Política económica: por ahora, más de lo mismo y con eso no alcanza

Los anuncios del ministro Sergio Massa lucen insuficientes para revertir las expectativas y la dinámica de la crisis. Evidencian la falta de trabajo previo y de un programa integral, consistente y sustentable

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La ausencia de un equipo
La ausencia de un equipo (con mayúsculas) es toda una señal en sí misma de que el nuevo ministro cree que importa más la política que la economía (Reuters)

Como venimos sosteniendo desde hace mucho tiempo, la crisis argentina es de naturaleza económica. No se trata de una crisis política con consecuencias económicas, sino que es una crisis económica con consecuencias políticas. Y por lo tanto la solución no es más política, sino más economía, y de la buena.

Ahora bien, para hacer buena economía, consistente y sustentable, lo primero que hay que tener es un buen diagnóstico. También es fundamental contar con un equipo, con miembros que se conocen y que vengan trabajando coordinadamente, debatiendo ideas y medidas. Lamentablemente, la llegada de Massa al Ministerio de Economía no parece haber aportado hasta ahora mucho ni en uno ni en otro aspecto. De hecho, la ausencia de un equipo (con mayúsculas) es toda una señal en sí misma de que el nuevo ministro cree que importa más la política que la economía.

Para hacer buena economía, consistente y sustentable, lo primero que hay que tener es un buen diagnóstico

Pero esa no es la única señal inquietante que dejó la llegada y los primeros anuncios de Massa a Hipólito Yrigoyen 250. La indefinición en torno a la designación de un Secretario de Programación / Viceministro que pueda suplir las carencias del ministro en materia de entendimiento macroeconómico) hizo que esos anuncios se realizaran sin su participación.

Los primeros anuncios

Lo más relevante de los primeros anuncios del ministro Massa (dado que prometió otros más adelante -cualquier similitud con la promesa de Guzmán en el mismo sentido esperemos que sea pura coincidencia) fueron la reducción de los subsidios energéticos y la no utilización de Adelantos Transitorios del BCRA en lo que resta del año. Claro que por ahora se trata de objetivos un tanto voluntaristas, dada la ausencia de detalles sobre el cómo se alcanzará esa meta. Sobre todo si se tiene en cuenta que con la única medida sustanciosa anunciada, la reducción de subsidios energéticos, no se llega, en los meses quedan de 2022, a reencauzar el déficit hacia ese objetivo. Entre otras cosas, porque no está claro si no habrá que convocar nuevas audiencias públicas, si se podrá aplicar el nuevo esquema antes de octubre, y si, tal como estaba previsto, el aumento será escalonado (en tres tramos).

La no utilización de los
La no utilización de los Adelantos Transitorios del BCRA puede que encierre una pequeña trampa, ya que, compra de bonos y liquidación de DEG mediante, no es la única vía con la que actualmente asiste al Tesoro (Reuters)

Además, las medidas de corte social que se anunciaron van a contramano de la declamada austeridad fiscal, por cuanto prometen aumentos de jubilaciones y salarios con efectos concretos en el corto plazo.

Por su parte, la no utilización de los Adelantos Transitorios del BCRA puede que encierre una pequeña trampa, ya que, compra de bonos y liquidación de DEG mediante, no es la única vía con la que actualmente asiste al Tesoro.

El resto de las medidas apuntan en su mayoría a conseguir reservas en el cortísimo plazo (aún a costa de contar con menos divisas más adelante), supuestamente para poder devaluar. En los días previos a estos anuncios, se instaló la idea de que no se puede devaluar sin reservas. Cuando en realidad, tal como lo plantean los libros de texto, la mayoría de las veces se devalúa para conseguir reservas.

Se instaló la idea de que no se puede devaluar sin reservas, cuando en realidad la mayoría de las veces se devalúa para conseguir reservas

Siempre es riesgoso devaluar, pero la clave no es si hay o no reservas, sino si la devaluación se inserta en un plan de estabilización consistente o no. La idea de que no se puede devaluar sin reservas es entonces otra señal preocupante, por cuanto podría deberse a que el mismo ministro no cree que su plan sea lo suficientemente robusto como para permitir una devaluación del peso sin que ello resulte explosivo.

Rejunte de medidas

Quedó claro que no hay un plan integral. Si no más bien un rejunte de medidas, que dejó al desnudo, por cierto, la falta de un trabajo previo:

En materia fiscal, los anuncios no son todo lo contundentes que debieron haber sido. Son de dudoso efecto en materia de contención del gasto y del déficit. Los cómo (medidas concretas) y los cuánto (proyecciones) estuvieron prácticamente ausentes.

En materia cambiaria y monetaria, no hubo anuncios. Lo mismo ocurrió en materia regulatoria y de apertura de la economía.

El objetivo no parece ir
El objetivo no parece ir más allá de conseguir algunos resultados rápidos en materia de reservas, comprar tiempo (veremos para qué) y reducir la velocidad de las dinámicas de crisis (Reuters)

Podemos decir que no es más que un reencauzamiento del programita con el FMI, y que, por lo tanto, luce insuficiente para desinflar exitosamente, para recomponer reservas y comprimir la brecha y para bajar el riesgo país de manera sustentable. El objetivo no parece ir más allá de conseguir algunos resultados rápidos en materia de reservas, y reducir la velocidad de las dinámicas de crisis. Si se trata de comprar tiempo para armar algo, ojalá que el sentido de la urgencia se imponga sobre la complacencia que parece generar la idea de que la política retomó el control de la economía..

Tal como Gandalf le dijo a Frodo en las Minas de Moria (El Señor de los Anillos, La Comunidad del Anillo, de Tolkien), Massa está todavía a tiempo de decidir qué hacer con el tiempo que le ha sido dado. Si lo que queda por delante es similar a lo que vimos en sus primeros días de gestión, es probable que lo haya desaprovechado.

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