No he sido, no soy ni seré radical. Pero me siento obligado a expresar mi admiración frente a la Convención De La Plata, realizada por la UCR este viernes.
En medio de una profunda crisis política, económica y social, el Partido más antiguo de Argentina (fundado hace 132 por Leandro N. Alem) reunió a su órgano más importante para emitir un mensaje contundente de fe en un futuro mejor. En unidad, mostrando su capacidad de renovación, autocrítica y voluntad de trabajar con sus socios actuales para ampliar su base social y ganar las próximas elecciones con un programa que aune eficiencia con representación mayoritaria, los dos requisitos para no seguir eternamente en el siniestro péndulo que nos viene condenando a la frustración y la decadencia.
En 2015 ya lo habían hecho en Gualeguaychú donde, pese a que había sido derrotada la propuesta de Unidad Nacional de Gerardo Morales -hoy Presidente del Partido-, se constituyó Cambiemos. Una coalición que tiene hoy en pleno debate su nueva conformación, para poder alcanzar la unidad nacional imprescindible para superar los desafíos presentes y futuros.
En un momento lleno de incertidumbres, donde muchos vaticinan nuevas divisiones y conflictos egocéntricos o, aún peor, la incapacidad de la política para encontrar el camino adecuado, la UCR nos da un ejemplo que todos tenemos que tomar en cuenta y que debe hacernos reflexionar para profundizar en la misma dirección.
Debería el Gobierno acusar recibo del histórico hecho ocurrido y mostrarlo con orgullo en el exterior como la mejor prueba de la vitalidad del sistema político argentino y de la certeza que hay una Argentina permanente, capaz de asumir compromisos de largo plazo con propios y ajenos.
Este es el rumbo, y no el de armar “cumbres alternativas” en Los Angeles, defender a las dictaduras de la región, mantener en funciones un embajador condenado por corrupción y exhibir con orgullo la pobreza, la inflación y el incumplimiento de todos los compromisos internos y externos.
Finalmente, son pocos los actores que deben procesar este mensaje: Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Elisa Carrió, Miguel Ángel Pichetto, José Luis Espert, Juan Schiaretti y Javier Milei. Seguramente también algunos gobernadores que, todavía en voz baja, saben que estamos en curso inevitable de colisión.
Como bien nos enseñara el gran poeta Antonio Machado: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar…”.
Estamos empezando a recorrer ese camino.
Gracias UCR por mostrarlo cómo hacerlo.
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