De acuerdo a la Real Academia Española, se denomina “empresa” a una unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos. No hay dudas al respecto: para que las empresas puedan subsistir, deben generar ganancias que solventen dicha actividad. Para esto, históricamente los mandos jerárquicos de las compañías destinaron tiempo y recursos a la creación de estrategias comerciales exitosas que promovieran el alcance de los objetivos del negocio
Desde siempre (y bajo esta premisa) funcionan las corporaciones. Sin embargo, las reglas del juego han cambiado y esto ha llevado a cambios profundos en la forma en que los negocios se desarrollan. Sucede que, frente al avance de las nuevas tecnologías y el empoderamiento de los consumidores, el foco no está solamente puesto en la generación de ganancias per se, sino también en lo que necesitan sus clientes desde una mirada más holística. Hoy más que nunca el consumidor está en primera plana y esto puede verse claramente.
El hecho de poner al consumidor en el centro llevó a que diversas organizaciones, ya sea de servicios, productos o mixtas, definieran expandir sus fronteras de generación de valor. Siendo uno de los principales caminos, generar experiencias de alto impacto en torno a la oferta central. Esas experiencias pueden desafiar las mentes más creativas y materializarse tanto en espacios físicos como virtuales, siendo el arribo de las organizaciones al mundo gaming un claro ejemplo de estas últimas.
La industria en cuestión generó en 2021 ingresos totales que superaron los USD 568 millones, y la expectativa para el corriente año es aún mayor
En los pocos años que nos anteceden, compañías de diversos rubros han comenzado a sumergirse en un mundo que necesariamente no está ligado con su core business y esto no responde a una decisión caprichosa, sino a la lectura “de que algo está cambiando”. Los números hablan por sí solos: en Argentina se cree que ya hay más de 22 millones de jugadores y más de 5 millones de espectadores, lo que ubica al país en el tercer puesto del ranking del mercado latinoamericano. Según relevamientos del sector, la industria en cuestión generó en 2021 ingresos totales que superaron los USD 568 millones, y la expectativa para el corriente año es aún mayor. Lógicamente esto no sucede sólo en nuestro país: en América Latina son alrededor de 200 millones los jugadores y la audiencia total es de 105 millones; los ingresos totales se estiman en USD 3.200 millones. A nivel mundial hay más de 3.000 millones de gamers.
Pasándolo a palabras simples y acotándolo únicamente al plano local: hay 27 millones de personas que comparten un interés a quienes es posible acceder. Esto se pone aún mejor: el gaming es inclusivo. Hombres y mujeres, casi por partes iguales, participan activamente de los Esports. Los perfiles son variados: existen tantos, como aficionados al gaming. En cuanto a la franja etaria, las audiencias son variadas pero el foco está puesto en los segmentos de 21 a 50 años, que representan más del 60% del total.
Con datos tan contundentes: ¿por qué las marcas cuyos clientes formen parte de esta enorme comunidad no invertirían dinero en el mundo gaming? Sin dudas, el crecimiento de la industria del gaming representa un sinfín de oportunidades para las compañías que están siempre buscando nuevas formas de acercarse a sus audiencias target. Las más innovadoras y con el foco puesto en sus consumidores son las que han sabido subirse rápidamente a esta ola, convirtiéndose en pioneras y en un modelo a seguir por corporaciones no endémicas que han comprendido la necesidad de involucrarse con las tendencias actuales.
A nivel mundial hay más de 3.000 millones de gamers.
El gaming ya ha dejado de ser un nicho para convertirse en un ecosistema en el que suceden cosas relevantes; es por eso que las organizaciones disruptivas que han sabido dimensionar este suceso, decidieron ser parte activa de este nuevo mundo que parece no tener fin. Incluso, aquellas con una visión más a largo plazo, encontraron una oportunidad para reafirmar su compromiso con los consumidores iniciando un proceso de reconversión del negocio para que sus marcas brinden servicios y/o productos, pero que, por sobre todas las cosas, generen experiencias y valor agregado para los consumidores. Es que de eso se trata. Ya no es suficiente brindar un servicio o producto de nivel, los consumidores de hoy día exigen más a las empresas porque entienden que cumplen un rol en la sociedad.
Si bien es innegable el avance de la industria de los Esports en el mundo entero, aún hace falta un abordaje integral que incluya la participación activa de varios sectores. Poco a poco diversos actores se van sumando y esto colabora a la profesionalización de los Esports, pero hay mucho más camino por recorrer. Ser parte de este movimiento nos invita a asumir un compromiso con nuestros consumidores para que el gaming sea cada vez más inclusivo y llegue a todo aquel que quiera ser parte. No se trata de una “moda”, se trata de entender qué necesitan nuestros consumidores y actuar en consecuencia. Tenemos la oportunidad de establecer un vínculo con nuestras audiencias, y podemos hacer la diferencia generando contenidos y acciones pensadas especialmente para ellos.
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