El Gobierno nacional decidió recientemente aumentar el corte de biodiesel para incrementar el abastecimiento de gasoil. Es una medida que aplaudimos, pero sabemos que es una solución parcial para resolver un problema más profundo. En julio de 2021, cuando se redujo por la ley 27.640 el porcentaje del biodiesel del 10 al 5 %, alertamos desde CECHA que este cambio resultaba desfavorable para la producción del gasoil y del diésel. Pero esta alteración puede ser tomada como un aprendizaje útil a futuro: la solución a nuestros problemas, agravados en este caso por una crisis internacional, debe salir de nuestra propia industria y desde una mirada sustentable.
El desabastecimiento del gasoil no surgió de un día para el otro, sino que se trata de una crisis anunciada por casi todos los sectores claves de la economía, entre ellos CECHA, que nuclea a los empresarios de estaciones de servicios de todo el país. Desde principios de año fuimos alertando sobre el problema, pidiendo reuniones, proponiendo soluciones que evitaran la situación actual.
El aumento de la demanda por el incremento de la producción, la crisis internacional producto de la guerra entre Rusia y Ucrania y el cada vez más grave desfasaje de los valores del petróleo a nivel internacional, regional y local se convirtieron en un cuello de botella que terminaron desembocando en este problema de escasez que afecta hoy a toda la economía. Los paros de transportistas del sector cerealero son la última muestra de la crisis que estamos viviendo.
En este contexto, el Gobierno primero hizo caso omiso a las alertas, luego pasó a relativizarlas y finalmente tomó cartas en el asunto ante los reclamos y quejas de todos los sectores y a partir de nuestras sugerencias para cubrir al menos la demanda en lo inmediato.
Por un lado, decidió aumentar el porcentaje de biodiesel al gasoil y al diésel, y así fue que surgieron la Resolución 438 y el Decreto 330 éste último con validez por 60 días, para elevar el contenido del biodiesel del 5% actual al 12,5%. Por otro lado, a través del Decreto 329, generó un régimen que exime al gasoil de importación el recargo por los impuestos a los combustibles líquidos, al menos por dos meses, prorrogable por otro tanto.
El incremento del corte de biodiesel producido en Argentina sirve no solo para hacer frente a la escasez del gasoil, sino también para fomentar una industria pyme de gran relevancia en el país y promover además una alternativa sustentable.
Los biocombustibles son obtenidos a partir de recursos renovables, por lo cual son considerados una alternativa más sustentable a los fósiles. Los más difundidos son el biodiesel y el bioetanol, producidos en base a cultivos agrícolas destinados a la alimentación humana. En el caso argentino se fabrican, respectivamente, a partir del aceite de soja y de la caña de azúcar o de la biomasa derivada del maíz.
Esta crisis es una oportunidad concreta para darle mayor relevancia al rol que tienen las pymes productoras de biocombustibles en la economía argentina, promoviendo así su crecimiento y expansión, y también para resolver los evidentes problemas energéticos que estamos viviendo, teniendo obviamente en cuenta las urgencias mundiales en la lucha contra el cambio climático.
Ojalá esta decisión del Gobierno nacional sea el primer paso para profundizar y sostener una política en pos del bien común y de un futuro más sustentable. Ojalá que esta crisis sea el punto de inflexión para que la Argentina siente las bases para el desarrollo de un plan estratégico de energía que diga claramente hacia dónde queremos avanzar a mediano y largo plazo, dejando atrás los parches y las medidas aisladas, y que en el escenario internacional posicione al país en el lugar que nos merecemos.
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