Cristina vuelve a mover el tablero con la mira puesta en 2023

La Vicepresidenta está construyendo un nuevo relato para llegar competitiva a las próximas elecciones. Ya destruyó a su criatura, Alberto Fernández, y ahora tiene que ocuparse de diferenciarse

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Cristina Kirchner
Cristina Kirchner

Una vez más, como una experta ajedrecista, Cristina Kirchner mueve el tablero y desacomoda la política argentina. Con la mira puesta en el 2023 la Vicepresidenta ya está construyendo un escenario en donde ella -o quien elija- puedan ser considerados una opción. Parafraseando a Jorge Asís cuando describía a Eduardo Duhalde, podemos decir que se está preparando para pilotear la tormenta que ella misma creó y que está destruyendo al Gobierno de Alberto Fernández.

Este proceso tuvo sus orígenes cuando comenzó a gestarse el acuerdo con el FMI. La Vicepresidenta no le dio un minuto al Gobierno y salió a criticarlo con vehemencia. Declaró que había sido engañada, hizo renunciar a su hijo a la Presidencia del Bloque de Diputados y mandó a votar en contra del mismo a sus diputados.

Hasta ese momento habíamos leído cartas, escuchado críticas y visto operaciones por parte de sus aliados, pero después de las elecciones de medio término, con el Acuerdo con el Fondo como excusa, comenzó a diagramarse esta nueva estrategia de demolición del Gobierno de Alberto Fernández. Desde entonces el Presidente solo pierde poder político. Y, las consecuencias las vemos cada día: disminución total y veloz en la capacidad de control sobre las principales variables de la economía.

Hasta ahí todo fue obstrucción y crítica. Pero, recientemente, el estilo comenzó a cambiar. Ahora sus apariciones son cada vez más frecuentes y presenciales en escenarios muy cuidados. Es como si ella no tuviera nada que ver con el Gobierno, lo critica de inoperante, ofrece soluciones banales a problemas gravísimos y se comienza a construir como una iluminada que va a venir a solucionar una crisis que ella misma está provocando. Este proceso donde se fabrica como alguien que sabe como solucionar los problemas de la Argentina entra en clave electoral con dos movimientos que hizo en los últimos días.

En primer lugar cambiar el libreto familiar y acusar a los Movimientos Sociales que Néstor Kirchner inventó de malversar y utilizar los planes para perpetuar la pobreza. “Hay que terminar con los planes y dar trabajo”, planteó, apropiándose de una bandera que desde sectores afines a Juntos por el Cambio se venía proponiendo hace un buen tiempo. En ningún caso con la contundencia con que ella lo planteó.

Cristina Kirchner y Carlos Melconian
Cristina Kirchner y Carlos Melconian

La segunda movida en clave electoral fue la reunión que realizó con Carlos Melconian. Es difícil creer que la convocatoria al economista más cercano a Mauricio Macri haya sido porque estaba interesada en conocer los aspectos técnicos macroeconómicos del programa que Melconian está construyendo desde la Fundación Mediterránea. Claro que no. El mensaje de la reunión fue definitivamente político. Ella quiso mostrar que se puede ser beligerante al extremo, defender a Putin, elogiar al capitalismo chino, acusar a los empresarios de especuladores, renegar del Estado de Derecho y de la independencia del Poder Judicial: se puede hacer y decir todo eso y también convocar al principal economista de la oposición para que le haga una presentación del programa que están elaborando.

CFK está construyendo un nuevo relato para llegar al 2023 —o antes, si fuera necesario—competitiva. Ya destruyó a su criatura, Alberto Fernández, y ahora tiene que ocuparse de diferenciarse y así ser una opción. Probablemente haya aprendido algo de Boric, Castillo o de Lula en su momento y trate de comenzar a amigarse con los economistas del establishment. En ese registro podría entrar la convocatoria a Melconian y otros economistas. Eso está por verse.

También está por verse cuál será la estrategia de Juntos por el Cambio cuando estamos a un año calendario de la presentación de las listas para las PASO, en junio del 2023. Hasta ahora los diversos candidatos están caminando el territorio y planteando generalidades que no están a la altura de las circunstancias para una sociedad que está desesperada por escuchar qué es lo que puede esperar de la oposición que aparece como la gran candidata a suceder a este Gobierno fallido.

A Juntos por el Cambio le cuesta mucho mantener la unidad cuando salen del relato y bajan a políticas públicas concretas. Ya vimos el revuelo que armó Gerardo Morales cuando el ex presidente Mauricio Macri planteó la posibilidad de cerrar Aerolíneas Argentinas. Pareciera que la oposición piensa que con esperar que el Gobierno se siga hundiendo alcanza para ganar las elecciones del año próximo. Habría que recordarle que si la crisis se profundiza como parece, vamos a estar muy cerca de un escenario caótico parecido al “que se vayan todos” del 2001.

Antes de fin de año, la oposición tiene que proponerle a la sociedad un programa de gobierno a nivel nacional y específico para la Provincia de Buenos Aires. Debe tener los candidatos y las propuestas de Gobierno para ofrecerle un horizonte de futuro a una sociedad empobrecida y desesperada.

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