En la región en general y en Argentina en particular, se produce una actitud recurrente por parte de los oficialismos de turno, la cual consiste en intentar cambiar las reglas de juego electorales en forma continua, mucho más cuando ese oficialismo ve peligrar su continuidad en el gobierno. En ocasiones y como la realidad es adversa, prefieren alterar el reglamento antes que revertir esa realidad, es decir adaptar -como sea- la cabeza al sombrero. Esto, también hay que decirlo, es algo recurrente en el peronismo gobernante que en ocasiones busca adaptar el reglamento a sus propias necesidades.
Una vez más se habla de la necesidad de eliminar las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. Además, algunos gobernadores vuelven a estrategias electorales de dudosa legalidad como lo es la ley de lemas, algo que había quedado circunscripto a dos cuasi feudos como lo son Santa Cruz y Formosa. Lamento la actitud adoptada por el oficialismo de San Juan y veo con preocupación el avance en este mismo sentido que está realizando el gobernador de San Luis. Especulación política, manotazo de ahogado o cómo quieran llamarle; un retroceso claro en el fortalecimiento del sistema democrático.
La ley de lemas es un retroceso en el sistema electoral, las PASO un avance importante en el mismo. Hoy, vemos con preocupación que se pretende cambiar esto, eliminando las PASO e instaurando en diversos lugares una práctica retrógrada e injusta como la ley de lemas.
Se dice que las PASO no sirven, pero la realidad es que los que circunstancialmente ocupan el poder buscan evitar la competencia y fuerzan listas únicas. No debería ser así; por el contrario, se debería promover la participación y no restringirla. Las PASO son superadoras porque dan representatividad a las distintas expresiones partidarias y del frente electoral. Antes, esto era prácticamente imposible debido al peso del denominado aparato partidario. Las PASO han permitido una mayor participación a ciudadanos independientes y ha fortalecido la competencia dentro de los partidos y de los espacios políticos.
La aplicación de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias en Argentina significa un salto de calidad institucional y de fortalecimiento democrático; debemos sostenerlo en el tiempo para que se vaya mejorando así mismo, aprendiendo de la experiencia y promoviendo que los propios partidos las utilicen correctamente.
La realidad es que no importa el sistema si frente a cada posible elección adversa se cambian las reglas de juego. Frente a esto, debemos pensar seriamente en avanzar con propuestas legislativas que prohíban la utilización de lemas y no se permita -por ejemplo- efectuar cambios electorales en el segundo bienio del periodo presidencial. La evolución del sistema electoral va de la mano de la implementación de la boleta única, de la eliminación de listas sábanas, colectoras, listas espejo y candidaturas testimoniales, entre otros aspectos.
Las primarias producen una competencia transparente dentro de un espacio para luego competir contra los otros. Además, promueven la diversidad de ideas y la pluralidad de voces. Lamentablemente algunos no lo entienden así y esquivan la competencia con excusas, atajos y artilugios. Juntos por el Cambio ya se expresó sobre este tema. No hay que tener miedo a la participación ciudadana ni limitar los mecanismos, por el contrario, hay que presentar propuestas superadoras y realizar mejores gestiones de gobierno. Por eso rechazamos estas maniobras y pedimos previsibilidad y reglas de juego claras y duraderas.
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