Para muchos es extraño, y hasta disuasivo, leer cada tanto que alguna criptomoneda o plataforma ha quedado atrapada en o impuesto un “corralito”. Esta expresión que caló muy fuerte y muy duro en la piel de los argentinos tiene un doble impacto. Pero es necesario entender cómo, cuándo, dónde y porqué esto sucede y de qué formas se puede evitar.
En ese sentido, lo primero a entender es que por más que todos hablen de las criptomonedas como un todo, de ninguna forma son iguales y cada una tiene sus cualidades técnicas, su nivel de desarrollo, su historia precedente, su resilencia a pasados o futuros ataques y un sinfín de diferencias más. Bitcoin no es sólo la primer criptomoneda o la más valiosa sino también la que probablemente mejor resuelve cada uno de los aspectos que la hacen confiable, técnica y políticamente. Pero queda del lado del inversor hacer su propia investigación y análisis sobre esta y otras de su interés.
Lo segundo a entender es que, en bitcoin, sólo sos dueño absoluto de su destino si posees en todo momento las claves que te permiten ser el único que los puede mover. Esto es sencillo pues solo requiere tener una billetera propia, pero hay distintos tipos y varias razones por las que uno libremente opta por no hacerlo y dejárle su gestión a terceros.
Que por más que todos hablen de las criptomonedas como un todo, de ninguna forma son iguales y cada una tiene sus cualidades técnicas
Bitcoin es más como un papel de billete –pero digital– que un saldo bancario o de tu fintech favorita.
Antes de detallar esas razones, hay que entender primero por qué Bitcoin es como un billete de papel. Imagínense que tienen mil pesos en su billetera, no hay forma alguna de que un banco le saque una comisión, que un Estado se lo embargue, que alguien pueda evitar que se lo de a otro, que una vez dado pueda exigir su devolución, etcétera. Por lo cual, “billete abajo del colchón es billete que no queda en corralitos”.
Esto para una pequeña cantidad parece fácil, pero a mayores cantidades guardarlos en casa exige una complejidad mayor o se hace imposible y/o poco práctico. Entonces optamos quizás por una caja fuerte, pero si quiero usarlos debo ir a buscarlos en horario específico y tengo el riesgo de que embarguen las cajas, que las asalten, entre otros. Si, en cambio, lo dejo en una cuenta bancaria, ya no son mis billetes sino una deuda del banco conmigo por la que no tienen una responsabilidad legal del 100% y donde cada vez que quiero acceder a ellos debo pedir permiso con mis claves, tokens y otros dobles factores de autenticación, además de esperar que me permitan ver mis saldos e incluso moverlos, que en un 99,9% de los casos sucede sin problemas. Incluso los pagos que recibo pueden ser recusados, bloqueados o revertidos sin mi permiso.
En Bitcoin, tu billetera en el celular o física (hay billeteras digitales físicas que no tocan internet y las llamamos Hardware Wallets o Cold Storage) almacena una serie de complejas llaves privadas que permiten confirmar que vos sos el único dueño de las billeteras que poseen ciertos fondos en la Blockchain. Es decir: todos pueden ver los saldos de todos (sin saber quién es quién) y enviarles fondos, pero sólo el que tenga las llaves para moverlos son los que pueden hacerlo.
En bitcoin, sólo sos dueño absoluto de su destino si posees en todo momento las claves que te permiten ser el único que los puede mover
El origen de los corralitos: “Not your keys, not your coins”
En nuestro mundillo, esa frase en inglés es un mantra que explica que si vos le dejás tus Bitcoins a otros, ya no son tus Bitcoins. Por más que la ley te pudiera amparar, técnica y empíricamente ya los tiene otro y dependes de él.
Y aunque tener vos mismo los Bitcoins es muy sencillo, no todos lo hacen por varias razones. La primera es la comodidad: la de no aprender a tenerlos uno mismo o la de andar con dos o más billeteras, los diversos proveedores y la propia; o la comodidad de poder venderlos rápido cuando quieras, cambiarlos por otros activos, etcétera.
En otros casos, a veces en estas u otras plataformas se permite obtener una renta dejándolos como colateral de un préstamo u operar apalancado en el mercado y aspirar a multiplicar mis ganancias en las operaciones o incluso compra de derivados y futuros.
Sea cual sea el caso, los bitcoins u otras criptos propias ahora están en manos de otros por mi propia comodidad o especulación de renta. Esto nos hace responsables de nuestra decisión.
Las grandes caídas estresan los modelos, los colaterales, las plataformas y los riesgos asumidos, dejando sólo los que mejor preparados están
Las casas de compra/venta (Brokers y Exchanges) o las DeFi y las CeFi (Finanzas Descentralizadas o Centralizadas), las plataformas de Derivados y otras son todas herramientas que existen, que replican los problemas de los sistemas tradicionales y, en varios casos, con dudoso control o calidad técnica.
Esto hace que en algunos casos, por razones generalmente asociadas a desclaces entre pares de monedas (como pasó con Celsius y Luna), otras por errores humanos (QuadrigaX), otras por robos (Bitstamp, MtGox), o por inconvenientes momentáneos técnicos (Binance), a estos terceros fallen o se produzca voluntaria o involuntariamente un corralito. No todas tienen el mismo riesgo, hay proyectos incluso más descentralizados donde aún poseo las llaves y acceso a servicios similares pero son los menos y con menores rendimientos.
La purga y el futuro del Bitcoin
Pero en el ecosistema vemos cada uno de estos sucesos como una nueva oportunidad. Por un lado las grandes caídas estresan los modelos, los colaterales, las plataformas y los riesgos asumidos, dejando sólo los que mejor preparados están. A nivel servicios se realiza una especie de purga, a nivel monedas o stablecoins también.
Incluso a nivel inversores: los que entraron por mera especulación financiera, sin recaudos o sin leer sobre su historia, aprenden con el impacto, y entre estos quedan algunos que ahora entienden mejor de qué va y generan nuevos pisos de confianza cada vez más elevados.
Hay proyectos incluso más descentralizados donde aún poseo las llaves y acceso a servicios similares pero son los menos y con menores rendimientos
Bitcoin es el único activo monetario con certeza de escasez del mundo y cumple con todas las condiciones para ser una buena moneda o reserva de valor de largo plazo. Mientras los sistemas monetarias actuales sigan manipulando la impresión, promoviendo las guerras, y abusando del control, ellos también serán purgados y Bitcoin será la alternativa confiable y eficiente sobre el cual montar el nuevo modelo.
Por eso, es importante aprender y formarse sobre esta tecnología y las oportunidades que presenta. Desde ONG Bitcoin Argentina realizamos todas las semanas charlas introductorias, abiertas y gratuitas, sobre Bitcoin y Blockchain, además de otros cursos, posgrados y capacitaciones sobre sus aspectos legales, contables y tributarios. Además, del 11 al 13 de noviembre vuelve a la Argentina LABITCONF, el evento más antiguo del mundo y el más importante de la región sobre estas tecnologías, siendo una gran oportunidad para los argentinos de aprender a separar la paja del trigo y escuchar de primera mano las bases de esta (r)evolución monetaria, política y social.
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