No faltan dólares por Qatar sino por el populismo regulador

A pesar de la liquidación de exportaciones de los sojeros, el Gobierno sigue sosteniendo que faltan divisas para la producción y por eso profundiza los controles y los tipos de cambio diferenciados

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El Banco Central de Cuba
El Banco Central de Cuba (BCC) informó que a partir del jueves bancos y casas de cambio empezarán a comprar dólares a una cotización de 120 pesos cubanos por billete verde, una tasa similar a la del mercado negro, un mecanismo destinado a captar divisas (AFP)

No faltan dólares, la realidad es que no aparecen al tipo de cambio artificialmente bajo que estableció el gobierno para el comercio con el exterior.

La manía que tienen los gobiernos de tratar de esconder la inflación anclando el tipo de cambio termina transformándose en un problema de falta de divisas. En definitiva, cada vez que el Estado establece un precio máximo, cualquiera sea el producto, manteca, pan o dólares, siempre lo va a fijar por debajo del nivel que opera el mercado, con lo cual aumenta la demanda del bien con un valor artificialmente menor se contrae la oferta.

El paso siguiente a ese proceso es racionar arbitrariamente el bien escaso: tantos paquetes de azúcar por persona, tantos litros de aceite por persona o tantos dólares por persona.

El gráfico muestra el aumento mensual del tipo de cambio oficial versus el incremento del Índice de Precios al Consumidor. Salvo en enero de 2021, en que empataron, el resto de los meses la tasa de devaluación de peso subió sistemáticamente por debajo de la tasa de inflación. En otras palabras, cayó el tipo de cambio real.

Con Brasil, nuestro principal socio comercial, tenemos una caída del tipo de cambio real del 32,7 por ciento

Según la serie de tipo de cambio real múltiple que publica el BCRA, cuando se toma solo el dólar, se advierte una caída del 19% desde que asumió este gobierno. Y si se toma la serie de tipo de cambio real múltiple con las monedas de los mayores socios comerciales, la caída es del 27,8%. Con Brasil, nuestro principal socio comercial, tenemos una caída del tipo de cambio real del 32,7 por ciento.

De lo anterior se desprende que el problema no es el turismo, lo que hacen falta son los dólares y que el “dólar Qatar” es solo un parche más a un tipo de cambio artificialmente atrasado.

Un dato a tener en cuenta es que el promedio de estadía de los extranjeros en Argentina es menor al promedio de los argentinos que viajan al exterior. Entre el 2016 y el 2019, deliberadamente se saltean 2020 y 2021 por la pandemia, el gasto promedio de los extranjeros en Argentina estaba entre los USD 700 y USD 780 dólares aproximadamente, sin embargo, el gasto promedio entre enero y julio 2022 estuvo en USD 293 por turista.

El dato a tener en cuenta es que el 40% del turismo receptivo viene de Brasil y otro 14% viene de Chile, cuyos viajeros saben muy bien que los dólares que ingresan al país no hay que venderlos en las casas de cambio al tipo oficial sino en los “arbolitos” que pagan el doble en pesos.

El 40% del turismo receptivo viene de Brasil y otro 14% viene de Chile, cuyos viajeros venden los dólares que ingresan al país en los “arbolitos”

Dada la distorsión del tipo de cambio, el Gobierno pone cepos y raciona la venta de dólares como si fuera el que los genera. En forma arbitraria decide a quién se las entrega a un valor preferencial y a quién no.

Si el Estado no violara la propiedad privada quedándose con los dólares de los que generaron riqueza y la exportaron, los productores de bienes y servicios podrían venderlos al precio de mercado y no faltarían dólares para el pago de importaciones.

Los dólares que debería comprar el BCRA deberían ser a precio de mercado. El problema es que se quiere anclar el tipo de cambio y obligar a la gente a usar pesos que no valen nada. Los dólares que pueda comprar la entidad monetaria en un mercado libre serían para fortalecer las reservas, no para destinarlos a la producción. Las divisas para el sector productivo deberían surgir del libre intercambio del sector privado entre compradores y vendedores a precio de mercado.

Pero, además, en un país no solo ingresan dólares por las exportaciones, también a través de inversiones en el sector real de la economía por parte de empresas extranjeras. Sin embargo, el populismo en Argentina ha hecho tal destrozo de las instituciones y de las reglas de juego y produjo tal decadencia que nadie quiere invertir en el país. En otras palabras, no solo no se desestimula la exportación, sino que se combate al inversor que quiere invertir para crear puestos de trabajo.

En definitiva, no es Qatar, ni el turismo, ni los productores de soja los que generan falta de dólares. Es el populismo con tipos de cambio artificiales y el ataque a los inversores, más el default sistemático que hace que no haya crédito externo para el sector privado para invertir lo que genera la falta de dólares.

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