superior al 5 % del total de la ciudad
Una de las alternativas es, a través del Ministerio de Trabajo, ser el garante de acuerdos entre gremios y empresas que permitan una relación laboral sólida, formal, que baje la conflictividad y evite los juicios laborales. Las últimas cifras del Indec, en ese aspecto, aseguran que el empleo aumentó en los últimos meses, pero también la informalidad. Según el organismo, la desocupación pasó del 9,6 al 6,9 % en el segundo trimestre 2022 (comparado con 2021) pero, entre los primeros trimestres de 2021 y 2022, la cantidad de trabajadores formales creció un 2% contra el 18% de los informales, llevando de 4,4 a 5,2 los millones de ocupados en esa categoría.
Los reclamos del sector IT también deberían formar parte de esa adecuación laboral, logran agilidad en la conformación de empresas, con alicientes impositivos para los primeros años y progresividad tributaria, lo que permitiría el aumento de puestos laborales formales, con sueldos acortes, puntal para traccionar el consumo y mover la rueda de la economía. Argentina, sin dudas, tiene fuerza de trabajo de primer nivel en la industria del software y en tecnologías digitales. El desafío es lograr que ésta produzca en y para el país en dentro de un marco laboral acorde.