La ideología de las piedras y otros asuntos

El disparate narrativo de la vocera presidencial dejó en evidencia una vez más la compulsión del oficialismo por simplificar la realidad. Todo lo que no cabe en la cosmovisión kirchnerista de la vida es “de derecha” o “la derecha”

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Gabriela Cerruti a Irene Montero:
Gabriela Cerruti a Irene Montero: "La Derecha puso esas piedras por el Covid"

El aberrante disparate narrativo que la vocera presidencial compartió en sus redes da pistas para comprender cómo llegamos hasta aquí. La compulsión por simplificar la realidad, justificar los propios fracasos y frustraciones, y embretar los hechos y sus consecuencias dentro de la lógica amigo-enemigo conduce a estos dislates.

Embriagada por el narcisismo digital que suele arrastrarla, la vocera con rango ministerial mete hasta las piedras de los muertos en pandemia en una caracterización ideológica.

Ahora resulta que hay piedras de derecha. Por oposición, podríamos suponer que las toneladas de piedras arrojadas contra el Congreso de la Nación, cuando la refriega del debate previsional, eran piedras de izquierda.

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Luego de anoticiarse del inmediato repudio que recibió en las redes demandando su renuncia, la portavoz pidió disculpas. El daño ya estaba hecho. Es obvio que cuando habla, expresa sin remilgo alguno su manera de ver el mundo. De ese lugar no se vuelve.

Nada de esto sería grave si no fuera que Gabriela Cerruti integra el círculo más íntimo de Alberto Fernández y se supone es su voz en el espacio público.

Para el jefe de Estado, también la “derecha” es el enemigo a vencer. De hecho, el presidente que no ha logrado en tres años consolidar su mandato y que, aún así, quiere renovar, se propone a sí mismo como un “freno a la derecha”. Algo que asimila su narrativa a la de Cristina Fernández de Kirchner.

Considerando lo difícil que es, en los confusos tiempos que corren, precisar hoy las categorías de la derecha y la izquierda en política podríamos colegir en que todo lo que no cabe en la cosmovisión kirchnerista de la vida es “de derecha” o “la derecha”.

Gabriela Cerruti, vocera presidencial
Gabriela Cerruti, vocera presidencial

Ambos protagonistas inescindibles del momento político argentino comparten un enemigo a vencer, Mauricio Macri y “la derecha”. Al menos eso es lo que expresan en sus frecuentes diatribas.

El esfuerzo de la Vicepresidenta está puesto en estos días que corren en diferenciarse del Presidente que ella misma procreó. Al ninguneo que lo somete personalmente se suma el aporreo que los suyos le propinan sin pausa.

Alberto Fernández le devuelve las atenciones haciendo uso de un activo que retiene y sabe manejar a la perfección: su capacidad de daño. Ella y todos los suyos, Massa incluído, quieren eliminar las PASO y él está conjurado en sostenerlas.

La anulación de las primarias supondría un doble beneficio para el oficialismo K, significaría un problema muy difícil de resolver para la coalición opositora, un espacio que carece de un liderazgo definido y en el que muchos quieren ser presidente, y, a la vez, consagraría a CFK como la gran electora. El dedo de CFK otra vez definiendo todo.

Otro asunto en el que Alberto Fernández se empeña en contrariar los designios de su genitora es el relacionado con el otorgamiento de una “suma fija” para los trabajadores. También en esta cuestión se manifiesta dispuesto a no ceder.

Los dirigentes cegetistas reniegan de una suma fija. Reivindican las paritarias. Dicen que la suma fija achata la pirámide salarial. Son más permeables a la idea de un bono por sector.

Detrás de este debate está también el interés por retener poder frente a los representados. Las paritarias son un logro de los representantes sindicales. La “suma fija” es un otorgamiento discrecional del Gobierno. En vísperas del año electoral todo suma.

Dirigentes de la CGT se
Dirigentes de la CGT se reunieron con la ministra de Trabajo Kelly Olmos

Otro empeño albertista es habilitar el debate por la “renta inesperada”. Un proyecto ideado en los tiempos de Martín Guzmán y que el kirchnerismo ordenó cajonear.

La embestida contra Alberto Fernández continúa. La batalla continúa. Andrés “el Cuervo” Larroque no le afloja. “Alberto Fernández piensa más en él que en el pueblo…está ensimismado”, dijo.

Larroque expresó con absoluta claridad lo que está pasando. Dijo que” la decisión de Cristina de llamar a su ex jefe de Gabinete tuvo que ver con la necesidad de generar un punto de acuerdo, una tregua con el poder económico” pero que pese a los vínculos de Alberto Fernández con “el Grupo Clarín y la Justicia, esos sectores se mantuvieron en pie de guerra”.

“Si no explicamos bien esto pasamos a quedar atrapados todos en una cosa que no compartimos”, concluyó. Absolutamente explícito. Todo un cuadro de situación.

CFK también busca con obsesiva dedicación encontrar los supuestos autores intelectuales y financistas de el fallido intento de asesinato del que fue objeto. Aceptar que no existen y que solo una deshilachada banda de lunáticos desvariados le descoloca. Frustrada la pista de Revolución Federal que, en la epifanía de su teoría conspirativa conducía a los Caputo y por lo tanto a Macri, ahora va por Gerardo Millman, o sea a Patricia Bullrich.

El mediático video en el que expone su versión de los hechos, una precuela digna de Netflix, resulta atrapante pero la historia está destinada a diluirse en la nada misma.

La acusación es de una inconsistencia rayana en el infantilismo. Lo ya asentado en la causa que lleva adelante la Jueza María Eugenia Capuchetti preanuncia el fracaso de esta nueva intentona por encontrar a los supuestos ideólogos de un magnicidio que no llegó a ocurrir.

La presentación viene en tono dramático. Del “no me quieren víctima sino acusada” al “me quieren presa o muerta”. La expectativa está puesta ahora en el acto del 17. Se aguardan definiciones para el “Día de la Militancia”.

La jueza federal María Eugenia
La jueza federal María Eugenia Capuchetti (Maximiliano Luna)

Cristina sigue teniendo a Sergio Massa en sus oraciones. Por el momento ministro de Economía goza del sacrosanto respaldo vicepresidencial. No obstante tiene que hacer malabares para no contrariar de manera demasiado visible la mística K.

El programa denominado “Precios Justos”, que se presenta como una estrategia para contener la presión inflacionaria sobre los alimentos, es una suerte de escape híbrido a la contradicción que plantean desde el kirchnerismo que demanda ir contra los formadores de precios y las empresas.

El Ministerio de Economía hace saber que fue un acuerdo voluntario y que los precios no se congelan. Una cuestión en definitiva, semántica. La zanahoria que se ofrece para las compañías que se suban al plan, es el acceso a dólares preferenciales

Los empresarios descreen que el Gobierno pueda cumplir con su parte. El Banco Central sigue perdiendo reservas y las posibilidades de recuperar posiciones se esfuman. A la severa sequía que afecta a millones de hectáreas productivas se suman las heladas tardías y el granizo que ha malogrado cultivos en los últimos días.

Los daños causados por los fenómenos meteorológicos ya permiten calcular una pérdida de USD 2.500 millones por la cosecha fina y de persistir las condiciones otros USD 6.000 por la cosecha gruesa. Una catástrofe económica en el año electoral.

Alberto Fernández que resiste la presión K para eliminar las PASO también hace equilibrios malsanos en sus intervenciones discursivas para no irritar a la lideresa. Sin el menor rubor se manifestó escandalizado por la falta de reacción internacional frente a la guerra.

“Vergüenza debería darnos que después de perder más de seis millones de vidas por la pandemia, el mundo se anime a llevar adelante una confrontación bélica como esta”.

Es curioso, Alberto Fernández acusa al mundo en general y no hace ni una sola mención a Vladimir Putin. Parece haber olvidado el tiempo de vino y rosas en el que ofreció al líder ruso el país como puerta de entrada a América Latina. No fue hace tanto.

La guerra de egos y el narcisismo sigue siendo determinante en la rosca política. El desayuno que compartieron los referentes del PRO se sirvió helado. Poco se habló de los bochornosos roces y enfrentamientos pero “a buen entendedor pocas palabras”. El comunicado que emitieron estuvo dedicado a Sergio Massa: “Está construyendo una bomba económica hacia el futuro”.

La reunión de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio pasó sin pena ni gloria. El zoom otorga siempre la posibilidad de mutearse o escurrirse de la escena sin mayor costo. Dos de las participantes se conectaron desde vehículos en movimiento. Está claro que la unidad no fluye.

La convicción de que la elección del 23 ya está ganada por la coalición opositora puede jugarles una mala pasada. Mientras todos coquetean a pura selfie con las fórmulas mixtas y candidaturas candidaturas, las terceras opciones avanzan.

Federico Aurelio, director de la consultora Aresco, dijo que de acuerdo al escenario que manejan podría darse un “triple empate” entre el Frente de Todos, Juntos por el Cambio y Javier Milei en el que cualquiera podría quedar afuera de un posible balotaje.

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