Para intentar allanar el camino, estaremos revisando algunas alternativas para hacer frente a los últimos meses del año y principios del próximo.
En lo local, vemos una clara migración del mercado hacia opciones que brindan cobertura para encarar de lleno el último bimestre del 2022. Como por ejemplo, en el mundo de Fondos Comunes de Inversión (FCI) -que concentra una gran cantidad de inversores con conocimientos básicos en el mercado, medios y hasta avanzados- la migración es clara hacia alternativas cortoplacistas, de cobertura de inflación y desarmes en Dolar Link, debido principalmente la baja expectativa de un salto en el tipo de cambio en el corto plazo.
En el plano internacional, Jerome Powell (presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos) no cambió el tono de su discurso, dejando claro que todavía no terminó la batalla contra la inflación. No obstante, esta semana el dato de inflación de octubre salió por debajo de lo esperado, lo que podría derivar en un cambio de expectativas en cuanto a las futuras subas de tasas de interés y su agresividad.
Por otro lado, la temporada de balances en Estados Unidos está dejando como resultado un menor crecimiento de las ganancias y los analistas comienzan a recortar sus pronósticos de cara al fin de año.
La temporada de balances en Estados Unidos está dejando como resultado un menor crecimiento de las ganancias y los analistas comienzan a recortar sus pronósticos
Al día de hoy -con aproximadamente el 85% de las empresas habiendo ya presentado sus resultados- las ganancias interanuales alcanzan sólo el 2.2%, lo que representa una caída de 5.4%, si excluimos al sector energético.
No obstante, más allá de estos datos que suenan poco alentadores, el abanico de opciones es amplio y hay diferentes alternativas según el perfil y el apetito al riesgo de cada inversor. Veamos algunas:
Fondos Comunes de Inversión (FCIs) son de fácil acceso, simples de operar, su mínimo de inversión es bajo -en general rondan los $1.000- y están administrados por expertos que adaptan la composición del Fondo para cumplir con un objetivo en un plazo determinado. Además, al estar compuestos por varios activos ayudan también a la diversificación de la cartera.
Uno de los aspectos clave es que aseguran la liquidez a la hora de desarmar posiciones. Estos instrumentos no sólo permiten diversificar dentro de un mismo universo de activos (por ejemplo, renta fija), sino también invertir en estrategias combinadas.
Dada la coyuntura podremos hacer una combinación de FCI para poder transitar estos meses. Esta cartera la pueden conformar con: FCI Renta Fija “T+1″: buscan una tasa igual o mayor a un plazo fijo; los principales activos son Letras y/o bonos de muy corto plazo, fideicomisos financieros. Instrumentos con bajo riesgo de mercado. Perfil: Conservador. Liquidez: T+1 (24 horas)
Este segmento lideró el desempeño de los fondos de renta fija en octubre y encaran un buen noviembre, con un 5,4% promedio. Su volatilidad, como dato a favor, se mantuvo por debajo del 3% aproximadamente para carteras de 75 días promedio.
Fondos CER: Objetivo: Cobertura con respecto a la inflación. Los principales activos son bonos ajustables por inflación y/o otros instrumentos ajustables por CER o UVA, apropiados para un perfil moderado. Liquidez: T+2 (48 horas).
Las expectativas de una inflación alta siguen siendo un punto a favor de esta estrategia. Las estimaciones se mantienen hacia arriba según el Relevamiento de Expectativas de Mercado, conocido hace unos días, ante una inflación proyectada en torno al 6% mensual al menos hasta abril próximo. En este escenario, seguimos constructivos con la exposición a fondos CER, priorizando las estrategias cortas en una cartera para aquellos que no estén dispuestos a someterse a una volatilidad alta.
Fondos con Riesgo Corporativo: Objetivo: Buscan diversificar riesgo soberano. Los principales activos son las Obligaciones Negociables en pesos y dólares, pero también pueden incluir Facturas Electrónicas, Cheques de Pago Diferido, Pagarés, Fideicomisos Financieros, entre otros. Es para un perfil moderado. Liquidez: T+2 (48 horas). Son una buena opción para diversificar una cartera por fuera del riesgo soberano local de mediano/largo plazo.
La cobertura frente a la inestabilidad
Si se quiere una cartera conservadora, proponemos el uso de Obligaciones Negociables (Ley Nueva York), bonos provinciales y una muy pequeña parte de bonos soberanos (aproximadamente el 10%). Lógicamente, es más defensivo en un escenario negativo y plantea privilegiar buenos créditos.
Para los inversores un poco más agresivos, podemos priorizar exposición a instrumentos más volátiles, pero de mayor upside potencial en caso de un escenario constructivo/optimista hacia adelante. Mantendríamos aproximadamente un 60% a 65% de la cartera en Bonos provinciales y ON de buena calidad crediticia y el resto se pueden utilizar Bonos en pesos, Bonos soberanos en dólares, acciones locales y cedears. Si uno prefiere aumentar la exposición en el plano internacional puede reemplazar las acciones locales por cedears.
Si uno prefiere aumentar la exposición en el plano internacional puede reemplazar las acciones locales por cedears
Para el que busca alternativas de cobertura en el plano internacional, dado el contexto, proponemos opciones para el largo plazo. Combinando cedears de ETF como el SPY y cedears de empresas consolidadas, en preferencia las que paguen dividendos para capitalizar estas ganancias, como por ejemplo: The Coca-Cola Company, JPMorgan Chase & Co , Johnson & Johnson, Procter & Gamble, Verizon Communications, ExxonMobil, entre otras.
Si se busca ser un poco más agresivo en este punto, teniendo en cuenta el diferencial observado en la temporada de resultados (y en las proyecciones de los próximos trimestres) se puede armar una cartera agresiva a largo plazo con cedears de ETF, como por ejemplo, SPY en un 40% y el resto en posiciones con la misma ponderación en instrumentos como XLF, XLE, EWZ y QQQ.
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