Cada 16 de octubre la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) celebra el Día Mundial de la Alimentación (DMA) y su constitución como agencia de las Naciones Unidas desde 1945. ¿Por qué es importante esta fecha? Porque nos interpela sobre cuál es la situación mundial, regional y nacional en términos de alimentación y nutrición, y porque nos presenta el desafío de abordar la inseguridad alimentaria con acciones concretas.
De acuerdo con el último informe del Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo (SOFI 2022) realizado por la FAO, FIDA, OMS, PMA y UNICEF, casi 1 de cada 10 personas en el planeta viven en condición de hambre. Tenemos 828 millones de seres humanos que no pueden alimentarse dignamente en el mundo, y 56,5 millones de personas sufrieron hambre en 2021 en América Latina y el Caribe.
En América del Sur el hambre casi se ha duplicado desde 2015. En Argentina, el índice de inseguridad alimentaria moderada o grave no es de los más altos en la región, pero ciertamente es de los que más ha aumentado en los últimos años. Mientras que el promedio regional de inseguridad alimentaria es del 40,6%, en Argentina éste se ubicó por debajo: 37% en el último trienio 2019-2021.
Faltan 8 años para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que acordaron las naciones a nivel mundial en 2015. Si no actuamos con rapidez, alcanzar el ODS de Hambre Cero será cada vez más difícil. Con una mirada multidimensional, creemos que las acciones tienen que estar dirigidas a fomentar el crecimiento económico inclusivo, abordar las desigualdades, aumentar la resiliencia y lograr el desarrollo sostenible.
Este año, la celebración del DMA se hace bajo el lema “No dejar a nadie atrás’' resaltando las acciones de la FAO para lograr una mejor producción, mejor nutrición, mejor medio ambiente y mejor vida”. En Argentina, algunas de las acciones que la FAO impulsa son:
En términos de mejor producción, junto a la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP), apoyamos el Plan Nacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos, fomentando la transición a sistemas agroalimentarios más sostenibles en espacios colaborativos con Municipios, Pymes y Mercados, así como también con la Provincia de Buenos Aires, trabajamos en fortalecer el sistema de abastecimiento en la Red de Mercados Bonaerenses y la agroecología, fomentar la comercialización de los alimentos elaborados por pequeños productoras y productores, cooperativas y asociaciones, y desarrollar herramientas que acerquen a productores y consumidores.
En mejor nutrición, desde la interagencialidad la FAO, junto a OPS/OMS y UNICEF apoyó la sanción y reglamentación de la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable N° 27.642, conocida como Ley de Etiquetado Frontal. Esta norma servirá para proteger los entornos escolares y ayudará a prevenir las enfermedades no transmisibles asociadas a la mala alimentación, para hacer frente al 40% de las niñas y niños de entre 5 y 17 años que padece sobrepeso y obesidad, según la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS 2).
En mejor medio ambiente, Argentina está implementando un proyecto de Pagos Basados en Resultados de REDD+, en apoyo al Plan de Acción Nacional de Bosques y Cambio Climático, por haber reducido emisiones de gases de efecto invernadero por deforestación evitada entre 2014 y 2016. Este proyecto que lidera el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, y que cuenta con el apoyo técnico de la FAO y financiamiento del Fondo Verde para el Clima, se implementará en las 23 provincias del país.
El objetivo es desarrollar inversiones en el territorio para promover la gestión de cuencas forestales sostenibles, el manejo de Bosques con Ganadería Integrada (MBGI), planes integrales de manejo comunitario, planes de prevención de incendios, fortalecer las capacidades de monitoreo y control forestal de los gobiernos locales y provinciales, para avanzar en el desarrollo de los territorios y mejora de los medios de vida de mujeres rurales, pequeños y medianos productores ganaderos y comunidades campesinas y de pueblos originarios que habitan los bosques nativos.
Y en mejor vida, la FAO tiene una estrategia de articulación y apoyo técnico a instituciones nacionales, gobiernos provinciales y locales, para que se traduzca en políticas públicas que impacten en una mejora de sus comunidades. En este marco, en agosto pasado la FAO firmó junto a la provincia del Chaco un Memorándum de Entendimiento para contribuir en temas de seguridad alimentaria, fortalecimiento de pequeños productores, y acceso a alimentos sanos, seguros y saludables, producidos con una perspectiva de sustentabilidad y respeto al medio ambiente.
Cuando se creó la FAO, hace 77 años, fue para luchar contra el hambre en un contexto de pobreza y escasez de alimentos en medio de la Segunda Guerra Mundial; hoy la Organización defiende el mismo ideal: garantizar la seguridad alimentaria y nutricional de todas las personas que habitan este planeta.
En el logro de este objetivo, quienes tienen el protagonismo son los jóvenes y las mujeres, por desempeñar un rol clave en el fortalecimiento de la agricultura familiar y en la construcción de sistemas productivos sostenibles, capaces no solo de motorizar las economías locales, sino de generar arraigo en la ruralidad y de mantener vivo el orgullo de trabajar la tierra. Estos pilares y las acciones que desarrolla la FAO tienen que ver con lo que postula el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas, cuando expresa: “Que todos se levanten, que nadie se quede atrás, que no seamos ni uno ni dos de nosotros, sino todos”.
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