César, Tata, Gaucho

Elijo decir que para mi fuiste el mejor contador de noticias. Usaste siempre pocas palabras. O, mejor dicho: las palabras justas, las necesarias

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César Mascetti junto a Mónica
César Mascetti junto a Mónica Cahen D’Anvers

Me pregunto qué te gustaría que se dijera de vos.

Sin duda que se recordará que tu abuelo había fundado el diario “El Independiente” de San Pedro y que justamente por eso al periodismo lo llevabas en la sangre. Y que trabajaste como cronista de los sucesos más importantes de la Argentina. Que entrevistaste a los más grandes: Perón, Borges y de ahí en más a casi todos.

César

Elijo decir que para mi fuiste el mejor contador de noticias. Que aprendí de tus tonos, de tus matices, de tu manera de titular, de tu modo de decir “Los títulos, bien arriba”.

Me colaba en las cabinas de edición de Telenoche para aprender de vos, para entender los tonos, el énfasis, las pausas.

Para decir las noticias usaste siempre pocas palabras. O, mejor dicho: las palabras justas, las necesarias.

¿La opinión? Opinamos eligiendo las noticias, no es necesario ni siquiera tanto adjetivo.

Gaucho

A algunos de nosotros nos llevaste a tu pago para enamorarnos del río, del horizonte, de las charlas interminables, de las rosas, los perros. Y lo lograste. Allí hicimos nido, cerquita de tu casa. Y te vimos festejar los premios al esfuerzo: las mejores naranjas, los mejores duraznos.

Tata

Quiero que sepan todos cuánto amabas a Mónica, cuánto sufriste cuando se enfermó, cuánto temiste perderla. Llorabas como loco, inconsolable. Y que sus hijos, Vane y Sandra, fueron tus propios hijos. Y sus nietos, los tuyos.

Para todos, sos Tata.

Calentón, cariñoso, carismático, dueño de abrazos interminables, de abrazos de oso.

Gracias por los años de felicidad compartida.

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