A dormir a lo de Macri

Los que conocen al ex presidente saben bien que es muy celoso de su intimidad. Una invitación a “su lugar en el mundo” adquiere una especial connotación

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Mauricio Macri en Mar del Plata
Mauricio Macri en Mar del Plata

La indefinición de Mauricio Macri, acerca de si presentará o no su candidatura, tiene a Juntos por el Cambio en vilo y obliga a los más ansiosos a una esmerada lectura de sus movimientos, indicios y señales.

Casi todos los que observan el escenario preelectoral coinciden en que es muy poco probable que el espacio que Macri pretende contener logre ordenarse hasta que el ex Presidente y líder del PRO decida que quiere hacer. Los que lo frecuentan comparten también una percepción: todavía no lo tiene del todo claro. “Él mismo no lo sabe…los días pares parece ir en un determinado sentido y consulta a los suyos por ideas, proyectos e impresiones, y los impares se lo ve entusiasmado por otros asuntos…se lo siente como atrapado en un debate interior que no logra resolver”.

Macri pasa del convencimiento de que tiene que limitarse a ocupar un lugar testimonial y de consulta, protegiendo su capital simbólico, a dar rienda suelta a su inocultable necesidad de revancha. Son pulsiones interiores en las que el ego y la vocación por el poder traccionan fuerte.

“Mientras tanto se divierte”, ironizan los más ácidos. Se lo ve entretenido, disfrutando de la centralidad que le otorga mantener viva la expectativa.

Este lunes recibirá en Cumelén a Patricia Bullrich. La presidente del PRO y precandidata a la Presidencia de la Nación fue especialmente invitada a alojarse en la casa que el ex presidente tiene en el exclusivo country de Villa La Angostura. “Es raro” dijo un referente del PRO, con acceso frecuente al ex presidente. Los que lo conocen saben bien que es muy celoso de su intimidad y que resguarda, como pocos personajes de la política, su espacio privado. La invitación a que la jefa del partido haga noche en su casa, hace ruido a propios y extraños.

Foto familiar en Villa La Angostura
Foto familiar en Villa La Angostura

Es más, casi todos los consultados aseguran que no acostumbra confundir sus relaciones sociales, familiares y de amistad con sus contactos políticos. Es capaz de vivir y fluir en esas dos dimensiones sin conflicto, pero no mezcla. Lo curioso, esta vez, es que no solo que invitó a quedarse en su casa a Patricia Bullrich, con la que no hay registro alguno de encuentros sociales, sino que le insistió y mucho con que fuese acompañada de su marido Guillermo Yanco.

Hay quienes creen ver en este encuentro algo más que una oportunidad para hablar de las ideas que dominarán la narrativa electoral y los proyectos del PRO.

La casa de Macri está en el muy exclusivo country Cumelén. El “lugar en el mundo” del ex presidente está ubicado a tres km de Villa La Angostura, sobre el lago Nahuel Huapi, rodeado de bosques autóctonos donde conviven arrayanes y coihues. Se trata de un sitio de ensueño entre el cielo y la tierra, que predispone a conversaciones extensas y distendidas.

Patricia Bullrich retomó sus tareas de campaña, tras las vacaciones de tres semanas en Brasil. Y ahora viaja al Sur, no precisamente a relajar. Le sobran motivos para estar ansiosa. La espera una pensión completa en lo de Macri: desayuno, almuerzo, merienda, cena. Todo incluído.

Macri también recibió a Horacio Rodriguez Larreta hace apenas unas semanas. Todo fue diferente. Nada de quedarse a dormir. Es poco probable que esto hubiera ocurrido. Ni falta que hacía. El hombre que, llegado el caso, enfrentará a Mauricio Macri en las PASO, arrancó el año en la residencia de los padres de su nueva pareja, Milagros Maylin, precisamente en el mismo y reservado barrio de Cumelén. El de Horacio y Mauricio fue un encuentro puntual del que no trascendieron mayores detalles.

Con o sin Mauricio en la gatera, Horacio y Patricia mantienen su decisión de enfrentarse en las PASO. Ambos están empeñados en ir por la Presidencia. Lo han dicho una y otra vez. No hay para ninguno de los dos plan B. Es eso o nada.

(Roberto Almeida)
(Roberto Almeida)

Los tiempos de Macri son laxos pero no eternos. Abril es un límite. Los datos que registran encuestas y consultoras también. Las noticias que llegan del conurbano profundo no son buenas para el ex presidente. La memoria de las penurias económicas dejan huellas indelebles en los sectores más postergados.

Hasta dónde se sabe, Macri desconfía de la capacidad de Horacio Rodríguez Larreta para expresar el cambio, lo considera carente de la audacia necesaria para enfrentar los desafíos de fondo que demanda este tiempo, teme que naufrague en el “statu quo”. Esta idea de la moderación y el consenso con la que se pavonea el jefe de Gobierno no le cierra. Mauricio Macri cree que Patricia Bullrich expresa mejor la idea de cambio que lo anima. Se reconoce a sí mismo en esa impronta decidida y un tanto atropelladora que despliega la presidente del PRO. De HRL rescata el rigor, su infatigable capacidad de trabajo. La experiencia de gestión es su diferencial. No serían estas últimas condiciones el fuerte de Patricia.

Necesita de los dos para hacer uno, para decirlo con más precisión parece que ninguno de los dos candidatos más competitivos lo satisface, pero esta no sería la razón de fondo sobre la cual decidiría presentarse. Lo que mueve a Macri es más íntimo, más personal. Deshoja a diario una margarita: “Lo tengo que sentir acá”, dice mientras se toca el pecho.

Si Macri no se presenta y Horacio Rodríguez Larreta se impone en las internas, el líder del PRO verá pronto esfumarse su centralidad. No hay lugar para dos machos alpha en el estrecho pasadizo que conduce al poder.

Si la que se posiciona es Patricia, la situación es diferente; puede que Macri retenga el espacio que se supo ganar. Patricia lo va a necesitar. Ella tiene la fuerza y la convicción pero carece de equipos y experiencia de gestión.

Desde el larretismo observan con atención estos detalles pero llaman a no sobrevalorar gestos casuales. En este tiempo en el que la política se hace con selfies, las imágenes que se plantan, merecen ser tenidas en cuenta.

No hay razones para esperar que desde la intimidad de Cumelén salga una “fumata blanca”, pero el acceso privilegiado que le concederá a Patricia Bullrich y a su marido puede ser una señal.

Macri siempre sostuvo que el entorno familiar de contención es muy importante para quien llega a Olivos. Es más que probable que se hable de estas y otras cuestiones en el bello sur argentino. En enero los días son largos y las noches templadas. El sol se pone tarde tras los cerros e invita a dejarse estar en sobremesas relajadas.

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