Xuxa y Pelé

O Rei alcanzó la fama y se retiró en el 74. Allí, justito, llegó Xuxa, por entonces de un poco más de 16 años, siempre acompañada por la madre a formar el oficio de modelo

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 Se conocieron para una
Se conocieron para una tapa de revista con otras personalidades

La discusión sobre quién fue el mejor de todos los tiempos viene de lejos y, en cualquier caso, no le hace mal a nadie. Hay aficionados al ballet, pongamos, que relatan el modo en que quedaba segundos en el aire Nijinski, sin haberlo visto nunca: hay un registro en el cine, muy precario, donde el bailarín y su leyenda se hacen bolsa con la técnica hasta hacerlo grotesco. En el cine entusiasman y defiendan un film sin verlo en su vida, aunque en general- ahora empieza a cambiar no se sabe las razones- elige la cinefilia “El ciudadano”, de Orson Welles, ópera prima que quienes vieron no olvidan la palabra enigma rosebud, centro de muchas teorías.

En el fútbol, la lingua franca del planeta- todos la usan y entienden vengan de donde vengan- se levantó polvareda con la muerte de Edson Arantes do Nascimento, el fabuloso futbolista que, ante la pregunta-¿quién?- los nombres que pesan dicen Pelé: Menotti (Hay que ponerlo aparte: es de otro planeta. Lo he visto todos los días en el año que estuve en el Santos); Basile (”Era asombroso. Pateaba con las dos piernas, cabeceaba, era muy fuerte con un pecho de acero que podía dormirla y tirar al arco antes de tocar el suelo, era muy duro con los que se le interponían con demasiada fuerza: algunos con una pierna al hombro, otros con un ceja rota por un cabezazo… en defensa propia).

Nació pobre en una familia encabezada por un jugador mediocre, Dondinho. Nació en Minas Gerais para luego trasladarse a San Pablo donde imaginaban mayores oportunidades de trabajo. Recorrió las calles, fue lustrador, y jugó en las plazas, en la arena, en cualquier parte donde hubiera una pelota. En picados de chicos fue llamado Pelé debido a que lo ponían al arco porque en el juego de campito era una ventaja para quienes lo integraban: por entonces había un arquero de cierta fama llamado “Bilé”. Puede- lo cuentan familiares- pero no se sabe, no es claro el Pelé de Edson. Quedó.

Pelé y Xuxa posando juntos
Pelé y Xuxa posando juntos para la tapa de una famosa revista

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Solito fue a probarse en varios clubes importantes y fue rechazado, cuestión acerca de las razones permanecen en el atasco de los estúpidos donde han frustrado Pelés y tiraron al cesto diversos Cervantes en alguna editorial, presumo.

Bueno, no pasó, queda visto. Seguirá la mesa del café- trasladada a la tele- y se traerán a Cruyff, a Beckenbauer, a Diego, al enorme Di Stéfano, – para Menotti, volvemos al Flaco, era como ellos al mismo tiempo- , al prodigioso Lionel Messi campeón del mundo.

Fue aceptado en el Santos, equipo de sus amores, debutó a los 17 años en la Selección. Ganó tres mundiales con compañeros fantásticos que no tiraban pelotazos: hacían arte, el “jogo bonito”. Fue un símbolo desde entonces, un hombre patrimonio.

Pelé, la máxima figura del
Pelé, la máxima figura del fútbol brasilero en toda su historia (REUTERS/Louafi Larbi/File Photo)

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Pelé alcanzó la fama y ganó mucho- mil millones de dólares se hace el cálculo llegado su fin-, y se retiró en el 74. Allí, justito, llegó Xuxa, por entonces de un poco más de 16 años, siempre acompañada por la madre a formar el oficio de modelo, ya con difusión considerable por belleza y encanto. Se conocieron para una tapa de revista con otras personalidades. O Rei tenía 42 y retirado luego del Cosmos en Nueva York, proyecto de Henry Kissinger para difundir el fútbol allí. Terminada la monarquía parlamentaria y reemplazada por una república, expulsado el emperador Pedro ll en 1889, había un rey, de todos modos. Y muy poderoso.

Pelé invitó a Xuxa - María da Graça Xuxa Meneghel- a almorzar, pero había ciertos obstáculos. No solo la diferencia de edades.

- Mira, no sé qué decirte- se sabía que Pelé tenía una sed de mujer considerable y se contaban historias con una y otra.

- Nada. Nos vemos, hablamos un poco, me contás cómo sos, qué pensás.

- Sí , es que yo tengo un novio.

- Siempre hay algún novio.

- Y soy virgen.

- Ah , Xuxa: a mí ni me gustan las vírgenes.

- ¿Ves?

- Hagamos algo: arreglá eso con tu noviecito y después te comunicás conmigo.

Un extraño principio, por decir lo menos. Se unieron durante cinco años. Xuxa los considera desastrosos: las infidelidades de Pelé eran en gran medida públicas- “Todas las mujeres están con Pelé”- , mientras había acuñado una definición: “Verás, Xuxa: lo nuestro es un amor colorido, ¿ves?” Esa unión, explosiva, llenó horas y horas de televisión, diarios, todo. En tanto, Xuxa se convertía en súper estrella y, a la par, una reina: “La reina de los bajitos”. La música, sus paquitas, el show de Xuxa reunía 200 millones de espectadores.

Una leyenda negra se echó en un momento a rodar: si se escuchaban los discos de Xuxa “al revés”, contenían mensajes satánicos y, para más, había llegado a nacer- se dijo - por las manos del médico monstruo de Auschwitz, Josep Mengele, refugiado en Brasil donde presuntamente murió ahogado en el mar: Meneguel, Mengele.

Xuxa reinó- es aún un ser totémico que dio la vuelta desde Brasil, hoy con 59 años erguidos sobre su metro ochenta- , y Pelé ya en el panteón de los inmortales.

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