El Papa clama por los inocentes de Ucrania

La invasión rusa es “un gran fracaso mundial” y al mismo tiempo un desafío

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Soldados evacúan un bebé tras un bombardeo ruso
Soldados evacúan un bebé tras un bombardeo ruso

Las predicciones de Francisco fueron correctas y silenciadas

El Papa advirtió en los comienzos del conflicto de Ucrania y a partir del 24 de febrero que se trataba de un pedazo de la “tercera guerra mundial” y exigió el fin inmediato de la guerra. Hoy se admite que tenía razón y que la guerra será larga (Macrón) y pende una amenaza de un mundo peor.

Los informes que se manejan en los centros de prensa y expertos italianos en el tema, indican claramente que lo que comenzó siendo la invasión de Rusia en Ucrania, pasó a ser una guerra entre ambos y que la guerra no quedó anclada en una guerra bilateral, cobrando las características materiales, aunque no formales, de una “guerra internacional”. No cabe ninguna duda que se trata de un choque de Estados Unidos-Europa (fuerzas de la OTAN) con Rusia, donde Ucrania presta su población, las propias fuerzas y el “campo de batalla”.

Estados Unidos y Europa aportan la inteligencia, tropas y miles de millones de dólares en armas y demás suministros. El objetivo es expulsar a Rusia de Ucrania dejando debilitada a la primera. También se indica que Estados Unidos no es el único país pero sí el principal que tuvo en la última década y ha aumentado sustancialmente los agentes de su agencia de inteligencia dentro de Ucrania y en los países vecinos. Comandos británicos, franceses, canadienses y lituanos trabajan también para manejar el intercambio de inteligencia en todo el territorio. El 10º Grupo de Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos, por poner un ejemplo, construyó una célula de planificación de la coalición cuando comenzó la invasión rusa.

La energía, la alimentación y otros productos como balas de guerra

El 1 de este mes el presidente de Francia en el Elíseo, París, Emanuel Macrón advirtió: “Debemos prepararnos para una larga guerra sobre la energía, la comida y el resto”, “Hace falta una acción para evitar una escalada del conflicto y preparar la paz, pero también para evitar la división del mundo como aparece actualmente”.

Llamó a la unidad de Europa y a la necesidad de actuar en conjunto y solidariamente con Ucrania cuando, al cumplirse 190 días de la invasión se reavivaban los enfrentamientos que parecen encaminarse a una nueva fase pero no a una fase final.

Si bien se informa en fuentes independientes como el “Kyiv Independent” “las fuerzas armadas de la Federación (rusa) han visto destruidos o capturados alrededor de 1.300 tanques y blindados frente a cerca de 500 vehículos ucranianos inutilizados, lo que hace al mayor enfrentamiento de blindados desde la Segunda Guerra Mundial”, sin embargo, también se consigna que “Moscú tiene una reserva casi infinita de vehículos militares.”

“Esto significa que la perspectiva de una guerra larga, de desgaste, conviene más al Kremlin que a Ucrania y que una contraofensiva, tanto en el Sur como en otras regiones, debería ser eficaz y rápida, para obligar al enemigo a una retirada que sea costosa sobre todo políticamente.”

¿Cómo “aparece actualmente dividido el mundo”?

Al resurgimiento de Rusia, la potencia industrial de China aliada con la Federación, las aspiraciones expansionistas de lo que otrora fue el imperio otomano y la India por una parte y un occidente euro-americano por la otra. Esto es lo que vemos. También el observador puede ver que instituciones de las que occidente fue el autor fundante como la ONU o la Unión Europea, y los grandes organismos internacionales surgidos desde la Segunda Guerra Mundial resultan ineficaces para el mantenimiento de la paz.

La inacción de la Organización de las Naciones Unidas

El jurista italiano Luigi Ferrajoli, afirmó hace unos días que la verdadera ayuda de la comunidad internacional era la de cumplir con el deber del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas donde tienen un asiento permanente EE.UU., el Reino Unido y Francia, además de la propia Rusia y China). “…a desempeñar un papel pacificador para poner fin al conflicto. Debió haber sido inmediatamente tras el 24 de febrero, como foro institucional para las negociaciones, y permanecer en sesión permanente hasta que se lograra la paz. Esta, mucho más que el envío de armas, era la verdadera ayuda que Estados Unidos y la Unión Europea podían y debían haber prestado a Ucrania: apoyarla con todo su peso político en las negociaciones de paz, hasta conseguir el cese de la agresión a cambio de una garantía renovada y creíble de la seguridad rusa. En cambio, prefirieron que la guerra se prolongara indefinidamente, echaron gasolina al fuego con el envío de armas y con el proyecto de una nueva ampliación de la OTAN en las fronteras con Rusia y, sobre todo, dejaron que la pobre población ucraniana muriera, indefinidamente, bajo las bombas.” (ver reportaje www.dw.com a este jurista, discípulo de Norberto Bobbio y profesor de la Universidad de Roma III, autor, entre otras obras de filosofía de “Por una Constitución de la Tierra. La Humanidad en la Encrucijada” (2022).

Los pueblos y sus organizaciones también deciden la guerra y la paz en Ucrania

El resurgimiento de las aspiraciones imperiales de Rusia y la conformación de un bloque euroasiático -como afirma el jurista y politólogo Carlos D´Agostino -limitan las esperanzas de un mundo basado en el diálogo. Occidente y los organismos internacionales como la ONU, la Unión Europea y los grandes oficinas surgidas desde la Segunda Guerra Mundial perdieron su autoridad. Tal como queda demostrado con la actual guerra en Ucrania y los demás conflictos esparcidos “a pedazos”.

Las ONG y otras instituciones que tienen por objeto luchar por una mayor democracia internacional, evitar las guerras, los genocidios, la producción de armas de todo tipo, las constantes violaciones a los derechos humanos, están demostrando una absoluta impotencia frente al trágico escenario de Ucrania. La reacción popular en Europa ha sido diferente de lo que ocurrió en 2003 cuando, ante la invasión estadounidense de Irak y los movimientos pacifistas llenaron las plazas oponiéndose a la guerra. Hoy en Alemania, los Verdes, también abrazaron la causa de la guerra, condicionando incluso la libertad de maniobra del canciller Olaf Scholz.

Ucrania es “un gran fracaso mundial” y al mismo tiempo un desafío

Así las cosas, no parece que la guerra pueda abrirse a una negociación concreta, pero también es cierto que las decisiones políticas dependen de la opinión pública y esta no sólo de los partidos sino también de sus propios valores, de las creencias religiosas y de la opinión publicada sea en la prensa tradicional o en las redes sociales.

Hoy ¿cuánto juegan las opiniones públicas (diálogo prensa-web-pueblos) de la sociedad de los Estados Unidos y de las naciones europeas? ¿mantendrán el apoyo a la guerra durante mucho tiempo más o se movilizarán exigiendo la paz?

Los políticos hacen la guerra y la pagan “¡los inocentes!”

Los políticos que suelen tener un buen oído para escuchar a los votantes, ¿oirán el grito de los inocentes? Clama el Santo Padre: “¡Los inocentes pagan la guerra, los inocentes!” parece ser un grito, parece ser la voz del que llora en el desierto, más de seis meses después del inicio del insensato y horrible ataque a Ucrania: destrucción, muerte y el espectro del conflicto nuclear.

El mundo marcha hacia “la guerra fría”

En la encíclica Fratelli Tutti el Papa Francisco -a quien como dice Borghesi le interesa la humanidad y no es un geopolítico- defiende la idea del diálogo en un mundo multipolar (Nro. 262). Una idea que presupone el equilibrio entre las grandes potencias y una mayor democratización del planeta.

La invasión de Rusia a Ucrania y su metamorfosis plantea nuevamente por un lado un enfrentamiento Este-Oeste, la mecánica maniquea del bien contra el mal y un retroceso hacia un mundo bipolar o tripolar. El Papa Francisco, como lo venimos diciendo sostiene la necesidad de un mundo multipolar con organismos internacionales más democráticos y delegados de un poder que permita acciones eficaces. También el Santo Padre ha afirmado que “es imprescindible luchar por el diálogo entre los estados nacionales y rechazar el maniqueísmo político” que nos introduce en la tensión de la “guerra fría”.

La cultura del diálogo como camino de Oriente y Occidente

“En el nombre de Dios…con los musulmanes de Oriente y Occidente, junto a la Iglesia Católica —con los católicos de Oriente y Occidente—, declaran asumir la cultura del diálogo como camino; la colaboración común como conducta; el conocimiento recíproco como método y criterio.”

“Nosotros —creyentes en Dios, en el encuentro final con él y en su juicio—, desde nuestra responsabilidad religiosa y moral, y a través de este Documento, pedimos a nosotros mismos y a los líderes del mundo, a los artífices de la política internacional y de la economía mundial, comprometerse seriamente para difundir la cultura de la tolerancia, de la convivencia y de la paz; intervenir lo antes posible para parar el derramamiento de sangre inocente y poner fin a las guerras, a los conflictos, a la degradación ambiental y a la decadencia cultural y moral que el mundo vive actualmente.”

“Además, declaramos —firmemente— que las religiones no incitan nunca a la guerra y no instan a sentimientos de odio, hostilidad, extremismo, ni invitan a la violencia o al derramamiento de sangre. Estas desgracias son fruto de la desviación de las enseñanzas religiosas, del uso político de las religiones y también de las interpretaciones de grupos religiosos que han abusado —en algunas fases de la historia— de la influencia del sentimiento religioso en los corazones de los hombres para llevarlos a realizar algo que no tiene nada que ver con la verdad de la religión, para alcanzar fines políticos y económicos mundanos y miopes…”

“…las religiones invitan a permanecer anclados en los valores de la paz; a sostener los valores del conocimiento recíproco, de la fraternidad humana y de la convivencia común…”. (algunos de los párrafos del Documento sobre la Fraternidad Humana, suscriptos por el Obispo de Roma Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar alSharif. Abu Dhabi, 3-5 de febrero 2019 ).

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