La actividad es impulsada por la competencia e impedida por la corrupción y los privilegios

Es siempre más accesible evaluar las jugadas deportivas que la coordinación de las actividades individuales en la economía. Pues los beneficios económicos individuales no son manifiestos y exigen mediciones especializadas, como el PBI, los ingresos o valor de los contratos personales. Mientras los espectáculos públicos están orientados al disfrute general y a la vista de la audiencia, los emprendimientos económicos tienen el propósito de atender necesidades privadas a los participantes.

En efecto, en los negocios, cada parte intenta atender simultáneamente faltantes propios y de otros participantes, que no requieren ser conocidos en su totalidad por los diferentes particulares.

De tal modo, en tanto los espectáculos públicos se distinguen por la riqueza y despliegue de los argumentos expuestos, el valor de los negocios privados se nutre de atender a las demandas particulares de los participantes. Mientras uno de los contratantes ofrece o demanda, la otra basta que adhiera, sin revelar su ganancia.

Las decisiones de gasto estatales debieran ser totalmente transparentes, evitando la corrupción de criterios deshonestos. En cambio, los negocios privados sólo requieren descubrir necesidades insatisfechas de los participantes.

Los políticos yerran cuando se arrogan la facultad de pretenden conocer las necesidades privadas de gente diferente. Y la Argentina figura en el puesto 95 de los países más corruptos, del Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional.

Las cifras del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (OSDA-UCA) marcan que el panorama se agravó por la fragilidad de las condiciones macroeconómicas y, en particular, la alta inflación. Hay 18 millones de personas que son pobres y 3,3 millones que son indigentes en la Argentina, según la proyección de los datos privados.

El director del OSDA-UCA, Agustín Salvia, resaltó que todos los indicadores macro mostraron un retroceso desde el segundo mandato de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a fines del 2011: PBI, PBI per cápita, creación de empleo registrado, poder adquisitivo y precarización del empleo, entre otros.

Salvia aclaró que “la relación entre empleo y PBI se está volviendo regresiva”. Lo mismo se verifica con la transferencia de ingresos, asistencias alimentarias y la pobreza; todas aumentan simultáneamente, confirmando fallas de diseño y ejecución de los gastos y transferencias.

Resta conocer el dato del Indec de la pobreza del segundo semestre del 2022. En la primera mitad del año para el organismo oficial llegó al 36,5% de la población y la indigencia al 8,8 por ciento.

Sin embargo, más allá de los números, tal como lo describió el OSDA-UCA, la raíz de esta brecha social es la ausencia de estabilidad macroeconómica y la persistencia de un “modelo fallido de desarrollo”.

Las sociedades se organizan acordando reglas de actuación, códigos de conductas, como los Diez Mandamientos, normas conjuntas ordenando tránsitos, transacciones conjuntas y libertades para disfrutar las habilidades individuales.

Las reglas más justas y transparentes son las mismas e iguales para todos los participantes. El propósito del Sistema Métrico Decimal, instituido por la Revolución Francesa para asegurar iguales derechos para todas las personas. En contraste, el derrocado sistema aristocrático anterior, confería privilegios según la voluntad de los reyes.

Irónicamente, al liberarse de coloniajes foráneos, la mayoría de países repitieron la concesión de prerrogativas según simpatías de los mandones.

Las estadísticas del FMI sobre las estimaciones de la economía mundial (WEO, en sus siglas en inglés) confirman: a mayores altibajos de derechos individuales, mayores pobrezas, menores ingresos personales. De tal modo, no son las tecnologías utilizadas, como enseñaban los neoclásicos, las que diferencian los PBI por habitante de cada país, si no la corrupción de los derechos individuales, concediendo privilegios particulares. En el libro “Por un País más Justo y Floreciente” destacó que “suprimir privilegios impulsa el progreso”.

Corrupción es conceder ventajas a personas determinadas, quebrando la igualdad ante la ley y la competencia.

Si se ordenan los países según PBI por habitante y el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional se obtiene una fuerte correlación. Las naciones más libres de corrupción son más competitivas y prósperas, Irlanda, Suiza, Singapur, EEUU. Los más corruptos, por el contrario, son menos competitivos y más rezagados, Nicaragua, Venezuela.

La pobreza aumenta precisamente cuando crecen los gastos dirigidos a empoderar a los cercanos al poder, aduciendo diferentes programas estatales para atender escaseces puntuales, educativas, salubridad, obras. Hasta subsidiar a empresas como Aerolíneas cuyos usuarios son minorías.

Por otra parte, premiar a quienes extorsionan impidiendo tránsitos, transacciones, legales es directamente empobrecedor.

Incitar a movimientos sociales a entorpecer la libre circulación, sin contribuir ni siquiera a limpiar la suciedad ocasionada, no puede ser menos considerado hacia las personas involucradas.

La riqueza, el PBI, se consigue negociando actos mutuamente convenientes, nunca entorpeciendo actividades legales.

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