“Se dice por ahí que a los países de África se les dio la independencia del suelo para arriba, pero el subsuelo quedó en manos de los colonizadores que vendrían después” (Francisco, en la entrevista con la periodista de The Associated Press, el 21/1/2023).
La misa del 1 de febrero en Kinshasa
Según anuncia el Dr. Mateo Bruni, jefe de la oficina de prensa vaticana, la misa del próximo miércoles 1 de febrero en el aeropuerto de Kinshasa-Ndolo será la primera celebración del Papa Francisco en su llegada al África subsahariana. Se prevé una concurrencia multitudinaria. El escenario donde tendrá lugar es el más grande jamás construido en la República Democrática del Congo y fue especialmente equipado con un ascensor para facilitar la llegada del Papa. Animará la misa un coro integrado por 700 personas.
La realidad del Congo y un poco de geografía e historia
En efecto, para saber a dónde va Francisco daremos algunos datos. El río Congo tiene 4.700 km de extensión por lo que es el mayor del mundo después del Amazonas, y su cuenca cubre 3.700.000 kilómetros cuadrados, casi un millón más que la superficie de nuestro país; alberga centenares de culturas y linajes de la raza africana, una reserva vegetal, animal y mineral sólo comparable con la del Amazonas. La población está dotada de una gran riqueza espiritual que, a pesar de los expolios, genocidios y agresiones recibidas, les permitió sobrevivir.
Es compleja y larga la historia en la cual sus habitantes se entrecruzaron con los pueblos de occidente. La llegada de los primeros navegantes portugueses -en busca de oro, diamantes y minerales- los encontró organizados en tres reinos, reino del Congo, Matamba y Angola.
Durante los años 1500 a 1850 -invasión de los portugueses mediante- surgió y se desarrolló un comercio intenso y cruel: el tráfico de esclavos.
Cuando Juan Pablo II fue a África, a la isla de Gorée, “el puerto del no retorno”, donde se embarcaba a los esclavos, señaló el drama criminal de aquellas personas arrojadas a los barcos y de los barcos a la esclavitud, que algunas pocas voces denunciaron, como el fraile Montesinos en sus célebres sermones de 1517 y Bartolomé de las Casas o Pedro Claver en Cartagena de Indias.
Pero no fueron solo los portugueses y belgas ya que en el comercio de esclavos participaron también árabes, alemanes, franceses e ingleses.
El colaboracionismo de los gobiernos locales con las metrópolis
Tanto el comercio de esclavos como la extracción de reservas nunca se hacen sin una cierta “colaboración” de los que detentan el poder local. Antes y ahora. Y así los reinos del Congo y la corona de Portugal negociaron la “compra venta” de seres humanos durante los primeros siglos hasta que el primero se transformó en “reino-vasallo” del segundo en 1857.
Esa dominación aumentó las disputas entre los reyes de Portugal, Bélgica y Francia, que finalmente terminaron repartiéndose el botín colonial de esos territorios en la Conferencia de Berlín de 1885.
Factores esenciales para el sojuzgamiento del África fueron las luchas fraticidas entre las diversas tribus muchos de cuyos conflictos aún subsisten.
En los primeros años del siglo pasado el Congo belga fue reconocido como un dominio privado del rey Leopoldo II de Bélgica con “el objeto social de liberar a los congoleños”. Nada de Estado mínimo, el Estado quedó absorbido por la empresa del monarca. Éste nunca visitó su colonia, fue arbitrario e inhumano durante los 23 años que manejó en forma discrecional con sus amigos y empresarios belgas, franceses o ingleses los recursos del Congo.
Cuando al rey Balduino, gran admirador de su tío abuelo Leopoldo II, le tocó en el año 1960 entregar el poder a los congoleños calificó a Leopoldo II de “gran civilizador” aunque las otras potencias hacía rato le habían retirado a sus dominios el status de “bien privado” (Adam Hochschild, King Leopold´s Ghost).
El imperio de la libertad y un rebelde con causa
A las colonias europeas en África les fue concedida la liberación en el año 1960. Pero el joven líder de izquierda y primer ministro de ese país Patricio Lumumba, en su primer discurso olvidó el equilibrio de la balanza de la Guerra Fría por lo que, para evitar que la República Democrática del Congo transgrediera los límites de la libertad, se adoptó de inmediato una drástica medida. El asesinato del líder de los pueblos africanos fue ejecutado por un pelotón a cargo de un comisario belga el 17 de enero de 1961. Por si acaso, el policía, además de liquidarlo mutiló su cuerpo del que apenas se rescató, años más tarde un diente de oro que, como muestra de reconciliación el rey Felipe hizo devolver a la hija de Lumumba el año pasado. Y no sólo eso, en un acto de reconocimiento, le pusieron su nombre a una de las avenidas principales de la ville de Mons, capital de la provincia de Henao, Región de Valona, Bélgica.
Una dictadura para poner las cosas en su sitio
Inmediatamente después de la desaparición de Lumumba, Bélgica y Estados Unidos pusieron al militar Mobutu Sese Seco como dictador de pura raza negra, al frente del gobierno “democrático” de la naciente república. Mobutu fue un fiel defensor de los intereses belgas y durante 32 años respetó el dominio y saqueo de los recursos naturales en manos de las multinacionales respaldadas por la Corona y las potencias del Norte. Fue un dictador casi tan arbitrario como Leopoldo, que amasó una gran fortuna personal también, aunque nunca tanta como la que había alcanzado el rey.
Después de Mobutu, dos guerras y un nuevo genocidio
Una primera guerra se produjo cuando una invasión ruandesa en 1996 prestó ayuda a la oposición a Mobutu. Los enfrentamientos duraron 9 meses. Poco después se desató una segunda guerra que duró hasta el 2003 (Acuerdo de Pretoria). En este período más de cinco millones de personas murieron en el este del Congo. En dichas guerras además de esas dos naciones participaron otros nueve países africanos seducidos por las concesiones mineras.
¿Paz entre los nativos, ex colonos y ex colonizados?
El rey Felipe de Bélgica en su visita a la República Democrática del Congo en el mes de junio del año pasado (2022) -previendo la necesidad de energía del África -guerra Rusia-Ucrania mediante -expresó su “más profundo pesar por las heridas y abusos cometidos por su país durante el dominio colonial en el Congo”, aunque sin pedir perdón. Y como muestra de una sincera amistad restituyó uno de los 80.000 objetos saqueados por los belgas consistente en una máscara gigante “Ka Kuungu” de la etnia Suku utilizada en los ritos de iniciación.
A propósito de la visita de Su Santidad nos permitimos preguntarle al mundo civilizado si este diálogo y esta paz, ¿no serán circunstanciales? ¿Dejarán avanzar a los grupos terroristas para seguir enviando armas? ¿El África subsahariana está a salvo de nuevas guerras? Cinco de las grandes potencias que hoy explotan y pretenden seguir explotando los recursos naturales ocupan asientos permanentes en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ¿están dispuestas a concederle lo que las 54 naciones piden: 2 sillas con carácter permanente más 2 no permanentes?
La máxima pobreza de los pueblos de una de las naciones más ricas de la tierra
La pobreza extrema, las enfermedades, la desocupación del 80 por ciento de los jóvenes, la falta de educación, la violencia, la invasión del bombé y otros estupefacientes, nuevo consumo de la esclavitud química que, simil del “paco” criollo (contiene sustancias de tramadol, dolareno, nitrilo, ampicilina y, en algunos casos, rastros de heroína), está invadiendo la región, transformando a los jóvenes congoleños desocupados y con hambre en los “zombies de Kinshasa” por un dólar. Todavía no perdieron la vida pero en su mayoría ya perdieron el sentido de la vida.
En el año 2022, en el sector minero de cobalto del subsuelo congolés trabajaron cerca de 40.000 niños en jornadas de 12 horas diarias a cambio de 2 dólares.
Además de cobre, estaño, uranio, oro o diamantes, el subsuelo congoleño alberga el 58% de las reservas mundiales de cobalto, cuya demanda y precio se han disparado alcanzando a mediados del año 2022 los 82.000 dólares la tonelada. ¿Pretenden seguir matando millones de árboles centenarios y robando bosques nativos?
El Papa Francisco en el 2do país más pobre: Sudán del Sur
Completada su visita al Congo, el Santo Padre visitará el segundo país más pobre del mundo, Sudán del Sur, para lo cual recorrerá un trecho de 1628 kilómetros y llegará a Yuba, la capital, donde se encontrará con el primado anglicano Welby y el moderador Greenshield con quienes mantendrá una reunión ecuménica. Asimismo el Pontífice verá al presidente Salva Kiir, con quien se conocen desde que éste fue recibido por él en Santa Marta en año 2018.
Un país nuevo y arrasado al cabo de una guerra de 30 años
Esta nación africana, que declaró su independencia hace apenas 11 años y 6 meses, se encuentra ubicada en el límite norte entre la región subsahariana y el África árabe. Leonor Mayor Ortega, periodista del diario español La Vanguardia, nos suministra la información complementaria de esta nota y nos describe con qué realidad se encontrará el Santo Padre en Sudán del Sur.
Se trata de un país con una población de 11.381.377 habitantes que desde hace pocos años se viene reconstruyendo después de una guerra de 30 años. El PBI per cápita es de tan sólo 275 dólares. La base de la alimentación consiste en leche, huevos, verduras, carne, pan y cacahuetes. Cultivan una especie de maní que mezclan con una hierba hasta obtener una pasta que es la base de su alimentación. Tras la guerra se impuso la poligamia en razón que murió la mayoría de los hombres.
Una gran parte de la población carece de “techo, trabajo, aves de corral, vaca y ropa”. En sus viviendas también faltan baños, agua corriente y electricidad. Para concurrir a la universidad deben trasladarse a Yuba, la capital del país.
Según el informe, si bien en la actualidad cada uno puede contar con alguna prenda, hay aldeas donde las mujeres se turnan para compartir el vestido. “Los zapatos son un lujo”, dice la cronista.
Son ricos los que en su cabaña tienen algunas vacas, cabras y gallinas; el 45% de la población son menores de 14 años y la espectativa de vida alcanza los 56.
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