Otra escuela secundaria en Santa Fe

La autoridad máxima ministerial anunció un cambio en la estructura para el nivel secundario. Algunos sólo se quedaron con la decisión de que no haya más repitencia, pero el cambio es mucho más profundo

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La educación santafesina tendrá cambios
La educación santafesina tendrá cambios estructurales

En la provincia de Santa Fe, la autoridad máxima ministerial anunció un cambio en la estructura para el nivel secundario, una noticia que sorprendió, pero que muchos esperamos desde hace muchos años.

Algunos medios sólo se quedaron con una medida dentro de los cambios propuestos: que no haya más repitencia, es decir, que los estudiantes puedan, al igual que en el nivel superior, rendir las materias a lo largo del año y no tener que replicar un cursado que ya fue aprobado.

Sin embargo, el cambio es más profundo, con un diagnóstico claro y preciso: adolescentes que no le encuentran sentido a la escuela, profesores que van de una institución a otra cubriendo sus horas-cátedra, deserción, ausencia de flexibilidad en los cursados, enseñanza atomizada y fragmentada de materias y docentes que hacen lo que pueden frente a la anomia y el desinterés de los jóvenes. Asimismo, la escuela secundaria está atravesada por variables socioeconómicas y culturales que determinan el éxito o el fracaso educativo. No obstante, pese a ello, la homogeneidad en la enseñanza sigue vigente como condición de la equidad tan deseada.

Sin lugar a duda, la institución educativa no es significativa para los estudiantes de hoy porque sigue siendo burocrática, con espacios y tiempos rígidos y con evaluaciones estereotipadas, que pocas veces son contextualizadas en función de los jóvenes.

A su vez, es necesario que se reconozcan las problemáticas adolescentes que día a día se manifiestan en las escuelas, tales como embarazo, consumo problemático, violencia intrafamiliar o noviazgos violentos, entre otros.

Entonces, a mi criterio, para que este cambio propuesto por el ministerio provincial pueda dar frutos, es necesaria una fuerte inversión, no sólo en espacios y material didáctico, sino también en capacitación docente porque, en general, los profesores que caminamos las escuelas fuimos formados en determinadas disciplinas y carecemos de trabajos interdisciplinarios, más allá de alguna investigación. Es por eso que se torna fundamental una formación docente desde los inicios, que nos ayude a plantear problemáticas en el aula con abordaje desde múltiples miradas y, a su vez, que se respete el contexto donde están inmersos los alumnos, a sabiendas que las escuelas están atravesadas por variadas realidades.

Para que ese cambio estructural y profundo pueda ser fructífero, es necesario tener proyectos que se focalicen en las problemáticas de los barrios, producto del diálogo con los docentes de la zona, aulas virtuales o en contra turno que acompañen las trayectorias, con tutores que conozcan las problemáticas de esos adolescentes, y, fundamentalmente, con cursados más flexibles que aborden los conocimientos de manera transdisciplinar. Y, a su vez, que se valoren las distintas inteligencias (musical, lingüística, corporal, intra e interpersonal, cinestésica, naturista o lógica) a sabiendas de que todos pueden desarrollar todas ellas y que no es menos inteligente quien tiene una inteligencia corporal o musical o más inteligente quien es bueno en matemática.

Si el gobierno provincial de Santa Fe toma la decisión política de invertir en educación, de formar y capacitar docentes, de equipar escuelas, de acompañar las trayectorias y fomentar el pensamiento crítico de los adolescentes y de promover proyectos institucionales contextuados, entonces podremos decir que el Estado cumple con su función indelegable y garantiza los derechos de los ciudadanos.

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