La deuda pública escala a ritmo récord

En tres años el saldo de préstamos tomados por la Administración Central aumentó en USD 83.200 millones

Guardar
El dólar soja incrementó la
El dólar soja incrementó la recaudación y la aceleración de la inflación licuó parte del gasto, logrando cumplir con la meta fiscal establecida con el FMI, de no superar un déficit primario de 2,5% del PBI (Franco Fafasuli)

En 2022 el déficit fiscal primario cerró en 2,4 del PBI, y al sumar los intereses de la deuda pública el financiero llegó a 4,1% del PBI, equivalente a USD 26.000 millones al tipo de cambio oficial.

El dólar soja incrementó la recaudación y la aceleración de la inflación licuó parte del gasto, logrando cumplir con la meta fiscal establecida con el FMI, de no superar un déficit primario de 2,5% del PBI.

En un repaso de las últimas presidencias, surge que:

- Néstor Kirchner dejó un superávit fiscal de 1% del PBI en 2007.

- Cristina Fernández de Kirchner dejó un déficit fiscal de 5,1% del PBI en 2015.

- Mauricio Macri dejó un déficit fiscal de 3,8% del PBI en 2019.

- Alberto Fernández cerró su tercer año de gestión con un déficit fiscal de 4,1% del PBI en 2022, aun subiendo la presión tributaria en 0,8% del PBI.

La Argentina perdió el superávit fiscal en 2009, desde entonces el Estado Nacional acumuló un déficit fiscal de 57% del PBI en sólo 14 años. A precios de hoy es equivalente a USD 340.000 millones (a un promedio de USD 24.000 millones por año).

La Argentina perdió el superávit fiscal en 2009, desde entonces el Estado Nacional acumuló un déficit fiscal de 57% del PBI en sólo 14 años

Para financiar este inmenso rojo fiscal, primero la política expropió el ahorro privado acumulado en las ex AFJP (2009). Luego la estrategia fue vaciar el Anses y las reservas del BCRA (2011-2015). La deuda pública aumentó en USD 64.000 millones durante las dos presidencias de Cristina Fernández de Kirchner, dado que USD 50.000 millones colocó al BCRA para expropiar sus reservas, y otros USD 10.000 millones colocó a la Anses para expropiar sus activos, o más bien de las ex AFJP.

Durante la gestión de Mauricio Macri, se apostó al “gradualismo” para atacar el incendio fiscal heredado. Terminó elevando la deuda pública en USD 72.000 millones en 4 años, principalmente tomando USD 46.000 millones del FMI y USD 25.000 millones en el exterior.

Ahora bien, vale advertir que al inicio de la gestión de Macri se emitió USD 10.000 millones para pagar a los holdouts por el fallo del juez Thomas Griesa en la Corte Suprema de los EEUU (2012), que Argentina se negaba a reconocer; y otros USD 10.000 millones quedaron en las reservas netas del BCRA al entregar el mandato.

Por su parte, durante los primeros tres años de la presidencia de Alberto Fernández, la deuda pública ya se elevó en USD 83.200 millones, marcando un nuevo récord en el ritmo de endeudamiento del Estado Nacional. Posiblemente supere los USD 100.000 millones al culminar su gestión de 4 años.

Dado que el peronismo no suele tener financiamiento en los mercados internacionales de deuda (salvo Carlos Menem), toda la expansión durante la actual gestión se colocó al sector privado en el mercado local. Del total, en tres años la deuda pública en pesos aumentó en un equivalente a USD 67.800 millones (principalmente con títulos atados a la inflación), mientras que la deuda pública en moneda extranjera aumentó en USD 15.500 millones en el período.

En definitiva, durante las últimas dos décadas, desde 2001 a la fecha, la deuda pública aumentó en USD 252.000 millones. De ellos, USD180.000 millones (el 71%) aumentó durante las distintas presidencias del Peronismo y USD 72mil millones durante la gestión de Cambiemos (el 29% restante).

Modelo agotado

La deuda es hija del déficit fiscal y el déficit fiscal es hijo de este modelo económico completamente agotado, si es que alguna vez funcionó. Cerrar la economía tienta a la política porque permite a un puñado adueñarse de todos los negocios fronteras adentro. El ciudadano no tiene posibilidad alguna de hacer negocios con tantos impuestos, cepos, prohibiciones y leyes laborales del siglo pasado.

Ante el estancamiento económico consecuencia del propio modelo, para no perder sus privilegios la política busca mantener a todos con dádivas y gasto público, en vez de cambiar las reglas de juego para que todos puedan hacer negocios. Lento, pero sin pausa, se pasa de la cultura del trabajo, a la cultura de la dádiva, al cambiar empleo por planes y salario por subsidios.

La política busca mantener a todos con dádivas y gasto público, en vez de cambiar las reglas de juego para que todos puedan hacer negocios

En definitiva, la economía cerrada lleva al estancamiento, el estancamiento al gasto público y el gasto público a la deuda y la inflación. Argentina hace más de 80 años que tiene problemas de deuda e inflación, porque es consecuencia directa del modelo económico que aplica, los últimos 40 años en plena democracia.

Seguir leyendo:

Guardar