CFK redobló la apuesta y esto recién empieza

La Vicepresidenta se despachó con una feroz diatriba televisada en la que denunció la existencia de un “estado paralelo y mafioso”, al que le atribuyó la sentencia que la condena. Y está convencida de que la historia ya la absolvió

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La Vicepresidenta hizo un furioso descargo por sus redes sociales (REUTERS/Agustin Marcarian)
La Vicepresidenta hizo un furioso descargo por sus redes sociales (REUTERS/Agustin Marcarian)

Cristina Kirchner recibió la condena a seis años de prisión con inhabilitación perpetua que dictó el Tribunal de la causa Vialidad redoblando la apuesta. Minutos después de conocerse el fallo en el que se la encuentra responsable del cargo de administración fraudulenta, se despachó con una feroz diatriba televisada que se prolongó por algo más de una hora y en la que denunció la existencia de un “estado paralelo y mafioso”, al que le atribuyó la sentencia que la condena.

“Son mafia absoluta”, dijo para caracterizar a la Justicia. La idea va más allá de las anteriores denuncias de “lawfare” o de la existencia de un “Partido Judicial”. La líder del kirchnerismo dice haber quedado a merced de lo que ella define un “sistema paraestatal”.

En tono de stand up, visiblemente irritada, dio a conocer los detalles del controvertido viaje a la propiedad del multimillonario inglés Joe Lewis del que participó un grupo de jueces, empresarios de medios y funcionarios de la oposición. Un hecho que se conoció hace tres semanas por una nota en Página 12 y escaló a la desmesura de la intempestiva cadena nacional protagonizada por Alberto Fernández en la tarde de este lunes.

La exposición de CFK se articuló en torno a la lectura pormenorizada y cargada de histrionismo del bochornoso chat grupal que tomó estado público este domingo, gracias a una exitosa tarea de espionaje ilegal que lo sacó de la esfera privada, logrando su viralización

El mensaje de la Vicepresidenta incluyó dos audios, uno de Juan Bautista Mahiques, Procurador de la Ciudad de Buenos Aires, y otro del juez Julián Ercolini. La reproducción de estas piezas desbarató el argumento de que la conversación vía Telegram era una fake o que resultara manipulada. “Este es el sistema y el responsable del fallo”, dijo la Vicepresidenta ahora condenada. “Se trata del poder económico en articulación con el poder mediático”, aseguró. Y agregó: ”Esta es la verdad de la milanesa”.

Cristina preparó la llegada del fallo arropada en un relato que fue trabajando en sucesivas presentaciones. Ella venía machacando con la idea de que esta condena estaba escrita. Definió al Tribunal como un “pelotón de fusilamiento”. Y se instaló en la caracterización de una víctima de una persecución.

En su afiebrado relato, construido en la desesperación de quien se sabe condenada, emparentó sus avatares frente a la Justicia con los fusilamientos de José León Suárez y la Masacre de Trelew. El fallido atentado perpetrado por un grupo de desarrapados fue asimilado por CFK a un intento de magnicidio por encargo, financiado desde la oscuridad del poder económico. Parte de un plan para sacarla de juego. Habiendo fallado el empeño de Sabag Montiel de sacarla del medio por la vía violenta, ahora la Justicia pasó a ser el brazo ejecutor de su cancelación. Esa es la descripción de su desventura.

Cristina trabajó el relato para que este día la encuentre identificada como una suerte de mártir en manos de un sistema perverso que quiere eliminar al peronismo. Ella es Perón y Evita y es también “la juventud maravillosa” que regresa a rodearla en los “pibes para la liberación”. Ella es la síntesis. En la inagotable y recalentada imaginación de Cristina, el objetivo último y final de los jueces, es proscribirla. Por eso vienen por ella.

El escándalo del viaje a Lago Escondido viene a perfeccionar la narrativa en la que se refugia Cristina Kirchner para sobrellevar el peso de la sentencia. Sin argumento alguno para rebatir las pruebas en su contra que obran en el expediente, sin lograr explicar su relación con el empresario Lázaro Báez, esgrime una arrebatada defensa política.

Quienes participaron de este fin de semana en dulce montón en el lugar menos indicado, en el momento menos indicado, haciendo gala de un sentido de impunidad e indemnidad superlativa, tendrán que hacerse responsables de la imperdonable parte del libreto que contribuyeron a escribir.

Cristina Kirchner sabe perfectamente que nada le impide presentarse en las próximas elecciones porque la inhabilitación perpetua no corre hasta que la condena no quede en firme. Sabe también que nadie podrá privarla de la libertad hasta que esto no ocurra, cosa que llevará varios años. Tal vez por eso se cura en salud anunciando que no será candidata a nada, que se quedará sin fueros y que podrán meterla presa a fines de 2023.

Está convencida de que la historia ya la absolvió. Siempre es mejor pasar a la posteridad como víctima de una conspiración o de un atentado a quedarse sin fueros ni poder perdiendo una elección. A respirar hondo y armarse de paciencia. Esto recién empieza.

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