En consideración con la amplitud de aspectos que conforman la política de defensa, vale preguntar: ¿Dónde se sitúa la política internacional para la defensa? ¿Cuáles son sus implicancias y su relevancia en la actualidad? Por medio de estas líneas presentaré un breve panorama que dé respuesta a ello en función de mi experiencia como Secretario de Asuntos Internacionales para la Defensa en el Ministerio de Defensa de la Nación.
La política de defensa de la República Argentina posee un conjunto de atributos transversales que la caracterizan. Entre ellos, podemos mencionar su organización institucional basada en la conducción política, ejercida por el presidente de la Nación y comandante en jefe, Alberto Fernández, y el ministro de Defensa, Jorge Taiana; la “conjuntez” como aspecto central de su funcionamiento de planificación y operaciones; su posicionamiento estratégico definido como defensivo, cooperativo y autónomo; la separación entre los asuntos de la seguridad interna y los asuntos de la defensa; su misión primaria de disuadir y repeler una agresión militar, estatal y externa, y de velar por la defensa de la soberanía aérea, terrestre y marítima de nuestro país; sus misiones subsidiarias -siendo una de ellas el apoyo a la comunidad ante situaciones de emergencias-; y sus capacidades logísticas, de investigación y producción.
Para comprender desde qué lugar se incorpora “lo internacional” en la política de defensa argentina, considero menester, en primer lugar, destacar un atributo fundamental de la política de defensa argentina que no he mencionado en la previa enumeración: la complementariedad entre la política de defensa y la política exterior. En otras palabras, el hecho de que la planificación y ejecución de una se realiza en constante articulación y coherencia con la otra.
Mecanismos bilaterales: Instancias clave para la cooperación con otros países del mundo
Entre los trabajos realizados desde el Ministerio de Defensa destacamos el lugar que se le otorga al establecimiento de mecanismos bilaterales en esta materia, pues contribuyen al fortalecimiento del vínculo con determinados países y favorecen la creación de trabajos institucionales permanentes de cooperación y coordinación.
El Ministerio de Defensa cuenta a la fecha, como jurisdicción, con un total de 333 instancias de vinculación bilateral con 41 países, compuestas por: 189 acuerdos, memorandos, declaraciones conjuntas de ministros y convenios; 88 mecanismos, grupos de trabajo y reuniones bilaterales; 27 convenios de organismos científico-tecnológicos de la defensa; y 29 convenios de las unidades académicas que componen la Universidad de la Defensa Nacional con otras instituciones educativas del mundo.
En lo que va del 2022, hemos materializado una suma importante de reuniones bilaterales en función de agendas de nuestro propio interés con países situados tanto dentro de nuestra región como fuera de ella, siendo estos: la República Oriental del Uruguay, el Estado Plurinacional de Bolivia, la República de Chile, la República del Perú, Estados Unidos de América, la República Francesa, la República Federativa de Brasil, la República Federal de Alemania, los Estados Unidos Mexicanos, la República de Haití, Canadá, el Reino de España, la República de la India y la República Islámica de Pakistán.
Al mismo tiempo, con respecto a las instancias de vinculación multilateral de la defensa, el Ministerio de Defensa cuenta con su adhesión a 11 instancias de vinculación multilateral y representación en 10 organismos internacionales a través de los organismos científico-tecnológicos de la Defensa.
En ese sentido, este año se realizó la XV Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas (CMDA); el foro multilateral más importante en materia de defensa que reúne a los ministros de Defensa de todo el continente. Por elección de los Estados miembros, se le ha otorgado a la República Argentina el desafío de ejercer la Secretaría Pro Tempore de la XVI CMDA para el bienio 2023-2024.
Cada uno de estos mecanismos se encuentran disponibles en la recientemente consolidada Guía de Acuerdos Bilaterales y Multilaterales de la Defensa y de las Fuerzas Armadas Argentinas, una compilación de todos los tratados bilaterales y multilaterales vigentes que hace al registro y a la memoria institucional del despliegue de los asuntos internacionales de la defensa nacional.
Agregadurías: el rol de la diplomacia militar
Dadas las marcadas tensiones y el carácter cambiante del contexto global actual, también consideramos fundamental el desarrollo de una representación de defensa y de las Fuerzas Armadas en los países con los que tenemos un vínculo bilateral.
Esto constituye una parte crucial para la política internacional de la defensa, ya que, en su agenda de trabajo, los agregados militares tienen como objetivo la búsqueda de mayores posibilidades de cooperación para nuestro país y la promoción de nuestros intereses y necesidades nacionales en los países donde se encuentran. Esta tarea es llevada a cabo, principalmente, a través del suministro de información y de conocimiento especializado en materia de defensa, del fomento de nuestras capacidades, y de la búsqueda de solución a necesidades, sean estas materiales, académicas u operativas.
Actualmente, la República Argentina posee un despliegue de 32 agregados de defensa en 21 países que cuentan con concurrencia en 37 países, a lo cual se suma la representación en la Misión de nuestro país en la Organización de Naciones Unidas.
Además, contamos con misiones de instrucción y cooperación militar en Paraguay y Bolivia, y con instructores de distintas disciplinas militares en Chile, Uruguay, Bolivia, Paraguay, Brasil, Perú, Ecuador, Colombia, México, Estados Unidos, España e Italia. También contamos con misiones logísticas en los Estados Unidos de América y en Francia.
Este importante despliegue contribuye a materializar el posicionamiento cooperativo y autónomo de la Política de Defensa Nacional.
Operaciones de Mantenimiento de la Paz: una Política de Estado
Otro trabajo que merece ser destacado es la participación argentina en Operaciones de Mantenimiento de Paz (OMP) bajo mandato de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una verdadera política de Estado que se inició en 1958, siendo una de las misiones subsidiarias de las Fuerzas Armadas. Desde entonces, nuestro país ha participado en 30 misiones.
Las OMP son un brazo de la política exterior, cuyo despliegue es decisión del Ministerio de Defensa y su ejecución operativa está bajo la responsabilidad del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (EMCO).
En la actualidad, somos el segundo país de la región, después de Uruguay, que más personal militar contribuye a las Naciones Unidas con 269 efectivos de las Fuerzas Armadas. Del total de las 22 misiones desplegadas por la ONU, estamos presentes en 7 de ellas. Contamos con un contingente que se encuentra en la misión en Chipre (UNFICYP), con la presencia de la Fuerza de Tarea Argentina número 60 en dicho país. El contingente está conformado por un total de 268 hombres y mujeres pertenecientes al Ejército, la Armada, y la Fuerza Aérea, de los cuales, cabe destacar, 19 son personal militar de las Fuerzas Armadas de Paraguay, Chile, y Brasil. Contribuir a mantener la paz y realizarlo junto a personal militar de países de la región es una verdadera oportunidad de cooperación e integración.
La República Argentina también cuenta con observadores miembros del Estado Mayor en las misiones de Sahara Occidental (MINURSO), República Centroafricana (MINUSCA), Medio Oriente (UNTSO), Colombia (UNVMC), India y Pakistán (UNMOGIP), y más recientemente, en el Líbano (UNIFIL).
Un aspecto fundamental en este despliegue es el compromiso de nuestro país con el cumplimiento de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y con la agenda Mujer, Paz y Seguridad. Retomando el caso de la misión de Chipre a modo de ejemplo, más de 30 mujeres forman parte del mencionado contingente.
Los cascos azules argentinos, o “peacekeepers”, se encuentran entre los más requeridos en el mundo dado sus altos niveles de profesionalismo, sus buenos niveles de conducta y por la empatía que generan con las poblaciones víctimas de los conflictos. Un verdadero reconocimiento y logro para nuestro país en ese sentido ha sido la reciente designación del contraalmirante Guillermo Ríos como jefe de Observadores y “Head of Mission” en la misión de India y Pakistán (UNMOGIP) por parte del secretario general de la ONU, António Guterres.
Otro asunto central son las medidas de confianza mutua que se materializan a través de la planificación de ejercicios militares con otras Fuerzas Armadas. A la fecha se llevan registrados la concreción de 154 ejercicios realizados por las FFAA desde la sanción de la ley 25.880 el año 2004, especialmente con otras de nuestra región. Todos los años presentamos el proyecto de ley ante el Congreso Nacional para las ejercitaciones de entrada y salida de tropas. Este año, el plan de ejercitaciones estipula once ejercicios. Su realización favorece a lograr las necesarias medidas de confianza mutua que son fundamentales para la interoperabilidad, el entrenamiento y la cooperación a nivel regional.
Una invitación a reflexionar: ¿Por qué necesitamos Fuerzas Armadas?
Quisiera concluir con dos ideas concretas que invitan a la reflexión: en primer lugar, que, insoslayablemente, las Fuerzas Armadas son necesarias.
En pleno año 2022, decir que nos encontramos en un mundo incierto, con tensiones, turbulento y complejo ha dejado de ser una novedad. De hecho, para muchos analistas, estamos transitando “el mundo de nadie”. A escala regional, el panorama no deja de ser alarmante: nos encontramos ante una América Latina profundamente desigual y endeudada.
Ante esto, es imperioso poner en valor que convivimos en una región donde no se detectan conflictos armados interestatales, donde, a través de nuestra historia compartida, hemos aprendido a superar las tensiones y disputas mediante el diálogo político y diplomático. En el contexto actual en el que nos encontramos inmersos, la paz es un bien estratégico a preservar a partir del cual podemos contribuir con nuestra experiencia al mundo.
Al mismo tiempo, no debemos olvidar la significación determinante que nuestra región posee: la existencia de reservas de recursos naturales renovables y no renovables, particularmente de minerales estratégicos como el litio, de hidrocarburos y de agua dulce, así como también nuestras capacidades específicas para producir alimentos, los aportes científicos y tecnológicos, y el propio ingenio de nuestros pueblos cobran especial relevancia en un contexto de crisis energética y alimentaria.
En especial, la República Argentina posee al menos tres características que la resaltan en términos de interés decisivo: es una potencia media, en términos de expansión territorial se trata de la octava mayor superficie a nivel mundial, y, en términos geopolíticos, su ubicación le otorga condición bicontinental. Junto con la República de Chile, somos los países con mayor proyección hacia la Antártida y hacia el único paso interoceánico natural entre el Atlántico y el Pacífico sur.
Si vinculamos estos tres puntos a la pregunta rectora de esta conclusión, encontraremos lo siguiente: no hay país con desarrollo y protección soberana de todos sus espacios aéreos, marítimos y terrestres, de sus pueblos y de sus recursos de todo tipo sin Fuerzas Armadas.
Para cerrar esta primera conclusión es fundamental destacar que el Reino Unido de Gran Bretaña como colonia y potencia militar extranjera ocupa ilegal e ilegítimamente parte de nuestro territorio: las Islas Malvinas, las islas del Atlántico Sur y espacios marítimos circundantes en detrimento de nuestros recursos y en violación al derecho internacional.
Como segunda conclusión, quisiera afirmar que, a través del constante desarrollo y fortalecimiento de cada uno de los trabajos detallados, y siempre de la mano de la Política Exterior, el gobierno está trabajando activamente con el fin de promover la inserción de la República Argentina en el mundo en materia de Defensa.
Un hito fundamental que materializa este esfuerzo conjunto es el Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF), puesto en marcha por el presidente Alberto Fernández, cuya entrada en vigor comenzó en el año 2021. Esta ley permite un presupuesto para el reequipamiento de las Fuerzas Armadas mediante la recuperación, modernización e incorporación de equipamiento acorde a los lineamientos de planificación y necesidades que, a su vez, fomenta el desarrollo de la industria nacional de la defensa, sus cadenas productivas y la generación de puestos de trabajo.
La necesidad de contar con Fuerzas Armadas se reafirma casi como una obviedad. Desde ya, de unas Fuerzas Armadas que cuenten con un intachable profesionalismo y calidad humana, y que definitivamente estén bien equipadas para la defensa de nuestros espacios soberanos, apegadas a la democracia y a nuestra Constitución, como lo están.
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