La brecha de ingresos entre economías competitivas y las cerradas

Dado que las habilidades naturales de las personas se distribuyen por todo el planeta, los logros económicos de cada país son consecuencia directa de sus diferentes organizaciones incorporando negocios. Las instituciones y los modos distintos con que superan los conflictos potencian las destrezas inclusivas de la competencia.

¿Qué nos dicen las últimas estimaciones del FMI? Los 7.700 millones de habitantes del planeta logran un ingreso promedio de USD 13.400 por año, para el conjunto de 190 países miembros del FMI, con orientaciones diferentes para empoderar las destrezas individuales en atender las necesidades de cada uno.

El PBI anual por habitante de cada país difiere marcadamente, según las formas particulares de organizar las actividades. Entre un mínimo de USD 300 anuales, para el promedio de los pobladores de Burundi y un máximo de USD 100.000 en Irlanda.

Las comunidades progresan atendiendo las necesidades personales, según miden los datos económicos. Sin embargo, multitudes humanas se someten todavía cultos, prácticas, regímenes, empobrecedores. En contraste, son minorías las que se abren a inclusiones competitivas.

Por caso, la mayoría de los argentinos desciende de inmigrantes que se entusiasmaron con las oportunidades productivas ofrecidas en este bendito país con la organización de la Constitución 1853/60. Pero luego, sucesivos gobiernos entorpecieron las competencias, engañados por el canto de la protección del trabajo.

Las corrientes migratorias escapan de los pueblos más oprimidos, en la esperanza de mejores satisfacciones. Pero luego, en muchos casos, sus herederos suelen favorecer otro libreto.

Te puede interesar: La inflación interanual de Estados Unidos bajó menos de lo previsto y se espera una nueva suba de la tasa de interés

No sorprende que el 10% de la humanidad reside en las jurisdicciones más competitivas y genera 46% del PBI mundial, con un ingreso nacional promedio desde USD 34.000 anuales de Japón y hasta USD 100.000 de Irlanda.

En el otro extremo, el 53% de la humanidad reside en las naciones más cerradas, que apenas generan 10% del PBI mundial, promediando entre los USD 300 anuales de Burundi y USD 6.600 de Colombia.

Argentina, China y Rusia consiguen el promedio mundial de USD 14.000 dólares anuales por residente. Enorme retroceso de nuestro país, que fuera uno de los 5 más prósperos y transparentes del mundo entre 1890 y 1920. Y tremendo avance de China, que multiplicó sus ingresos por 13 veces, en valores actualizados por la tasa de inflación de EEUU, en los últimos 40 años.

La Libertad individual es el valor de los derechos conseguidos por cada persona a disfrutar de la vida y sus propiedades. Tal valor depende del grado en que las instituciones insuflan confianza en el interés recíproco de satisfacer a sus integrantes con las actividades de cada uno.

Cada persona cumple dos roles: por un lado, recortar y, por otro, colaborar en la expansión del valor de los derechos individuales, coordinando sus actividades. En ese menester, los individuos y sus instituciones van definiendo las libertades individuales, permisos y prohibiciones personales.

Un ejemplo a la vista es el tránsito de automotores. En aras de facilitar la circulación de los vehículos, cada automovilista debiera cumplir determinadas reglas y respetar las señales para coordinar las actividades. Ejemplo: el piquete obstruye el tránsito para extorsionar y obtener una recompensa, entorpeciendo la circulación. En cambio, el semáforo agiliza el tránsito, tanto más cuanto mejor coordinadas las diferentes señales. La verdadera norma, la efectivamente aplicada, es la condicionada por cuáles intereses desean favorecer.

Te puede interesar: Dolarización, plan de shock o reforma: Cavallo y un ex FMI debatieron sobre la inflación argentina

El entramado económico también busca coordinar las actividades individuales, para favorecer los deseos de privilegiados o del conjunto. Los planteos más satisfactorios favorecen la mejor atención conjunta de las necesidades, coordinando las acciones individuales sin distinciones ni favoritismos. Esto resulta en mayores ingresos y valor de las propiedades.

El orden mejora cuando todos reconocen las mismas reglas estables que configuran costos e ingresos personales. Por eso, diferentes reglas para distintas circunstancias, individualidades, confunden las señales, trastocando costos de oportunidad e ingresos personales.

Mientras las transacciones -intercambios libres interpersonales- permiten expandir los ingresos y las propiedades individuales, las redistribuciones forzadas hacen lo contrario: empobrecen, reducen el valor de los recursos y patrimonios. Precisamente, todas las violaciones debilitan derechos valiosos; de lo contrario serían actos consentidos. Del mismo modo, toda creación de derechos generales resulta de transacciones, actos consentidos por los integrantes de la sociedad, no son frutos del deseo de legisladores o juristas. Tal es la ventaja, los beneficios de las libertades con las mismas reglas para todos y cada uno.

Seguir leyendo: