La herencia de Trump en la justicia norteamericana levanta un muro contra las mujeres: la libertad retrocede

La Corte Suprema norteamericana, con una composición que dejo de herencia el ex Presidente Donald Trump, generó una sentencia que hace retroceder el derecho al aborto en casi medio siglo. Amnistía Internacional señala que la marea verde argentina es un ejemplo para el norte. El pañuelo verde se convirtió en un símbolo de la lucha mundial de las mujeres

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En un voto histórico, la muy conservadora Corte Suprema de Estados Unidos sepultó el viernes el derecho al aborto y un puñado de estados aprovecharon para prohibir las interrupciones del embarazo en sus territorios.
En un voto histórico, la muy conservadora Corte Suprema de Estados Unidos sepultó el viernes el derecho al aborto y un puñado de estados aprovecharon para prohibir las interrupciones del embarazo en sus territorios.

La Corte Suprema norteamericana anuló el 24 de junio el histórico fallo Roe vs. Wade, que habilitaba el derecho al aborto. En Estados Unidos, donde, aproximadamente una de cada cuatro mujeres enfrenta una situación de aborto a lo largo de su vida, ahora las mujeres se enfrentarán a la desprotección, a la clandestinidad o los viajes internos para saltear las barreras estatales en busca de clínica que las acompañen y atiendan. Ya no son iguales a los varones, ni serán iguales según donde vivan y tendrán menos derechos que las argentinas, uruguayas, cubanas y portorriqueñas.

“Ahora, millones enfrentan un escenario en el que no podrán tomar decisiones personales que afectarán sus cuerpos, su futuro y el bienestar de sus familias. Este fallo impacta en todas y cada una de las personas en los Estados Unidos, independientemente de su capacidad para quedar embarazada”, dijo Tarah Demant, directora de Programas, Defensa y Asuntos Gubernamentales, de Amnistía Internacional Estados Unidos.

Amnistía Internacional señala que el fallo va a contramano de lo que ha sido la “Marea verde” en Argentina, Colombia, México e Irlanda. Y ese movimiento conversador asimila a Estados Unidos con el retroceso que amenaza anular el derecho al aborto en Polonia (iniciador de las huelgas feministas) y en los países con gobiernos autoritarios, conservadores y de doble moral: ni Jair Bolsonaro (en Brasil), ni Donald Trump (en Estados Unidos) son moralistas en sus vidas, sino que quieren ser libertinos en su sexualidad y censores con la sexualidad de las mujeres. Pero, además, quieren hacer un fraude más allá del conteo de votos en las urnas: seguir teniendo poder cuando están y cuando se van del poder.

La Vicepresidenta electa Francia Márquez apoyó el pedido de despenalización del aborto en Colombia. El presidente saliente Iván Duque intenta quitar ese derecho antes de irse.

“Argentina y varios países de América Latina somos el faro que ahora deben seguir las personas que luchan por tener autonomía sobre sus propios cuerpos. Luchar sirve y es por eso que vamos a seguir exigiendo el derecho al aborto en Estados Unidos. A las personas que hoy se sienten defraudadas les decimos: no están solas”, resaltó Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.

La primera medida de Donald Trump, cuando asumió el gobierno, en 2017, fue cortar con los subsidios internacionales para que las mujeres de América Latina puedan acceder a anticoncepción y abortos legales. Aproximadamente el 10% del presupuesto del Fondo de Población de Naciones Unidas fue recortado por Trump e implicó la quita de asistencia a 10,5 millones de personas (principalmente mujeres, niñas y jóvenes) en provisión de anticonceptivos y acceso a abortos seguros a través de clínicas de emergencia.

Primero cortó los derechos externos y después se ocupó de dejar un legado que corte los derechos internos. El tribunal que decidió hacer retroceder el derecho al aborto, que regía desde 1973, tiene una super mayoría conservadora de 6-3, gracias a los tres jueces designados por Donald Trump. Trump finalmente logró levantar un muro entre los deseos y los cuerpos de las mujeres y trans. La última medida del trumpismo no fue con Trump en el poder, ni siquiera en la resistencia armada en el Capitolio, sino en la herencia judicial que perpetúa el poder y pretende conservar el poder de los varones sobre el cuerpo de las mujeres. Ellos deciden sobre ellas lo que ellas no pueden decidir.

El presidente de EE.UU., Donald J. Trump. EFE/EPA/TAMI CHAPPELL
El presidente de EE.UU., Donald J. Trump. EFE/EPA/TAMI CHAPPELL

“Trump hizo una promesa de campaña específica de nombrar jueces que revocarían Roe vs. Wade y tuvo la oportunidad de nombrar a tres de ellos durante su mandato de cuatro años. Esos nombramientos serán probablemente su legado más duradero”, escribió Sara Smith, en la nota “Fin del derecho al aborto en Estados Unidos: ¿por qué este fue un día sísmico en la historia del país?”, el 24 de junio, en BBC News.

Esta decisión se basó en la interpretación que la corte hizo de la ley constitucional, pero también es profundamente política. Cuando el tribunal anula un fallo anterior, inevitablemente la decisión parece más política que constitucional”, reforzó Smith. Y agregó datos: “Hubo entre 600.000 y 800.000 abortos en Estados Unidos en 2019. Según el Centro para el Control de Enfermedades, aproximadamente uno de cada seis embarazos termina en aborto y más del 90% ocurre en el primer trimestre. Más de la mitad de las mujeres que abortan ya son madres y, para la mayoría, es su primer aborto”.

El 25 de junio el Presidente Joe Biden reforzó la hipótesis de que se trata de una grieta política y una manipulación republicana en la justicia: “Solo los ministros nombrados por un presidente han sido unánimes en volcar la balanza de la justicia y eliminar un derecho fundamental de las mujeres en este país”. Y además, subrayó: “La cruel verdad es que derrocar a Roe afectará más a las mujeres y niñas pobres”.

Después de la anulación del derecho al aborto de la Corte Suprema 26 estados podrían restringir aún más el acceso al aborto. En algunos estados la prohibición puede ser total. Eso va a dejar a las mujeres norteamericanas tan mal paradas como en El Salvador o Nicaragua donde la prohibición es total. En ningún lugar la censura a interrumpir el embarazo es histórica, sino que refuerza un castigo por los avances de las mujeres o alianzas con sectores conservadores.

En casi toda América Latina existe la posibilidad de abortar por causales. En Argentina, Uruguay, Cuba y Puerto Rico es legal, a través de diferentes mecanismos legislativos o administrativos. En México y Colombia se despenalizó por vía judicial (con decisiones de los tribunales constitucionales) y en casi todos los otros países hay acceso en casos de violación, salud, inviabilidad fetal o peligro de muerte o lo que se conoce como aborto por causales.

"La cruel verdad es que derrocar a Roe afectará más a las mujeres y niñas pobres", tuiteó el Presidente Biden.
"La cruel verdad es que derrocar a Roe afectará más a las mujeres y niñas pobres", tuiteó el Presidente Biden.

En Estados Unidos va a ser una lotería por estados, con dinámica propia, pero también con el sueño americano convertido en pesadilla para las mujeres que por dormir con alguien no puedan dormir si se quedan embarazadas y no quieran o no puedan continuar con un embarazo. Dime donde vives y te diré como puedes vivir o huir. Una cosa es un país federal y otra, muy distinta, un país tan desigual.

Pero el látigo conservador contra las mujeres no es nuevo. La gran marcha anti Trump fue organizada por las mujeres ni bien asumió. Y la composición conservadora de la Corte es su látigo de venganza. En su primera noche en la Casablanca Trump no tuvo luna de miel sino un desayuno con protestas feministas. Dos millones de mujeres se juntaron en Washington para manifestar con gorritos rosados contra el entonces presidente y misógino declarado. “Hey, Trump, las mujeres son personas”, fue uno de los lemas. Trump ya no duerme en la Casa Blanca. Pero no se durmió en su venganza. Y no fue el único.

La ultima medida de Augusto Pinochet en Chile, en 1989, después de gobernar, a través de un golpe, en una dictadura que comenzó en 1973 (justo el mismo año que el fallo Roe iniciaba el derecho al aborto en Estados Unidos), fue prohibir totalmente el aborto. La última medida de Iván Duque, en Colombia, después del triunfo de un presidente (Gustavo Petro) y una Vicepresidenta (Francia Márquez) que apoyaron el aborto legal y se pusieron un pañuelo verde en Colombia es pedir que se anule la despenalización del aborto que dispuso la Corte Constitucional. La última medida de Mel Zelaya, antes de ser derrocado por un golpe, fue apoyar la anticoncepción de emergencia (que todavía no fue re-establecida legalmente) en Honduras.

La Corte liberó las armas y prohibió el aborto. No más pruebas, señor Juez
La Corte liberó las armas y prohibió el aborto. No más pruebas, señor Juez

La ex Presidenta brasileña Dilma Rousseff avanzó con la posibilidad de realizar abortos legales en el sistema público. En La ordenanza 415 del Ministerio de Salud –avalado con la firma de la primera mandataria- se normalizó la interrupción terapéutica del parto para casos de violación –sin que la mujer tenga que presentar la denuncia policial-, de peligro en la vida de la mujer y de embarazos no viables, durante su gestión.

Dilma fue sacada de la presidencia de Brasil, después de respaldar el aborto en casos de violación por el modo de presentación de cuentas, por el diputado Jose Cunha que quería -no solo prohibir el aborto- sino penar a todos los médicos/as y profesionales de la salud que lo facilitaran y que terminó expulsado por lavado de dinero.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, calificó de “inadmisible” el aborto de una niña de 11 años que había sido violada. El 22 de junio la nena pudo interrumpir el embarazo. El caso fue escandaloso porque se conocieron las grabaciones en donde se escucha a la jueza de Santa Catarina Joana Ribeiro Zimmons, preguntarle a una nena de escuela primaria si podía aguantar “un poco más”, si quería tener el bebé (la niña dijo no), si quería alegrar a parejas que no pueden tener hijos y si podría respetar la decisión del progenitor (que la violó cuando tenía 10 años) da darlo en adopción. Bolsonaro dijo que iba a pedirle al Ministerio de la Mujer y la Familia que investigue a los grupos pro-aborto.

En Estados Unidos el verde ya es el símbolo de la lucha a favor del aborto. El libro de Flor Alcaraz explica como nació el pañuelo verde en Argentina en un Encuentro de Mujeres.
En Estados Unidos el verde ya es el símbolo de la lucha a favor del aborto. El libro de Flor Alcaraz explica como nació el pañuelo verde en Argentina en un Encuentro de Mujeres.

El anti Me Too ya volteó hasta a la libertad en el país de la Estatua de la Libertad. Por eso, la Estatua de la Libertad tuvo una intervención con un pañuelo verde. Y eso significa más que secar las lágrimas. Las decisiones que restringen los derechos de las mujeres no están aisladas, son hoy una provocación política para generar un pista de aterrizaje de la nave espacial de regresión en el tiempo de derechos políticos o de la venganza porque son las mujeres las que posibilitan cambios políticos de mayor progreso e igualdad.

Se suponía que Estados Unidos era un país de avanzada que ayudaba a los países con más retroceso económico y de derechos civiles y sexuales y democracias más endebles a que las mujeres no paguen con su cuerpo la falta de dinero y de libertad. Ahora la Corte norteamericana da un golpe. Un golpe contra la libertad de las mujeres, contra el derecho a abortar, contra los derechos civiles, contra el derecho a elegir sobre el cuerpo propio y el derecho a elegir en las urnas (a un presidente que apoya abiertamente el aborto) y hace retroceder a Estados Unidos en una nación fragmentada, casi separada, en donde el cuerpo de las mujeres y trans es esclavo de las señorías que prefieren las armas al derecho al deseo.

Pero, además, por querer imponer, de nuevo, el viejo poder conservador de los varones con mayor estatus legal y físico que las mujeres y cuerpos gestantes, Estados Unidos no se vuelve más fuerte por la medida conservadora, se convierte en un país más débil para liderar los avances en el mundo. En ese sentido, la Argentina ya no es el país al que aleccionar sino del que se pueden aprender lecciones de lucha.

Un chiste de Twitter: ser pro vida con un rifle en la mano. Un meme que resume todo.
Un chiste de Twitter: ser pro vida con un rifle en la mano. Un meme que resume todo.

Pero, lo interesante, más allá del anclaje argentino en lograr que un símbolo surgido como resistencia a la dictadura, como el pañuelo blanco, convertido en pañuelo verde, por la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, en Argentina, es que las mujeres norteamericanas hoy se animan a portar un símbolo de lucha surgido desde el sur del sur y expandido en Chile, Colombia, Nicaragua y México.

Se acabó la época de las lecciones imperiales, pero puede comenzar una era de luchas y aprendizajes comunes, en ese punto, mucho más interesantes. A veces en la resistencia se ve el valor de la unidad, con diferencias, pero también más verde y esperanzador. Y una polarización con el neo fascismo autoritario que recae por virtud y por persecución en la unidad de los feminismos mundiales.

No se trata solo de poder abortar. Se trata de poder ser cuerpos iguales, potentes, poderosos, deseantes, que sepan que tienen futuro. Si hay algo que no defienden quienes dicen defender el derecho a la libertad y festejan el castigo a los cuerpos feminizados es la libertad. Ya no es cuestión de discutir el lenguaje, sino de creer que la política es un cuerpo colectivo en el que se puede creer y, seguir creyendo, en que las transformaciones son posibles.

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