Siendo ricos vivimos en la pobreza, siendo cultos la ignorancia prevalece entre nosotros, siendo pacíficos vivimos en la violencia, siendo democráticos y libres pensadores vivimos en la autocracia y sometidos al ideologismo perimido de una izquierda robtusa y extraviada, habiendo sido nuestra pertenencia occidente y sus democracias nos asociamos a las dictaduras como lo son Cuba, Nicaragua, Venezuela, Irán, Rusia y China. ¡Tan incomprensibles y caóticos nos transformamos que nos cuesta reconocernos como argentinos!
Somos indiferentes a la destrucción de nuestras estructuras económica, financiera y social, indubitablemente estamos quebrados. De ser líderes en América latina en la educación hoy nos avergüenza el nivel de nuestros estudiantes y egresados, en las décadas de 1930-1940 nuestras editoriales encabezaban en Hispanoamérica la edición de libros por la cantidad de títulos y su calidad de impresión hoy esas editoriales quebraron o pasaron a manos extranjeras, tenemos grandes ciudades controladas por el narcotráfico, nuestra política exterior es tan zigzagueante que ya a nadie interesamos.
Somos indiferentes a la destrucción de nuestras estructuras económica, financiera y social
Los niveles de pobreza se asemejan a los de los países más desvalidos de África, solo como índice indicativo en 2021el consumo de carne vacuna es el más bajo de los últimos 100 años, el rodeo de 2,29 animales por habitante cayó a 1,13 millones; desguazamos a las Fuerzas Armadas y aniquilamos su imagen y capacidad como custodios de las fronteras, poniendo así en peligro la subsistencia territorial como Nación independiente,
Los partidos políticos, sin excepción, se debaten en conflictos internos en los que solo priman los intereses individúales de sus dirigentes, sin ideas, ni proyectos, con una clase dirigente corrupta, con muchos empresarios que no los son, por el contrario solo saben lucrar mediante turbios contubernios con la política, al igual que gran parte de la dirigencia sindical, pero para dar más dramatismo a este panorama la Justicia contaminada por muchos jueces y fiscales corruptos y corruptores la convirtieron solo en utopía.
Tan extraviados estamos que aceptamos como natural que la vicepresidenta desautorice públicamente al Presidente, que el alumno amenace a la maestra o al profesor, que el delincuente permanezca en libertad sin cuestionamiento alguno mientras la víctima es investigada por la justicia.
Situación límite
Llegamos a la situación límite, agotamos la capacidad de endeudamiento, tanto con el exterior como en el mercado interno, es decir solo se puede financiar el Estado mediante la emisión del Banco Central, esto genera inflación. Por otra parte es tan insostenible la deuda interna que solo le resta al gobierno continuar con la devaluación del peso, pero esto potencia más la inflación, el tenedor de pesos huye hacia el dólar. No hay duda, se está destruyendo toda la estructura económica, financiera y social, y de no cambiar se avanza aceleradamente a la implosión.
Agotamos la capacidad de endeudamiento, tanto con el exterior como en el mercado interno, solo se puede financiar el Estado mediante la emisión del Banco Central
Así, se llegó a un Estado fallido: Corrupción política e indiferencia judicial; altos niveles de criminalidad e inseguridad ciudadana; altos niveles de informalidad laboral, de pobreza e indigencia; crisis económica, inflación, desempleo y quiebra de empresas; fuga de talentos (emigración altamente calificada); altos niveles de población con educación primaria y secundaria incompleta; pérdida del control físico de parte de su territorio; incapacidad para responder a emergencias nacionales; vulnerabilidad frente a desastres naturales; incapacidad para suministrar y mantener servicios básicos; e incoherencia al interactuar con otros Estados.
Muchos tienen bien en claro qué medidas políticas, económicas y sociales se deben instrumentar y ejecutar para salir de esta dramática coyuntura. Por eso es necesario insistir en la necesidad de: equilibrio fiscal; reducir la dimensión del Estado; respeto a la propiedad privada; modificar la Legislación laboral; modificar el sistema tributario; equidad en la distribución del ingreso; continuidad en las políticas económicas y racionalidad en la política exterior; total cumplimiento de la Ley y de la Constitución Nacional; total apego a las libertades individuales, de expresión y de mercado; y políticas de Estado para privilegiar la educación, la salud y la seguridad.
Todos tenemos responsabilidad culposa en esta tragedia, ya sea por acción u omisión, gritemos nuestro repudio a continuar por este sendero de vergonzante oprobio e indignidad, tengamos presente que la dignidad es la que da sustento a la justicia, fija las normas de la moral y la ética y da razón esencial de la condición humana.
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