Un fantasma recorre los pasillos de Uspallata 3150, el fantasma de Mauricio Macri. Si bien la centralidad política del ex presidente en el escenario nacional y, su presencia cada vez más gravitante en las discusiones internas del PRO y en el posicionamiento de JxC de cara a las elecciones del año próximo, generan incomodidad en la mayoría de los dirigentes del espacio, es indudablemente Horacio Rodríguez Larreta el principal afectado.
El ex presidente continúa con sus caminatas políticas en suelo bonaerense, reuniones varias y un raid mediático que seguramente tendrá como punto de máxima intensidad el lanzamiento de su anunciado libro. Si bien Macri sigue eludiendo definiciones tajantes en relación a una hipotética candidatura, lo que genera mayor presión en el entorno del jefe de gobierno es su claro intento de hegemonizar discursivamente la propuesta electoral del espacio, condicionando política y económicamente el rumbo de un hipotético nuevo gobierno de Cambiemos.
En este marco, en las últimas horas insistió en que si Juntos por el Cambio vuelve al gobierno en 2023, deberá “ir a fondo” con una serie de drásticas medidas de reducción del gasto. Entre ellas, no dudó en manifestarse a favor de la privatización de empresas estatales, como Aerolíneas Argentinas. Para Macri, el desafío de la principal coalición opositora reside en “ser el cambio, si no, no somos nada”.
Y, refiriéndose concretamente a la interna entre Bullrich y Rodríguez Larreta, señaló que va a “tratar de ayudar” al candidato que represente “más cambio” y no un statu quo, aquel que demuestre “audacia” y “coraje”. La mención de estos dos “atributos” de liderazgo no pasaron desapercibidos en los pasillos de la moderna sede que el gobierno porteño tiene en Parque Patricios, ya que se trata de dos palabras con las que suele definirse a sí misma Patricia Bullrich. Y si bien el propio ex presidente aclaró que no se refería al jefe de gobierno cuando hablaba del riesgo de que sectores de la oposición encarnaran una suerte de “populismo light”, en las filas larretistas fue decodificado en esos términos.
En este escenario, está muy claro que el posicionamiento y la candidatura de Patricia Bullrich se fortalece con Macri en la escena. La ex ministra de seguridad ya le “abrió” sus equipos a Macri, donde el fundador del PRO colocó a varios referentes de su más estrecha confianza. En los últimos días, Bullrich mandó un mensaje aún más claro de su alineamiento con Macri: dejó trascender un acuerdo con Jorge Macri para apoyar su candidatura a jefe de Gobierno, en consonancia con los deseos del ex presidente quien ya explicitó que que su candidato en la ciudad es su primo.
Como parte de este “acuerdo”, Jorge Macri y Soledad Martínez, intendenta interina en Vicente López, enviaron dirigentes afines de San Fernando, Junín, 9 de Julio y Tigre, entre otros distritos, al plenario organizado ayer por Bullrich en Mar del Plata. Allí estuvieron los aspirantes a gobernador que impulsa la exministra: Joaquín de la Torre y Javier Iguacel. También se esperaba a Cristian Ritondo, otro rival de Santilli, el candidato de Larreta.
Este “apoyo” pone en aprietos al Jefe de Gobierno, que se viene mostrando con Martín Lousteau, candidato radical a sucederlo. No son pocos los que dejan trascender dentro del PRO su malestar con un supuesto acuerdo con el líder de Evolución -que desde el larretismo niegan-, que incluiría el apoyo al Senador radical a cambio de sumarse a su armado nacional, aportando incluso algún nombre para una fórmula “mixta”. Todas especulaciones, lo único cierto por ahora es que Rodríguez Larreta habilita a todos los precandidatos porteños a caminar la ciudad, sin comprometer aún apoyo alguno.
Mientras tanto, los chispazos entre Larreta y Bullrich suman nuevos rounds en una pelea que se avizora larga y cada vez más cruenta. El último, las inesperadas críticas de la presidenta del PRO por la aprobación de la ley que suspende por 10 años los desalojos de terrenos tomados en barrios populares, una iniciativa con amplio consenso, que votaron tanto el kirchnerismo como Juntos por el Cambio: “Si sos okupa, no te pueden embargar. Si pagás impuestos y alquilás una propiedad, te destruyen. No entiendo, ¿a quién defendemos? Esto hay que explicarlo”, planteó Bullrich en un mensaje tendiente a fortalecer su postura de “dura”.
Al igual que lo había hecho frente a las declaraciones de Macri en España, Rodríguez Larreta optó por hacer frente a las críticas, contestar, y sentar una posición que, al tiempo que lo diferencie de Bullrich, proyecte autonomía respecto al ex presidente. En este caso, quien salió al cruce fue la ministra María Migliore: “Patricia, nuestro espacio siempre se propuso como norte resolver los problemas de Argentina. La ley que sacamos en 2018 para la integración de los barrios populares viene a dar respuesta a 5 millones de personas que viven en condiciones de extrema vulnerabilidad y salió con el consenso de todo el espacio”.
El futuro permite avizorar más de estos cruces. Bullrich, sin responsabilidades de gobierno ni gestión, no se priva de criticar tanto a sus socios como adversarios, y no sólo se siente respaldada por el clima de opinión reinante en la opinión pública, sino también contenida por el ex presidente. Rodríguez Larreta parece dispuesto a jugar a fondo, incluso si ello implica enfrentar al propio Macri en las PASO.
El riesgo de fragmentación dentro del espacio no es menor: no sólo está la interna del PRO, sino las diferencias cada vez más expuestas con los radicales. Y, en un escenario donde varias encuestas recientes – Trespuntozero, Fixer y Management&Fit- dan cuenta de expectativas pesimistas, la generalización de la sensación de “tristeza” y de la identificación del “sistema político” como uno de los principales problemas, un Javier Milei mucho más calmo que antaño se consolida silenciosamente con un piso sólido que ya supera el 15%.
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