¿Los mercados de renta variable están cerca de un piso?

Los inversores no han tenido un 2022 de mucha tranquilidad, y la realidad es que esperarla en lo que resta del año parecería ser algo iluso. Para el no siempre visto rally navideño, aún falta un poco

Si tomamos el VIX, como indicador de referencia, encontramos que este se ha movido en un rango promedio de entre 25/30% en los últimos meses (ciertamente elevado respecto de la zona de 15/20% en la que nos hemos manejado prepandemia (AFP)

La realidad es que se debió aprender a convivir con una volatilidad importante, que no promete desaparecer por arte de magia. Si tomamos el VIX, como indicador de referencia, encontramos que este se ha movido en un rango promedio de entre 25/30% en los últimos meses (ciertamente elevado respecto de la zona de 15/20% en la que nos hemos manejado prepandemia y por bastante tiempo). Ni mencionar si a este marco externo, le sumamos además el escenario local.

Son varias (y variadas) las debilidades -o en otras palabras, los desafíos- que hoy enfrenta tanto la coyuntura propia, como la heredada; y que el inversor debe entender a la hora de armar una posición para lo que resta del 2022, y para encarar el primer trimestre del 2023. Por ende, pecar en ciertos momentos de “conservador” puede en este encuadre, no ser un mal consejo. Quizás esto “pague” más que tomar posiciones agresivas, si le deja dormir tranquilo.

De hecho, la paciencia y la selectividad “exquisita” serán dos de las características que se deberán seguir trabajando, en un mercado que parece por momentos pasar de la euforia a la depresión. Por algo, la pregunta que se repite tras de cada fuerte caída y/o posterior rebote, es si estamos cerca de los niveles de piso.

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Sin ir más lejos, la semana pasada con Wall Street anotando su mejor semana desde junio, con ganancias en torno al 5 % en sus principales indicadores, lógicamente no fue la excepción. Pero nadie te puede asegurar esa respuesta.

Indicadores técnicos

Los indicadores técnicos parecen mostrarse sobrevendidos, y la zona de 3.500 puntos para el S&P500 varios análisis la marcan como clave. Incluso como un buen dato la temporada de balances del III trimestre en proceso está reflejando que más del 70% de las compañías sorprendieron positivamente, con ganancias que superan entorno al 2.3% las estimaciones. Si bien ambos números pueden estar por debajo del promedio de los últimos años, e incluso no es un dato parejo si uno lo analiza sectorialmente, la realidad es que en este escenario de pocos catalizadores positivos los inversores prefieren tomarlo. Igual falta y no poco… Recién llegaron menos del 20% de los resultados.

Los indicadores técnicos parecen mostrarse sobrevendidos, y la zona de 3.500 puntos para el S&P500 varios análisis la marcan como clave (EFE)

No obstante, y con cierta contradicción al quizás “veranito” adelantado, el sentimiento de los inversores -tomando como referencia el AAII Sentiment Survey- no ha cambiado. El sentimiento “bearish” (que implica que los precios podrían caer por debajo de los actuales en los próximos seis meses) se ubica en el orden del 56%, un pesimismo por arriba del promedio histórico del 30%. Mientras que, el sentimiento optimista, no logra levantar por arriba del 23 por ciento.

La semana que comienza no será incluso una más. Los inversores deberán tener a la agenda como foco de posibles sobresaltos no sólo la llegada de más resultados -será la más cargada de la temporada con el comienzo de los reportes de las tecnológicas y las petroleras-, sino también llegarán varios indicadores globales de actividad en momentos en donde las expectativas de una recesión van en aumento.

Momento de decisión

También será una semana de decisiones de política monetaria, y donde comenzarán a jugar fuerte las expectativas de lo que pase en la reunión de la FED del próximo 1/2 de noviembre. Un potencial punto de inflexión en este sentido, y al que se deberá mirar, es el dato de PCE que llegará justamente sobre fines de la semana. Conocido como deflactor PCE, es un indicador de la suba promedio de los precios de todo el consumo personal interno de USA, y es en dato “preferido” por la FED.

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Pero la realidad es que más allá de números puntuales para las próximas ruedas, tal como mencionamos en el primero punto… la volatilidad alta se mantendrá. Esto en un contexto en donde los crujidos sobre el sector de vivienda van subiendo y las condiciones financieras se endurecen (y podrían seguir haciéndolo), las probabilidades de una recesión se discuten (y hasta algunos la dan como un hecho), y hasta los ruidos políticos podrán crecer en torno a las elecciones de medio término en EEUU donde no sólo se redefine el control del Congreso, sino que claramente es referéndum a los primeros dos años de Biden.

Por ende, y quizás sólo para aquellos que no le teman y les guste la adrenalina, podría ser noviembre un mes para empezar a “cargar” posiciones muy lentamente. Siempre recordando igualmente en el año, estos índices -tomamos como referencia EEUU- acumulan en promedio bajas de entre 15/30 por ciento.

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