El viernes último, como sucede cada 21 de octubre, se celebró el Día Mundial del Ahorro de Energía, designado por el Foro Energético Mundial para promover el acceso universal a la energía y crear conciencia sobre su uso.
Si bien el ahorro energético es un tema que estuvo muy presente estos últimos meses en la mente de los argentinos que deben cuidar su bolsillo, lo cierto es que hay mucho que aún falta por hacer para lograr la eficiencia energética.
Iniciativas que en principio suenan simples, como el uso de electrodomésticos de categoría A o la reutilización y la reducción, resultan de gran utilidad para ahorrar energía, generando un impacto positivo en el medio ambiente y reduciendo, a su vez, la huella de carbono.
En este sentido, las organizaciones podemos proponernos ser agentes de cambio que apliquen un modelo de triple impacto, en donde se contribuya a promover mejoras en aspectos sociales y ambientales, sin renunciar al objetivo de generar ganancias.
De esta forma, las acciones no se deben limitar únicamente al afuera, sino que el personal debe ser entrenado para que puedan aplicar buenas prácticas en el cuidado del medioambiente en esferas que trascienden lo corporativo.
Por otra parte, como sociedad debemos empezar a buscar energías alternativas que nos permitan lograr esta eficiencia y no sean dañinas con el medio ambiente, y aquí es donde cobra importancia el gas natural.
La energía generada por dicho combustible contribuye al cuidado de la calidad del aire que respiramos y cabe destacar que podríamos considerar al gas natural como una fuente de recursos inagotable si tratamos nuestros propios residuos o los desechos agrícolas, ganaderos e industriales.
Por ello, y teniendo en cuenta que el 20% de las emisiones se producen en el transporte, tanto de mercancías como de individuos, las principales fábricas de camiones de la región ya están produciendo e introduciendo en el país unidades exclusivamente a GNC, que no requieren obras en infraestructura como sí lo necesitan aquellos que se alimentan por electricidad o hidrógeno.
Asimismo, es importante destacar que en nuestro país existe una infraestructura para el despacho de GNC, con más de 2000 estaciones de servicio, y su mayoría se encuentra en condiciones de abastecer a los vehículos pesados, dado que tienen espacios de giro para los vehículos de gran tamaño y surtidores de alto caudal, generando un tiempo de carga similar al de los surtidores de Diesel.
No obstante, en nuestro país hay un potencial enorme que debemos desarrollar, en primera instancia, para que el gas sea un bien común y de fácil acceso en cualquier punto del territorio, y en segunda instancia, para ser parte de esta transición a energías más limpias, teniendo en cuenta que el GNC es, sin dudas, el combustible correcto para lograrlo.
Si bien es necesario que el ámbito industrial, en articulación con el sector público, trabajen para lograr esto, no hay que olvidar que esta nueva efeméride que pasó nos interpela como sociedad. Cada uno de nosotros, sea en nuestras casas, en nuestros centros de estudios o en nuestros trabajos, podemos ahorrar energía y esta es una nueva oportunidad para hacerlo.
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