Vivimos en el mundo del revés, donde los vecinos tenemos miedo y los delincuentes no. La provincia de Buenos Aires es un caos porque las mafias y los narcos se adueñaron de las calles.
Hace tiempo que no se vive una situación parecida. Incluso los delitos, que van en aumento y son cada vez más violentos, reflejan el nivel de deterioro que se sufre. Frente a este escenario nos encontramos con un Axel Kicillof ausente, que abandonó la lucha contra la criminalidad y su preocupación pasa por la interna nacional y la agenda judicial de la Vicepresidenta.
Hasta Cristina Kirchner, que tenía el doble de homicidios y casi un secuestro por día, hoy pide mayor presencia de Gendarmería en el Conurbano por los números preocupantes que arrojan las estadísticas, cuando en realidad su gobierno ignora por completo la problemática.
Dar la batalla
La inseguridad no es una sensación. Para erradicarla se necesita decisión política, una eficaz conducción de la policía y demostrar apoyo hacia el desempeño de las fuerzas de seguridad.
Durante los cuatro años que estuve al frente del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, la silla más caliente del país, experimenté que en cada hecho delictivo había un componente relacionado con las drogas.
Es importante remarcar que el narcotráfico es la madre y el padre de todos los delitos: cuando la droga se mete en la sociedad y el gobierno no quiere dar la lucha para enfrentarla, los robos, hurtos y asesinatos crecen.
El hecho de que el distrito más grande y rico de la Argentina se haya convertido en un santuario del crimen organizado es la consecuencia de la no coordinación entre la Nación, la Provincia y los Municipios.
La batalla contra las mafias y los delincuentes se da en equipo, como hicimos cuando Mauricio Macri era presidente, María Eugenia Vidal gobernadora, Patricia Bullrich ministra de Seguridad de la Nación y quien suscribe ministro de Seguridad bonaerense, en combinación con el ministerio de Justicia y Seguridad de CABA. No inventamos nada raro, solo nos hicimos cargo de nuestra responsabilidad como servidores públicos y pusimos lo que había que poner para enfrentar a los mafiosos y hacer respetar la ley.
La seguridad fue nuestra prioridad
Entre el 2015 y el 2019 pasamos de ser una provincia que era cómplice del delito y que miraba para otro lado, a una que peleaba contra las mafias. Atacamos cada uno de los frentes que estaban destruyendo nuestra policía y que nos debilitaban a la hora de enfrentar el delito.
En solo cuatro años derribamos 150 búnkeres de droga. Incautamos 75.824 kilos de marihuana, 550.023 unidades de paco, 6.231 kilos de cocaína y 242.451 microdosis de LSD. La cifra más alta en la historia en incautación de drogas. Pusimos al servicio de la fuerza 72 vehículos de alta gama recuperados del delito organizado y bajamos en un 36% los homicidios.
Prohibimos la entrada a 3.500 barras y detuvimos a más de 100 líderes violentos. Logramos que las familias vuelvan a disfrutar del fútbol, que se jugarán 550 encuentros con público visitante y que todos los clásicos del país se disputen en la provincia de Buenos Aires.
Implementamos el sistema de identificación Fan ID para el ingreso al estadio, exigimos el empadronamiento de todos y coordinamos con Nación el programa “Tribuna Segura” para evitar el acceso de personas con pedido de captura o con medidas restrictivas al derecho de admisión.
Equipamos a nuestra policía con alrededor de 3.000 nuevos patrulleros, 1.000 motos, 40 torres de monitoreo y 200 puestos móviles. Cuando llegamos, solo 1 de cada 3 policías tenía chaleco: invertimos para que cada uno tenga el suyo. Entregamos casi 14.500 pistolas y renovamos 8.133 más. Por primera vez en 10 años invertimos en el equipamiento del Grupo Halcón y el Grupo de Apoyo Departamental (GAD). Creamos la UTOI, una fuerza dependiente de la policía bonaerense que tiene como objetivo enfrentar a las bandas organizadas que operan en las villas y asentamientos.
Entendemos que debemos cuidar a quienes cuidan, por eso apostamos fuerte a la profesionalización de la policía. En este sentido, elevamos las exigencias de ingreso a la Fuerza: duplicamos la formación de los aspirantes de 6 meses a 1 año lectivo. Incorporamos nuevos contenidos y llevamos adelante un programa de entrenamiento continuo en tiro policial, defensa, educación física y otras prácticas.
Propuestas, equipo y decisión
Hoy, en mi rol de diputado nacional desde 2019, sigo trabajando con mi equipo en aportar herramientas para seguir combatiendo la inseguridad. Por eso desde nuestro rol legislativo impulsamos proyectos para combatir al crimen organizado. Con el aporte de los profesionales que acompañan a Patricia Bullrich, presentamos un proyecto para crear una Agencia Federal Antinarcóticos con el objetivo de contar con una organización especializada en la materia que brinde una respuesta eficiente al narcotráfico, sus derivaciones y delitos conexos.
Mientras el kirchnerismo continúa empecinado en reformar la Justicia para buscar su propia impunidad, nosotros avanzamos en volver a impulsar el proyecto de reforma del Código Penal, diseñado durante la gestión de Mauricio Macri. Entre sus características más destacadas, podemos mencionar el aumento de las penas a hechos relacionados con el narcotráfico o la quita del beneficio de la libertad condicional para reincidentes y autores de delitos graves, por ejemplo. A su vez, impulsamos un nuevo Régimen Penal de Minoridad para bajar la edad de imputabilidad a los 14 años.
Nuestra iniciativa no solo busca darle contención y reparación a la víctima, sino también brindar un proceso adecuado al menor que delinque para que no vuelva a hacerlo.
Recuperar el orden
Sabemos lo que ocurre en la provincia porque ya combatimos sus problemas y hoy la seguimos recorriendo todos los días para cambiar una realidad que nos resulta insoportable. No estamos dispuestos a naturalizar que nos asalten de madrugada en las paradas de colectivos. No vamos a naturalizar que los barrios más pobres sean el objetivo de caza de las bandas narco. No vamos a permitir que nos quieran hacer creer que la vida no vale nada y que te pueden matar por un par de zapatillas, un celular o una moto en las calles de mi Provincia. No se puede vivir con miedo. Los que tienen que tener miedo son los delincuentes, no los vecinos. Sabemos Para qué vamos a volver a ser gobierno. Tenemos la experiencia, el conocimiento, el compromiso y la decisión para volver a recuperar el orden en la provincia más grande, rica y potente del país.
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