Para muchos seguramente se tratará de un día más, pero para los justicialistas el 17 de noviembre encierra un significado muy especial. Un día como este, pero de 1972 y tras 18 años de exilio, Juan Domingo Perón regresaba a su país y se reencontraba con su gente.
Su vuelta se convirtió en un símbolo y ese regreso fue tomado como un ejemplo de la resistencia y la militancia por los casi 20 años en los que fue proscripto. Sin embargo, debieron pasar muchos años más para que el Día de la Militancia, como se lo instauró, se conmemorara de la manera que correspondía.
Estoy hablando del 17 de noviembre de 1990. Ese día, más de 600 mil personas concurrimos de manera individual y sin ser llevados por nadie al acto que se organizó en la localidad de Laferrere, partido de la Matanza. Se trató de una iniciativa del Alberto Pierri, en ese momento Presidente de la Cámara de Diputados e integrante de la Liga Federal.
Para ambos se trató de una jornada inolvidable. Pierri comenzó su discurso señalando: “Se trata de un día extraordinario, porque vuelve a soplar un huracán, un viento que arrasa con todo cuando la militancia peronista se moviliza y despliega sus banderas”.
Hoy se perdió la mística de la espontaneidad en la política. Hoy los más jóvenes, y los no tanto, concurren a los eventos movidos por un cantante, por una banda de rock o por las marchas reivindicatorias de las minorías. Pero desgraciadamente -y debido a la degradación que año tras año viene soportando la política- para reunir menos del 10% de aquel encuentro de 1990 se requiere de un despliegue de micros y de mucho pero mucho dinero.
Las más grande movilizaciones de las últimas décadas fueron contra la política y contra los políticos. El ejemplo más claro fue “el que se vayan todos”, un grito de guerra que entre el 2001 y parte del 2002 sonaba en las calles a lo largo y ancho del país.
Para recordar el Día de la Militancia hoy son convocadas en la capital de la provincia de Buenos Aires, como así también en otras ciudades país, diferentes actos o reuniones conmemorativas.
Debemos hacer un enorme esfuerzo para reencontrarnos, no sólo en actos de uno u otro partido político. Los argentinos debemos recuperar los consensos, único camino que nos permitirá avanzar como Nación.
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