Para poder crecer, la Argentina necesita motorizar con pragmatismo la inversión privada en el país y que, además, se generen puestos de trabajo y nuevas viviendas. El desarrollo urbano se ha convertido en un ámbito ideal para que ello suceda en tanto la construcción es una de las industrias más pujantes del país, genera nuevos puestos de trabajo y posee una gran capacidad de reacción para ponerse en marcha rápidamente en la medida que estén dadas las condiciones.
En este marco, el régimen de incentivos que se ha prorrogado por un año tiene por objetivo alentar la normalización voluntaria de la tenencia de moneda nacional o extranjera en la medida que los fondos se apliquen exclusivamente a la construcción privada.
El hecho de que ese dinero se transforme en ladrillos tendrá un impacto positivo en la economía, ya que generará un ingreso fiscal, tanto por el impuesto especial como por la propia dinámica de las obras y sus ventas. A su vez, generará nuevos puestos de trabajo directos e indirectos.
En este contexto, desde la CEDU lanzamos la campaña #movetuahorro para comunicar los detalles y beneficios de esta ley para toda la comunidad. Lanzamos una web (www.cedu.com.ar/incentivos) para visibilizar toda la información técnica acerca de la ley de blanqueo inmobiliario y de los proyectos inscriptos en AFIP de miembros de la Cámara. Allí se encuentra los instructivos con el paso a paso que deben seguir inversores y desarrolladores. El proceso es muy simple.
Estamos convencidos de que es un gran momento para invertir en ladrillos en Argentina y esta ley es un buen camino para lograrlo. Además, también está vigente la exención de bienes personales para quienes tengan ya dinero declarado que quieran orientarlo a un proyecto inmobiliario en desarrollo.
La inversión en inmuebles siempre ha sido una forma de ahorro a largo plazo de los sectores medios, protegiendo el capital de las familias entre generaciones, evitando la salida de divisas, mejorando la calidad de vida de las personas y aportando recursos fiscales a los tres niveles del estado
Los precios han llegado a su piso, en especial los costos de construcción que a futuro subirán. Como opciones, hay desarrolladores de todo el país que tienen a disposición barrios cerrados y edificios en construcción que son aptos para comprar mediante este blanqueo.
El plazo para invertir el dinero en las obras en construcción será hasta el 31 de diciembre de 2024, plazo extendido en relación a la ley original. Los plazos para declarar el dinero tienen tres alícuotas diferentes: desde la vigencia de la reforma (22 de agosto) y hasta 90 días corridos (19 de noviembre de 2022) se paga una penalidad del 5%; desde el 20 de noviembre y hasta el 17 de febrero de 2023, el impuesto es del 10%; y desde el día siguiente al vencimiento del plazo indicado precedentemente y hasta el 16 de agosto, asciende al 20%. Es decir, la fecha final del blanqueo sigue siendo agosto de 2023.
Independientemente del período escogido para blanquear, las personas pueden optar por invertir ese dinero en partes, con tiempo hasta fines de 2024, lo que da un período de dos años para realizar la inversión.
Los desarrollos urbanos que se inscribieron el año pasado en el Registro de Proyectos Inmobiliarios (REPI) y obtuvieron el Código de Registro de Proyecto Inmobiliario (COPI) comprendidos en la ley 27.613, siguen vigentes. Con lo cual, si al 12 de marzo de 2021 – cuando se sancionó la normativa-, esas obras tenían un avance menor al 50% y aunque hoy estén terminadas, son elegibles.
Por otra parte, cabe mencionar que en el proyecto del presupuesto nacional 2023 se propuso, y está en tratamiento legislativo, sumar un nuevo artículo a la Ley 27.679 que contempla la posibilidad de destinar los fondos a la compra de unidades usadas en la medida en que sean utilizadas como vivienda propia o destinadas al alquiler dentro de ciertos parámetros.
La inversión en inmuebles siempre ha sido una forma de ahorro a largo plazo de los sectores medios, protegiendo el capital de las familias entre generaciones, evitando la salida de divisas, mejorando la calidad de vida de las personas y aportando recursos fiscales a los tres niveles del estado. Esta vez, el blanqueo agiliza esa posibilidad potenciando el crecimiento de nuestro país.
Los grandes desarrollos urbanos mejoran la calidad de vida de las personas y generan al mismo tiempo un impacto positivo en el desarrollo económico del país. Desarrollar una zona, un barrio o una ciudad brinda mejoras significativas relacionadas al movimiento y circulación de las personas y su consecuente seguridad.
Estos desarrollos generan un efecto multiplicador continuo en las economías locales, que incluyen inversión, empleo, apertura de comercios, mejoras en la infraestructura general de los servicios, ingresos y recursos tributarios para los gobiernos. Esto mejora significativamente la calidad de vida de toda una población. Un área urbana, por lo tanto, genera un impacto muy significativo en la sociedad.
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