Pese a la promesa del presidente Alberto Fernández, quien aseguró que siempre “acompañaría” las investigaciones de Michelle Bachelet sobre violaciones a los Derechos Humanos en el mundo, nuestro gobierno se abstuvo en Ginebra cuando se votó la continuidad de la comisión especial que denuncia las persecuciones políticas ejecutadas por el régimen de Nicolás Maduro.
El trabajo de Bachelet y su equipo es muy completo. Han descubierto atroces violaciones de Derechos Humanos perpetradas por Maduro y sus secuaces sobre el pueblo venezolano.
Sus informes también describen con claridad los abusos del gobierno chino, liderado por Xi Jinping, sobre los uigures, una minoría étnica concentrada en la región de Xinjiang, en el occidente del país, perseguida por ser predominantemente musulmana.
Recientemente, el gobierno de Alberto Fernández también ayudó a China con su abstención a evitar que la ONU tratara el tema. La iniciativa diplomática presentada por los Estados Unidos fue rechazada por 19 votos a 17 con 11 abstenciones, entre ellas la de Argentina. Países como Cuba y Venezuela votaron en favor de Beijing.
Nada de esto le ha importado a la Casa Rosada. Como no le importó hacernos pasar vergüenza con Vladimir Putin. El Gobierno nunca repudió la brutal violación a los derechos humanos de millones de ucranianos tras la invasión rusa.
“La Argentina ha decidido abstenerse en el presente proyecto de resolución por entender que el diagnóstico realizado por la FFM (Misión Internacional Independiente) no responde a un trabajo producto de investigación en el terreno y al diálogo directo con todos los actores gubernamentales y no gubernamentales involucrados”, aseguró Sebastián Rosales, el representante argentino en Ginebra.
Los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela son una vergüenza para este continente.
Que el actual Gobierno esté siempre del lado de las dictaduras y en contra de las democracias nos debe avergonzar a todos los argentinos.
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