Buscando la raíz de los hechos en profundidad, el origen del estrés que afecta recurrentemente a la Argentina tiene que ver con la falta de visión. La visión significa definir ¿en qué tipo de país nos queremos convertir dentro de los próximos 30 años? Y desde está visión construir el conjunto de medidas, instituciones, y estrategias de corto plazo que serán coherentes con esta.
El 2023 tiene de cara el mayor desafío que enfrenta el gobierno y la sociedad como un todo, la Inflación, cerrando 2022 con estimaciones cercanas al 100%, arrastrando una importante inercia para el año siguiente.
Las proyecciones inflacionarias 2023 por ahora son más bajas que lo que se estimada para 2022, pero igualmente muy elevadas. Impactando de forma negativa en los sectores más pobres de la sociedad, en los contratos de largo plazo y en las inversiones de mediano y largo plazo.
La Inflación, cerrando 2022 con estimaciones cercanas al 100%, arrastrando una importante inercia para el año siguiente
Analizando la historia para fechas posteriores de mediados de diciembre, las reservas internacionales del BCRA han presentado una baja considerable año tras año, salvo en uno, en 2021: USD 66.324 millones en 2018; USD 44.781 millones en 2019; USD 38.791 millones en 2010; USD 41.170 millones en 2021; y actualmente se ubican en torno de USD 39.000 millones.
El Gobierno intentará activamente evitar una devaluación brusca del peso, en la franja del tipo de cambio oficial mayorista, sobre todo, por el impacto alcista sobre los precios de los alimentos. Pero con estos niveles de reservas, sin mencionar las netas que son magras, le resultará un enorme desafío sostener esta política cambiaria.
La proliferación de los distintos tipos de cambios sectoriales o por productos no son una solución de fondo, sino solo una medida muy transitoria de corto plazo, y seguramente se verán más en 2023.
La sequía no trae alicientes para la soja y por ende para su futura liquidación de exportaciones para engrosar las reservas de divisas en el BCRA. Se proyectan más probabilidades de un salto discreto en el tipo de cambio de no revertirse la situación. No por decisión política, sino por la interacción del mercado.
El PBI a precios constantes se prevé que cerrará 2022 con un aumento de 4,6% interanual, levemente menor a la suba que hasta octubre proyectaba el consenso del mercado en el REM de BCRA. Y para 2023 tiende a cero.
Hay muchas variables en juego, en este sentido el principal componente a lo largo de los años lo representa el consumo que oscila entre 65% y 70% del PBI. Algunos indicadores ya muestran caída, por el deterioro del poder de compra de los salarios.
Prácticas en un año electoral
De cara a las elecciones, es probable que para mejorar el poder de compra de la sociedad el Gobierno busque concentrarse en una política activa de ingresos. Pero, impulsar el consumo podría resultar más inflacionario en caso de apoyarse en el incremento en el gasto gubernamental, y financiarse con emisión monetaria.
Es probable que para mejorar el poder de compra de la sociedad el Gobierno busque concentrarse en una política activa de ingresos
Una conducta de largo plazo por el bienestar del país implicaría dejar de lado los incentivos eleccionarios, cuidando el gasto y la emisión, para contrarrestar la inflación y dejar al país en un sendero más sólido de cara al futuro.
La política monetaria también tiene su historia. La suba de la tasa de interés de los últimos meses generó más apetito por instrumentos en pesos. Sin embargo, se está generando una emisión endógena por medio del pago de los intereses que generan las Leliq del BCRA, lo que implica mayor emisión de dinero, aun cuando se esteriliza o se pretende esterilizar.
Dicho en otras palabras, en la medida que el mercado no le renueve los vencimientos de deuda que tiene el Tesoro, y el BCRA tenga que emitir para comprar deuda esterilizando con más Leliq, el impacto sobre la inflación seguirá existiendo desde el lado monetario.
Los vencimientos en pesos del Tesoro para 2023 son muy abultados. El mercado tendrá su última palabra a medida que se perfile como el Gobierno va consolidando mayor o menor equilibrio fiscal.
La base de un plan sustentable en el tiempo es el equilibrio fiscal. El origen inflacionario está marcado por la monetización del déficit de las finanzas públicas, porque el Estado insiste en gastar más de lo que recauda.
La base de un plan sustentable en el tiempo es el equilibrio fiscal
El acuerdo con el FMI en términos fiscales implica alcanzar un déficit primario de un 1,9% del PBI. Es exigente pero no imposible, lo que de alguna manera le pone una restricción al Gobierno.
El sector industrial precisa insumos importados, los cuales son fundamentales para que el país pueda mantener su capacidad productiva. Limitar su ingreso pone en juego muchos sectores claves de la economía.
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