Un proyecto en conjunto entre Argentina y Japón planea reducir el impacto de amenazas hidrometeorológicas. Se trata de “Pronóstico y Alerta de Eventos de Inundaciones Repentinas” (PREVENIR), un sistema de alerta temprana que evitaría desastres provocados por la lluvia. El proyecto será una colaboración entre prestigiosas instituciones japonesas -la Universidad de Osaka, el Centro Internacional de Peligros del Agua, la Agencia Meteorológica de Japón y el RIKEN Center for Computational Science-, líderes en el desarrollo de sistemas similares, junto con instituciones argentinas, como el Servicio Metereológico Nacional, el Instituto del Agua y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina.
El sistema prevé proporcionar herramientas y recomendaciones que ayuden a evitar los daños ocasionados por abundantes precipitaciones, cada vez más frecuentes en nuestro país, es decir, prevenir efectos naturales que generan inundaciones e impactan principalmente en poblaciones vulnerables. ¿Cómo? Planean reducir los efectos negativos advirtiendo a las zonas potencialmente afectadas desarrollando sistemas de alerta temprana. PREVENIR será el primero en su tipo en Argentina.
La experiencia de Japón
La colaboración de Japón -un país con historia en desastres naturales y en desarrollar sistemas de prevención- será para clave para que Argentina logre realizarlo. Especialistas japoneses trabajarán en conjunto con los de nuestro país, para analizar y construir. “Será sumamente útil visitar el lugar e identificar los problemas sociales para diseñar un sistema de alerta de desastres efectivo”, señaló el Dr. Miyoshi Takemasa. “Los principios fundamentales -como las leyes físicas para la dinámica del clima- son universales, pero los sistemas de observación y la sociedad son diferentes”, explicó el experto japonés.
El proyecto comenzará pronto. En esta primera instancia apuntará a las cuencas Sarandí-Santo Domingo en Buenos Aires y en Suquía, Córdoba. “Estas zonas se caracterizan por tener una gran densidad y poblaciones vulnerables, más expuestas al riesgo climático (y en particular a las inundaciones repentinas)”, comentó la Dra. Celeste Saulo. Sarandí-Santo Domingo atraviesa siete partidos del conurbano bonaerense y allí viven cerca de 1,8 millones de habitantes, muchos carentes de recursos económicos. Se trata de una zona vulnerable que sufre entre dos y tres inundaciones por año. El Barrio Villa Páez, en Córdoba capital, no solo tiene inundaciones repentinas causadas por fuertes lluvias, la zona también sufre por los desbordes que estas provocan en el río Suquía. Solo en los últimos 10 años, el 40% de la población fue afectada por el agua.
El poder de prevenir
El proyecto no solo toma en cuenta las causas naturales. El desarrollo de la población, las edificaciones sin lineamientos también hacen lo suyo: “El crecimiento urbano no planificado es uno de los factores que incrementan la exposición de la población a los riesgos climáticos, sobre todo en las más vulnerables. La magnitud y severidad de los eventos meteorológicos extremos es algo que nos está sorprendiendo a todos a nivel global. En Argentina, inundaciones urbanas causaron cuantiosas pérdidas humanas y materiales, como las inundaciones de La Plata en 2013. El problema es que se dan cada vez con más frecuencia”, explica la especialista.
Salud, educación y economía pueden verse afectadas por lluvias extremas. “Son fenómenos graves que pueden producir impactos importantes, pérdidas humanas y materiales”, agrega Saulo. Trabajar en reducción de impactos es prioritario.
El experto japonés, Miyoshi Takemasa declaró que “las pérdidas económicas y las muertes son los temas más importantes”. Su colega argentina coincidió: “El impacto principal tiene que ver con la pérdida de vidas humanas que se puede producir por la falta de advertencia y las cuantiosas pérdidas materiales que resultan de no poder tomar medidas de precaución (tales como proteger los bienes de los hogares). También pérdidas económicas asociadas a la destrucción de la fuente de trabajo, pérdida de ganado, cosechas, daños en la infraestructura, entre tantos otros”.
En PREVENIR trabajan instituciones como la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y la Agencia de Ciencia y del Japón (JST). Será una colaboración con pronosticadores, tomadores de decisiones y responsables de emergencias locales. Japón espera ayudar a “desarrollar la educación de jóvenes profesionales, lo que llevará a estrechar relaciones entre los científicos japoneses y argentinos”. El proyecto propone desarrollar el sistema de alerta temprana, además de apps para celulares que alerten “de manera que las personas puedan reaccionar ante la alerta de emergencia de manera efectiva”. “Necesitamos diseñar el sistema de comunicación de alerta para que la gente sepa qué hacer. Tomando en cuenta que, evitar el pánico es fundamental”, remarca Miyoshi. El sistema también planea ampliar las capacidades actuales de monitoreo hidrometeorológico.
“Pronóstico y Alerta de Eventos de Inundaciones Repentinas” está proyectado en 5 años y cuenta con un presupuesto de 6,5 millones de dólares. Esta iniciativa será la primera de su tipo en Argentina y proporcionará herramientas y recomendaciones útiles para la implementación de sistemas similares en otras partes del mundo.
PREVENIR ya está en marcha y sus detalles fueron presentados esta semana en el Ministerio de Defensa.