Hace unos días explicábamos la naturaleza del conflicto por la Calidad Educativa en la Provincia de Santa Fe. Transcurrida casi una semana, la ministra elude el eje del mismo, cerrándolo a un acta paritaria, haciendo hincapié en la extensión de días de clases. Nada más alejado del reclamo de los docentes.
La ministra ha inventado una nueva categoría que es la del Trienio 2020-22 (el de la pandemia), para justificar la ausencia de políticas de remediación y recuperación de aprendizajes. El tiempo se detuvo en Santa Fe hace tres años. Convierte en política educativa una serie de medidas coyunturales que solo nos trajeron hasta esta crisis, e inventa el Modelo Educativo de Santa Fe: Secundaria de Avance Continuo. Una política anclada en la falta de idoneidad y en la política de multiplicación de la pobreza y la ignorancia con la escuela como institución de acogida, pero no de aprendizaje. Es notable el argot ministerial que no deja de repetir que la escuela es el lugar donde “habitan los adolescentes”. Solo un espacio de dudosa contención.
El eje del problema sigue siendo la abolición del sistema de promoción y acreditación vigente (DEC.181/09), y la triste realidad que pone a miles de chicos santafesinos en una igualdad basada en la ignorancia, como expresara ayer una colega “el ministerio de Santa Fe dio por finalizada la batalla contra la desigualdad y anuló las diferencias con la Circular 4/22. Igualdad para todas y todos, y el mérito lo vistieron de vergüenza para que ningún adolescente intente ser mejor.”
Por primera vez los directivos autoconvocados han levantado la bandera de la calidad educativa, y aunque la propaganda oficial pretenda descalificar hablando de recuperación de días de clase. Lo único que no ha dejado de tener centralidad es la necesidad de recuperar la calidad educativa y el marco legal que permite a las escuelas responder a la comunidad con criterios objetivos respecto a lo que aprendió o no un estudiante.
Los autoconvocados han asistido pacientemente a las convocatorias donde las autoridades hablaron sin interrupción durante 5 horas, promedio, sin darles la palabra, exponiendo como en las “filminas del Alberto” unos datos que ya habían sido presentados hace algunos meses, obviamente cuestionados desde muchos sectores del ámbito educativo académico, pues solo reflejaban el relato, Santa Fe bajó la repitencia y recuperó más chicos que nunca… pero claro, eso fue con promoción automática y toda la batería de medidas que se pretende ahora convertir en política de estado.
Los padres, y otras entidades de la sociedad civil (Eco Educativo Santa FE, Padres por la Educación, Padres Organizados, Red de Educadores Innovadores, Docentes por la Educación) apoyan desde el primer día a este valiente grupo de directivos de educación de gestión estatal y privada para sostener el tema de fondo y no permitir la imposición de un modelo educativo que consagra el vaciamiento de contenidos, el fin del mérito, y condena a la marginalidad a los egresados de las escuelas más vulnerables. La graduación masiva de los últimos tres años tiene una contracara. El abandono igualmente masivo de los universitarios y estudiantes de los terciarios antes del segundo año de carrera. Baste recordar que también los institutos terciarios han tenido que implementar políticas de acompañamiento de trayectoria, algo inadmisible para el nivel superior, la secundarización de un nivel no obligatorio que debe producir profesionales idóneos.
Tampoco se ha hablado de las consecuencias en el ámbito de la educación técnica o agrotécnica, que tienen aún peores perspectivas en cuanto sus alumnos reciben una acreditación profesional al término de su carrera. ¿Cómo sabremos si ese técnico electricista aprobó lo fundamental, o un trayecto con varias pendientes?
Asimismo, la situación de las EMPAS (escuelas medias para adultos) ha sido víctima durante el año de esta política, como hemos mencionado en otro artículo (Vaciamiento curricular en las EMPAS de Santa Fe). Pero, sin duda, la masiva graduación de la Secundaria de avance continuo pondrá en jaque la continuidad de estos establecimientos.
Por eso también es la hora de que el resto de la sociedad se comprometa, como la Sociedad Rural de Rosario, presente y apoyando esta causa desde el primer día. Necesitamos también que la industria, la producción, los sectores que pagan la educación de nuestros chicos con sus impuestos reclamen a las autoridades por una política que nos está dejando sin futuro a todos. Nuestros alumnos no competirán por el trabajo en la provincia de Santa Fe, compiten contra los estudiantes del resto del mundo. Recordemos que no hay trabajo decente sin educación de calidad. Basta darse una vuelta por los barrios de Rosario para contemplar la tragedia educativa que atravesamos.
El gobierno provincial ha redoblado la apuesta, y según ha expresado la ministra, no habrá marcha atrás en la imposición de la Circular 4 reconvertida ahora en Resolución. De manera que las reuniones monologadas que está manteniendo con directivos, solo son parte de una pantalla para mostrar diálogo donde no tiene voluntad de tal. Mientras tanto, elige poner en escena a los sindicatos como interlocutores para bajarle el precio al reclamo por calidad educativa, y subsumirlo a un tema de paritaria y extensión de calendario.
En esto es importante recordar que no estamos en una sociedad estamental, y que los ciudadanos gozamos de pleno derecho a expresarnos, como tales podemos ejercer nuestro derecho a ser escuchados en ese carácter, y eso también incluye a padres, ONG´s, los directivos autoconvocados, etc. Esto es lo que ha puesto en jaque a las autoridades, y ha deslegitimado la posición del ministerio frente a quienes deben ejecutar una política educativa que va contra el sentido común y los valores de la comunidad educativa.
La Revolución por la calidad educativa se ha iniciado en Santa Fe, espontáneamente, de la mano de los docentes, con solo la celeste y blanca como bandera. El desafío recién empieza, porque hará falta mucho más que voluntades para sacar adelante un proyecto educativo que devuelva a nuestros jóvenes la esperanza de crecer y producir en esta tierra bendita, hoy arrasada por la ignorancia, el narcotráfico y la pobreza.
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