En un momento de dificultades macroeconómicas, limitaciones monetarias e incertidumbre mundial, la falta de crédito es una realidad para todas las empresas. En las pymes, de las más grandes a las más chicas, se convierte en una pregunta acuciante: ¿cómo financiarse para seguir creciendo? Una de las respuestas viene de un ámbito inesperado: el cuidado del ambiente y el impacto social positivo.
La sustentabilidad es la oportunidad que encuentran las pequeñas y medianas empresas para impulsar los negocios a partir de dos caminos: la incorporación a nuevas cadenas de valor a partir de su impacto positivo o mediante el acceso a capital que de otra forma sería imposible. ¿Cómo pueden hacer esto último? A través de los instrumentos innovadores que ofrecen las finanzas sostenibles, que son aquellas que consideran los factores sociales y ambientales de los proyectos.
El contexto está dado. Hoy el 75% de las empresas B -la certificación que avala el desempeño social y ambiental con impacto positivo- son Pymes. Y cada vez son más las que se animan a las finanzas sostenibles. Del total de 16 bonos etiquetados como sociales, verdes o sustentables en 2021 en ByMA, el mercado de capitales argentino, siete provienen de Pymes, representando un 43% del total. Un caso reciente es el de Ewar, fabricante de madera biosintética, que colocó un Bono Verde PYME buscando financiar proyectos de economía circular, e incorporándose al panel de bonos sostenibles, donde ya hay más de 20 de estos proyectos. De esta manera, liderar en términos de sustentabilidad no solo implica beneficios en términos de posicionamiento estratégico y construcción reputacional, sino que también significa acceso a capital en condiciones ventajosas.
La sustentabilidad es la oportunidad que encuentran las pequeñas y medianas empresas para impulsar los negocios a partir de dos caminos
Además, el mundo entero está alerta con respecto al futuro del ambiente, lo que afecta el mapa económico tanto en países desarrollados como aquellos en desarrollo. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), realizada en Escocia en 2021, 200 naciones se comprometieron a reducir las emisiones de carbono y la utilización de combustibles fósiles ineficientes. El objetivo concreto fue el de lograr compromisos de acción para mantener el calentamiento global por debajo de dos grados centígrados. En este marco teñido de regulaciones e incentivos las finanzas sostenibles se convierten no sólo en una oportunidad, sino en un exigencia para el mundo de las inversiones y los negocios. Una prueba concreta es que el 2021 batió un nuevo récord global en términos de emisión de deuda sostenible y alcanzó los 1,6 trillones de dólares (Bloomberg New Energy Finance).
Ya conocemos los perjuicios naturales que puede causar -y causa- el calentamiento global. Sin embargo, otros agravantes de índole económico también serán problemas graves si no cambiamos el rumbo pronto. De no ser tratada con responsabilidad, la crisis climática eventualmente aumentará el costo de acceso a agua, energía y alimentos.
La buena noticia es que ese cambio de rumbo representa una oportunidad y beneficios para las empresas y proyectos con impacto positivo. Combatir la crisis climática puede significar acceso a financiamiento, lo que resultará especialmente provechoso para las pequeñas y medianas empresas argentinas, que lo necesitan como agua en el desierto.
Liderar en términos de sustentabilidad no solo implica beneficios en términos de posicionamiento estratégico y construcción reputacional, sino que también significa acceso a capital en condiciones ventajosas
Nunca fue tan necesario, ni tan práctico, impulsar negocios de triple impacto: así lo entendieron 16 empresas el último año en el país. Estamos ante una oportunidad única que puede ayudar a las pequeñas y medianas empresas -y en consecuencia a toda la economía Argentina- a valerse de la ola de finanzas encabezada por organismos multilaterales y fondos privados para crecer y desarrollarse cuidando el ambiente y generando beneficios para la comunidad.
Ser sustentables está dejando de ser una apuesta para incluso ser más que una oportunidad. Comienza a ser una garantía. Las pymes dan cuenta de eso.
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