Desde una perspectiva evolutiva e histórica, la aparición de la agricultura comenzó hace unos 10.000–12.500 años atrás y fue la responsable en determinar y cambiar la evolución del hombre. El desarrollo de las comunidades se da, en parte, a la revolución que significó domesticar plantas y animales para abastecerse de alimentos. Con el paso del tiempo, esto dio lugar al trueque o permuta que le permitió al hombre socializar y negociar con sus pares.
El valor de la tierra y su producción han sido la fuente de progreso social, económico y cultural hacia la sociedad que conocemos hoy. Pero es clave mencionar, que todo este desarrollo fue acompañado por una importante evolución tecnológica que complejiza y aporta eficiencia a los sistemas de producción.
Según estadísticas de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el 42% de la población mundial depende directamente de la agricultura. Por su parte, el Banco Mundial plantea que el desarrollo agrícola constituye uno de los medios más importantes para poner fin a la pobreza, impulsar la prosperidad compartida y alimentar a una población que se espera llegue a 9700 millones de habitantes en 2050. El crecimiento de la agricultura es entre dos y cuatro veces más eficaz que otros sectores de la economía para incrementar los ingresos de los países.
Según estadísticas de la FAO, el 42% de la población mundial depende directamente de la agricultura
En Argentina el sector agropecuario es la gran fuente genuina de divisas que permite asegurar las operaciones y empleos de la mayor parte de los sectores. De hecho, lidera la balanza comercial ya que genera el 25% del PBI del país. Su correcta gestión puede ayudar a aumentar los ingresos y a reducir el hambre.
Para muchísimos pueblos del interior del país el campo es un importante desarrollador de trabajo, el motor económico que los impulsa a crecer. Cabe destacar que 2 de cada 10 puestos son generados por el agro que, como efecto dominó, también permite el crecimiento laboral del resto de las empresas regionales, por ejemplo la comercialización de maquinarias, insumos y servicios potenciando así la economía local.
La tecnificación del campo y sus beneficios
Argentina es siempre candidata para generar nuevas tecnologías. Cualquier innovación que surja en el mercado el país siempre ha superado todas las pruebas piloto que se le han ofrecido. Posee un gran potencial emprendedor con un perfil innovador, curioso y en búsqueda de soluciones.
Se puede decir que la tecnología en nuestro país hizo posible que tierras antes impensadas para la producción se conviertan en superficies ricas en nutrientes, mejorando los suelos e incrementando rindes de manera sustentable. De esta manera se logró extender las zonas agrarias en todo el territorio nacional.
Otro avance tecnológico para destacar es la biotecnología agrícola, muy desarrollada en nuestro país
Con relación al inicio del texto, el agro evoluciona a la par de la tecnología o, mejor dicho, gracias a su desarrollo. Desde la aplicación de la agricultura de precisión en Argentina en 1996, que marcó un antes y un después en el campo, el sector comenzó a incorporar equipos de alta innovación para su producción. Este impacto dio origen a una gran fortaleza competitiva en todo el país.
En los últimos 5 años la digitalización de equipos acompañó la mano de obra, al desarrollo agrícola y al crecimiento económico nacional. En un principio entender su uso o qué problemas venían a solucionar era difícil, pero con el tiempo esto cambió y hoy existen maquinarias, dispositivos, aplicaciones y plataformas que colaboran, no solo el trabajo del productor, sino a la cadena agroalimentaria en general.
Los beneficios que otorga la agrotecnología pueden enfocarse tanto en tareas que se ejecutan directamente en el campo como la siembra, fertilización, protección de cultivos, detección temprana de enfermedades en cultivos o en el ganado, biotecnología, mejoramiento genético, maquinarias y riego. Pero también aporta en actividades que se realizan a través de toda la cadena: financiación, logística, comercialización -canjes y cupos-, cadena de valor, imágenes satelitales, drones que monitorean los cultivos y trazabilidad.
En los últimos 5 años la digitalización de equipos acompañó la mano de obra, al desarrollo agrícola y al crecimiento económico nacional
Otro avance tecnológico para destacar es la biotecnología agrícola, muy desarrollada en nuestro país. Se utiliza fundamentalmente para solucionar problemas relacionados a la producción agraria y gestación. Por ejemplo, el fitomejoramiento para elevar y estabilizar el rendimiento de los cultivos, incrementar el contenido nutricional de los alimentos y promover el perfeccionamiento genético de los animales. También se emplea para mejorar la resistencia de las semillas a plagas y condicionar factores abióticos desfavorables como la sequía y el frío.
Con todo esto se puede decir que la evolución en materia tecnológica aplicada al agro en los próximos 10 años en la Argentina será exponencial.