En Argentina, el temor al sistema financiero por parte del público general es recurrente. Cada vez que nos encontramos envueltos en una situación delicada, ya sea producto de un shock interno o externo, la preocupación de la población recae sobre la salud de los bancos. Es cierto que una gran parte de la población ha vivido la crisis de 2001, y la mayoría de quienes no lo hemos vivido con consciencia (o en absoluto), hemos escuchado anécdotas poco felices del evento. Por ende, eliminando la racionalidad, es lógico que la situación despierte malos recuerdos. De todas formas, y acá hemos el porqué del “eliminando la racionalidad”, el sistema bancario argentino se encuentra muy firme.
Enfocándonos en los estados financieros de los principales bancos del país (tomamos como muestra GGAL, BBAR, BMA y SUPV, que con los que cotizan en las pantallas del exterior), vemos rápidamente que el respaldo de pesos por los depósitos es notable. Grupo Financiero Galicia posee activos líquidos por el 114,3% de sus depósitos, BBVA por el 76,7%, Banco Macro por el 90% y Supervielle por el 57,9%. El lector podría alarmarse al ver proporciones por debajo del 100%, pero eso sería un error. Proporciones de estos niveles están entre las más altas del mundo. Se debe considerar que estos activos líquidos solo incluyen efectivo e instrumentos del mercado que serían rápidamente liquidables, proveyendo de liquidez de muy corto plazo para que las entidades cumplan con sus retiros y obligaciones. Para plazos levemente superiores se deberían considerar fuentes adicionales, como podrían ser los vencimientos más próximos de préstamos.
Las entidades otorgan pocos préstamos en moneda extranjera, dado que solo pueden hacerlo a quienes generen ingresos en dicha divisa
Otro de los miedos comunes está vinculado a los depósitos en dólares. Todo período crítico incluye una diseminación de mensajes por las redes “avisando” que los bancos no tienen los dólares suficientes para devolverle a sus clientes. La realidad es que el sistema financiero argentino está muy preparado, más que cualquier otro en el mundo probablemente, para una rápida salida de depósitos en divisas. Las semanas post PASO 2019 fueron testigo de ello. En tan sólo un mes, aproximadamente el 30% de los depósitos bancarios en dólares del sistema se esfumaron, y los bancos aún estaban holgados. Es que estas entidades otorgan pocos préstamos en moneda extranjera, dado que solo pueden hacerlo a quienes generen ingresos en dicha divisa. Además, en relación a sus depósitos en dólares, el nivel de préstamos es muy bajo.
Las 4 entidades en cuestión promedian un 32% de sus depósitos alocados en préstamos en moneda extranjera. Vale la pena mencionar también que además estos los hacen a corto plazo en su mayoría, permitiendo un rápido desarmado de la cartera. Podríamos decir que, en términos de disponibilidades, los bancos de Argentina son sumamente conservadores.
Lo que sí podría cuestionársele a los bancos, es su exposición al riesgo público. Sus tenencias de activos emitidos por el Banco Central de la República Argentina (Leliq y Pases) y el Tesoro (distintas Letras) incrementan año a año, al igual que lo hace la proporción de los ingresos que provienen de estos instrumentos. La contracara son los préstamos al sector privado, que pierden terreno.
De todas formas, equivocado sería culpar a los bancos, que lo que buscan es sobrevivir en un contexto de alta inflación y altas tasas, maximizando su patrimonio. Es el mismo Gobierno quien ha generado este crowding out del sector privado, llevando a los préstamos a niveles cercanos a sus mínimos con respecto al PBI (Actual: 6,6%; Min: 5,8%; Media: 9,0%; Max: 12,5 por ciento).
La calidad de sus carteras, vemos que es excelente
Por último, para terminar de analizar la solidez del sistema, debemos adentrarnos en las métricas de riesgo de las entidades financieras. Comenzando con la calidad de sus carteras, vemos que es excelente, con BBAR y BMA liderando con índices de mora muy bajos de 1,08% y 1,25% respectivamente, GGAL siguiendo de cerca, y SUPV más alejado, aunque mejorando en términos interanuales.
Por otro lado, en términos de solvencia, representada por la relación de Capital Tier 1, que se calcula como el capital de nivel 1 sobre activos ponderados por riesgo, y el ratio de apalancamiento de los bancos, también notamos un estado alentador. Particularmente el primero, que se encuentra en niveles holgadamente por encima de las recomendaciones del Comité de Basilea para las entidades bancarias.
En síntesis, los bancos podrán no estar pasando por su momento más rentable, pero de su firmeza financiera no hay discusión.
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