Democracia de proyectos versus democracia de candidatos

La política hoy debe competir a brazo partido contra el hartazgo que tiene muchos adeptos

El presidente electo de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva recibe al mandatario de Argentina, Alberto Fernández, en Sao Paulo, Brasil, a donde el argentino viajó para saludarlo tras la elección del domingo. Esteban Collazo/Presidencia de Argentina. Fotografía provista por un tercero.

El resultado electoral del este domingo en Brasil tan parejo deja un país partido con una polarización extrema. Derecha dura versus un Lula Da Silva corrido al centro. Un Lula que no volverá al Socialismo Siglo 21, como tampoco el chileno Gabriel Boric. Podríamos decir que estamos ante una derecha en avance y una izquierda en proceso de centro. Queda claro que el gran problema de Brasil es político, y como en EEUU surgió un “Trumpismo” (más allá de Donald Trump), Brasil inaugura un “Bolsonarismo” (más allá de Jair Bolsonaro).

A propósito, el presidente Alberto Fernández y su equipo visitaron al flamante presidente electo de Brasil. A propósito del Jefe de Estado argentino, a un año de terminar su gestión, produjo el desplazamiento del “Cristinismo” del control hegemónico de la coalición. El primer dato de esta realidad tiene que ver con los nombramientos de los últimos ministros de manera autónoma. Si se mantiene así, Fernández queda en carrera para ser el candidato que va por la reelección o elegir quién lo suceda.

Como sea, el panorama no es sencillo: la Vicepresidenta y La Cámpora optaron por ser oposición de su propio gobierno, el mismo que CFK eligió y desde hace rato no reconoce como propio. No extraña la actitud de la Vicepresidenta, anteriormente lo hizo con Julio Cobos y Amado Boudou, con una única, pero enorme diferencia, ella era la Presidenta.

En las últimas horas, se agregó otro ingrediente. El tercero en discordia Sergio Massa reacciona en concordancia con la Vicepresidenta, molesta ante el conato de independencia del Presidente. En este caso, sobre un tema no menor: las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). De persistir en su autonomía, el Presidente tiene la posibilidad de mantener su decisión de no alterar las reglas electorales a la hora de comenzar la contienda electoral 2023.

Si logra mantenerse firme en sus convicciones será coherente con lo que, hace un par de años atrás, le decía a esta cronista: “Yo quiero democratizar al peronismo. Siempre estuve en esta senda desde que acompañaba a Antonio Cafiero. Las crisis de la Democracia se arreglan con más Democracia”. Si Fernández da este paso, seguramente, en algún momento de la historia se lo valorará.

Pero a un año de gestión por delante, todo gira alrededor del tercer socio, hoy a cargo del ordenamiento de la economía; que de lograr estabilizar la inflación, aunque volvió a negarlo, será otro candidato en 2023. Hoy “el futuro es pura amenaza”, según la politóloga Liliana de Riz. Esta frase vale para toda la política.

Veamos. Los vecinos de enfrente (JxC) están en una competencia por el estrellato. Mauricio Macri, creador del PRO, mantiene un juego ambiguo desde que decidió que resolvería ser candidato presidencial o no en enero 2023. Esta actitud, lejos de ordenar, dificulta. Con las PASO será la primera vez que su liderazgo se someta a las urnas. ¿Puede JxC seguir juntos? Nadie puede asegurarlo. Otra pregunta sin respuesta hoy. El radicalismo, ¿continuará sin un proyecto acorde a su ideología? El PRO ya expresó a través del libro de Macri, dónde se posiciona; y si faltara algo aparece la inocultable valoración hacia Javier Milei.

Pero volvamos al radicalismo. El sábado, Gerardo Morales y Martín Lousteau organizaron un homenaje a Raúl Alfonsín como traje a medida de sus expectativas electorales, es decir, avanzar sobre una fórmula compartida: Horacio Rodríguez Larreta-Gerardo Morales y Martín Lousteau-Soledad Acuña. Pero hay un radicalismo que va más allá y no quiere perder su identidad socialdemócrata. Ese sector mira a Facundo Manes. ¿Qué hará el neurocirujano? ¿Dará el portazo aún a riesgo de perder en el 2023 pero quedar con la identidad ideológica? En todo caso, esa definición debe tomarla antes de las PASO. El dirigente radical Juan Manuel Casella le dijo a Infobae: “Estamos transitando una etapa mediocre en Argentina. Los políticos han perdido la intuición. El desafío es construir una democracia de proyectos, no de candidatos”.

La CGT, que sufre los mismos problemas de las coaliciones políticas –se normalizó loteando espacios, amuchándose, entendiendo que eso es unidad-, este jueves constituirá la mesa del Movimiento Nacional Sindical Peronista (MNSP) y con ello comenzará a organizarla en todo el país. Unos de sus gestores, Luis Barrionuevo, le dijo a Infobae: “Trabajamos bajo un programa” -mucho tiene que ver con el encuentro Laborar-, además las pymes nos piden participar. Vamos a ir conformándonos hasta encontrar un candidato. Los primeros convocados serán los gobernadores”. El gobernador de San Juan, Sergio Uñac, tuvo una previa la semana pasada en la UOCRA, donde el dueño de casa lo agasajó con un asado.

La política hoy debe competir a brazo partido contra el hartazgo que tiene muchos adeptos. Tal vez el antídoto sea lo graficado por el secretario del Consejo Federal de Inversiones (CFI) Ignacio Lamothe: “A medida que uno conoce la Argentina aprende a amarla. Es la única forma de saldar la grieta”.

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