Nueva ministra, punto de partida en materia fiscal

Como se conoce singularmente poco de la impronta que tendrá Economía, resulta hartamente especulativo pensar qué puede pasar en la segunda mitad del año en materia de finanzas públicas

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La ministra Silvina Batakis recibió un creciente déficit de las finanzas públicas y faltantes de insumos para las industrias (Télam)
La ministra Silvina Batakis recibió un creciente déficit de las finanzas públicas y faltantes de insumos para las industrias (Télam)

El sábado 3 de julio, exactamente dos semanas después que el Ministro de Desarrollo Productivo, renunció el ministro de Economía, quien pocos días antes se había pronunciado públicamente sobre la necesidad de reducir el déficit fiscal. El domingo 4 de julio por la noche se conoció la designación de la nueva encargada, Silvina Batakis, segunda mujer en la historia de ese Ministerio. Los tiempos fueron muy prolijos en términos de eventuales análisis ya que permiten ver el punto de partida de esta nueva etapa de la Administración -con la elección presidencial a la vista- con los ingresos y gastos y la situación de financiamiento del fisco cerrada -o una aproximación al cierre- al primer semestre.

Aún luego del discurso del último lunes, en el que la ministra –rodeada de buena parte del gabinete económico- propuso como prioritario –en forma coyuntural- el logro del equilibrio fiscal y definió una regla fiscal no escrita de déficit de caja cero en la práctica, se conoce singularmente poco de lo que efectivamente ocurrirá en los próximos meses o, puesto en otros términos, cuánto esta Administración querrá -y podrá- sostener un ajuste, en una situación en la que la debilidad del gobierno y la inestabilidad de la economía son extremas.

La renuncia del ministro Martín Guzmán se dio en un clima muy enrarecido, con la inflación, la devaluación y el financiamiento al fisco por parte del Banco Central acelerándose en el último tiempo, en el marco de algún desorden en las licitaciones del Tesoro de títulos públicos en pesos; con la cotización de los bonos cayendo y la brecha cambiaria superando el 100% con relación al tipo de cambio para las operaciones con el BCRA.

Pensar el futuro es sólo plantear posibles escenarios sin siquiera poder asignar algún rango de probabilidad de ocurrencia a las diferentes alternativas. Entonces, contentémonos con conocer cuál es el punto de partida.

¿Cuál es la situación fiscal que recibe la nueva titular del Ministerio de Economía si nos restringimos a la Administración Nacional, ya que ésa es la información de la que se puede disponer para el primer semestre? De acuerdo con los datos de Presupuesto Abierto que se publican en el sitio del Ministerio de Economía en internet, en el primer semestre del año la Administración Nacional habrá tenido un déficit de 5,7% del PBI equivalente del período; un año atrás ese déficit totalizó 3,2% del PBI. Netos del pago de intereses, los respectivos resultados negativos se reducen a 4,1% y 1,6% del PBI, respectivamente. De hecho, el déficit de este primer semestre resulta similar al del segundo semestre del año 2021 (4% del PBI).

Es cierto que en materia de ingresos parecieran no estar incluidas en esa clasificación, en lo que va de 2022, la totalidad de rentas del Tesoro que se muestran en la información del Sector Público Nacional No Financiero en su versión de caja, ni ingresaron recursos en concepto de aporte solidario que el año pasado representaron 0,8% del PBI; también es cierto, y esto juega en sentido contrario a los agregados anteriores, aunque su magnitud es menor, que este año sí ingresaron, en junio, recursos por el pago del saldo de las declaraciones de Bienes Personales y Ganancias de personas físicas que un año atrás se habían hecho efectivos recién en agosto.

En el primer semestre del año la Administración Nacional habrá tenido un déficit de 5,7% del PBI equivalente del período; un año atrás ese déficit totalizó 3,2% del PBI

En lo que respecta al gasto, básicamente lo que se tiene es una suba a nivel primario del 10% en términos reales, que pasa del 18,6% del PBI en los primeros seis meses de 2021 a 20,2% en igual tramo de 2022. Hay que considerar que en el primer semestre de 2021 se había ejecutado el 48,4% del presupuesto vigente, en tanto ahora se usó apenas el 43,9% del presupuesto recientemente “aggiornado”.

Por otra parte, en la comparación de los respectivos semestres, hay algunas jurisdicciones ganadoras y otras perdedoras que dan algunos indicios a tener en cuenta. Por ejemplo, del total de gasto primario devengado, los Ministerios de Economía y de Desarrollo Social ganaron, cada uno, 1,1% de participación en lo que va de 2022 respecto de igual período de 2021, en tanto que los de Obras Públicas, Trabajo, Desarrollo Productivo y Salud perdieron entre 0,9 y 0,7% de participación cada uno.

Un dato muy curioso es que el Ministerio de Desarrollo Productivo ejecutó, hasta el momento, apenas el 17% de su presupuesto vigente. En el otro extremo, el Ministerio Público, el de las Mujeres, Géneros y Diversidad, y el de Desarrollo Social llevan gastados el 59%, 57% y 55,3% del total asignado para el año, respectivamente. Uno podría preguntarse si el aumento real del gasto primario del 10% en la comparación entre el primer semestre de 2022 y de 2021 en realidad es bajo teniendo en cuenta el aumento que había significado el segundo semestre respecto del primero el año pasado, cuando el Gobierno puso todo lo que tenía y lo que no en pos de lograr buenos resultados en las elecciones de medio término.

Fuente: Revista Indicadores de Coyuntura Nº 643, julio 2022
Fuente: Revista Indicadores de Coyuntura Nº 643, julio 2022

Lo que tenemos ahí es que el gasto primario, en términos reales, baja un 15%. Ocurre que, al mismo tiempo, los recursos caen un 19,6% también en términos reales. No hay modo, entonces, de pensar que hay, ahí, algún espacio. Por otra parte, más allá del llamado Plan Platita, es cierto que, en general, los segundos semestres son más expansivos en materia de gastos que los primeros.

En suma, con o sin cumplimiento del Acuerdo con el FMI en la segunda revisión (correspondiente al 30 de junio) en la que aparentemente, según dejó trascender el gobierno, sólo se incumpliría la meta de reservas -y eso porque no ingresaron recursos previstos desde organismos multilaterales distintos del FMI-, es evidente que reducir el déficit fiscal es condición necesaria para que esta economía no sufra un shock. Y la reducción de ese déficit requiere también necesariamente, y aun cuando pudiera haber algún ingreso extraordinario, la reducción del gasto.

Reducir el déficit fiscal es condición necesaria para que esta economía no sufra un shock

La vía más fácil, el corte a la obra pública, ya se ve claramente en los números que describimos acá, y todavía puede haber espacio, pero tampoco alcanza. Teniendo en cuenta que el 46,5% del gasto primario está en cabeza del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, y que allí no hay mucho por hacer en materia de reducción en el corto plazo, los subsidios energéticos siguen siendo la posibilidad y el gran interrogante.

Esta nota se publicó en Indicadores de Coyuntura de FIEL 643, julio 2022

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