Desafíos y perspectivas del mercado energético

El nuevo año se presenta como uno de los más atípicos en la historia del sector, con un conjunto de variables que forman una tormenta perfecta

La Argentina tuvo en 2022 que desprenderse de sus arcas del Tesoro Nacional de aproximadamente USD 5.000 millones en concepto de importación de gas de Bolivia, energía eléctrica de Brasil y Uruguay, gasoil con una infraestructura y cadena de logística no adecuada para la urgencia del momento, y GNL a través de las terminales de Escobar y Bahía Blanca (Bloomberg News)

Los números con los que Argentina cerró 2022 en cuanto a la producción de gas natural y petróleo fueron espectaculares, casi un 30% de incremento de la producción de petróleo después de un incremento el 2021 de casi el 17% y una producción récord de gas natural y etapas de fractura, permitiéndole a Argentina, tener el gasoducto que une Vaca Muerta con los centros de consumo con su capacidad al de transporte al 100% y por primera vez en años, a pesar de los faltantes que siempre tenemos en el invierno, no se le ha interrumpido el abastecimiento de gas natural a Chile volviendo, muy de a poco a comenzar a ser un proveedor confiable para este país.

Sin embargo, no todo es color de rosa, Argentina tuvo en 2022 que desprenderse de sus arcas del Tesoro Nacional de aproximadamente USD 5.000 millones en concepto de importación de gas de Bolivia, energía eléctrica de Brasil y Uruguay, gasoil con una infraestructura y cadena de logística no adecuada para la urgencia del momento, y GNL a través de las terminales de Escobar y Bahía Blanca.

En el Ministerio de Economía se ha tomado debida nota de este problema que más allá de la enorme erogación de dinero que implica no se puede dar el lujo de tener faltantes de energía en un año electoral, con ajuste de tarifas de por medio.

El gasoducto que une Vaca Muerta con los centros de consumo operó en 2022 con su capacidad al de transporte al 100% por primera vez en años

Todos los protagonistas de la cadena de energética argentina están pendientes de una obra que al día de hoy ya es icónica, el Gasoducto Néstor Kirchner, que de estar terminada su primera etapa para junio del 2023 permitiría evacuar 11 millones de metros cúbicos día permitiendo alimentar de gas natural a usuarios e industriales, principalmente en el invierno.

Pues bien, desde las compañías y desde los propios funcionarios de Enarsa, quién es el que está a cargo de la obra, ya han adelantado por comentarios en off que con suerte esta primera etapa podría recién estar finalizada para octubre de este año, si todo sale bien. Es que la obra no es simple e implica la provisión de caños just in time, en la calidad solicitada, tener capacidad transporte y personal idóneo que sepa y quiera trabajar en la obra.

El Gasoducto Néstor Kirchner, que de estar terminada su primera etapa para junio del 2023 permitiría evacuar 11 millones de metros cúbicos día permitiendo alimentar de gas natural a usuarios e industriales

El otro frente de batalla es Bolivia, que no tuvo más alternativa que reconocer que su producción está en franca declinación, que no puede cumplir con los compromisos tomados con la Argentina y, según las propias palabras del presidente de YPFB, el gas que se pueda producir va a ser entregado en primera instancia a Brasil, “sin descuidar el mercado argentino” lo que suena a una burla en este momento.

Bolivia, con sus 8 a 14 millones de metros cúbicos diarios ayuda a proveer de gas natural al norte argentino, sin ese gas, TGN se ha visto obligada a ponerse a trabajar en conseguir financiamiento y las autorizaciones pertinentes por parte de la Secretaría de Energía para revertir parte del gasoducto que llega al city gate de Mercedes Cardales para poder subir gas a esta región.

En el caso de la importación de GNL, al día de hoy el país solo cuenta con un barco regasificador en la localidad de Escobar, si bien todo el mundo sabe que se necesita ese segundo barco para la localidad de Bahía Blanca, fuentes no oficiales indican que se necesitaría primero de una licitación por parte de Enarsa y en segundo lugar un acto de adjudicación con el contrato pertinente.

Según las propias palabras del presidente de YPFB, el gas que se pueda producir va a ser entregado en primera instancia a Brasil, ‘sin descuidar el mercado argentino’

Eso no está sucediendo, y llama poderosamente la atención la desidia con que se está manejando Enarsa en un año en donde el gas no solo va a ser fundamental para el consumo de industrias y usuarios en general, sino que también se lo deberá utilizar para generar energía eléctrica, en un contexto en donde Atucha II está fuera de operaciones y que es utilizada como generación de base; no hay disponibilidad de agua por el fenómeno de La Niña por lo que los la generación hidroeléctrica es casi nula y, en consecuencia, el reemplazo del combustible es gas natural, que va a faltar o fueloil, que hay que importarlo.

Autoabastecimiento de petróleo

En cuanto a la producción de petróleo, para este año se prevé un incremento más que importante, permitirá contar con autoabastecimiento y con sobrantes para exportar, pero con precios más bajos que los que rigieron en 2022, lo que implica un menor ingreso de divisas.

La producción de petróleo, para este año se prevé un incremento más que importante, permitirá contar con autoabastecimiento y con sobrantes para exportar, pero con precios más bajos que los que rigieron en 2022 (Reuters)

Las autoridades de Argentina se han asegurado la provisión del gas para el nuevo gasoducto mediante los planes Gas 4 y 5; han establecido las condiciones y pautas que las empresas deberán cumplir para acceder al Mercado Libre de Cambios, autorizaron la ampliación de la capacidad de transporte de petróleo de Oleoductos del Valle; de una manera desprolija transparentó las deudas de las compañías distribuidoras con Cammesa; ajustó los precios de remuneración de distribuidores y transportistas de energía eléctrica; y está propiciando una nueva ley de impulso a la producción y exportación de GNL.

Se puede avizorar un 2024 y 2025 más holgado en lo que a abastecimiento se refiere y en el ingreso neto de divisas

A partir de ahí, se puede avizorar un 2024 y 2025 más holgado en lo que a abastecimiento se refiere y en el ingreso neto de divisas. Tanto de sectores privados como del sector público estiman que para 2025 se podrían generar cerca de USD 14.000 millones en concepto de exportación de gas y petróleo, a los cuales se le podrían agregar USD 5.000 millones con el litio, y cerrar con un balance de divisas del sector energético positivo en USD 8.000 millones.

El futuro de la industria en Argentina luce apasionante y altamente positivo hacia 2024 y 2025, pero antes habrá que superar los desafíos que plantea 2023 de la mejor manera posible.

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