Nuevos billetes: se van los animales, siguen los problemas

El reciente anuncio respecto al regreso de algunos próceres para reemplazar a los animales del diseño anterior trajo aparejado también una pregunta: ¿por qué no lanzaron billetes de mayor denominación?

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La inflación crónica argentina produce que nuestro dinero valga cada vez menos. Pero no siempre eso queda claro, pues se genera lo que se conoce como ilusión monetaria. Parece que tenemos “mucho dinero” pero esos números valen cada día menos y cada día necesitamos más cantidad de billetes físicos con menor capacidad de compra.

Necesitar más billetes puede parecer un hecho menor, pero en realidad tiene varias aristas que vale la pena analizar.

Por un lado, aumenta el gasto que se deriva de imprimir billetes, dado que la suba de precios provoca que necesitemos juntar más billetes para pagar un mismo bien. El costo intrínseco del papel termina siendo más caro que el valor que representa. Se ve claro en las monedas, donde muchas veces pasó que el costo del metal es más caro que el valor que representa cada moneda. Esto no sería así si la inflación viniese acompañada por el lanzamiento de billetes de mayor denominación, necesitando menos papel para representar la misma cantidad de dinero.

Por otro lado, la inflación y la consecuente desvalorización de nuestra moneda, provoca un sinfín de problemas y obstáculos para la labor de los profesionales en Ciencias Económicas. Además de tener que reconocerla en la contabilidad, al crecer los valores de las cosas, los números (en cantidad de dígitos) se extienden y: son difíciles de leer, no entran en algunas calculadoras, requieren más espacio en server (más dígitos para la cifra de ventas, por ejemplo) o no entran en las columnas de los balances. Dificultades cotidianas que se derivan de una decisión política de adecuar la moneda a la realidad de su valor.

Por ello es que es importante que los consejos profesionales se involucren en la discusión económica nacional y aporten una mirada técnica. En el caso de los profesionales de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires, contamos con el CPCECABA para hacer que nuestra opinión sea tenida en cuenta. Lamentablemente, durante la actual gestión al frente del Consejo, las necesidades y problemas de los profesionales fueron invisibilizados por un Consejo que observó de forma pasiva como se tomaban decisiones que impactaban y siguen impactando en el día a día de nuestras profesiones.

Se vuelve fundamental entonces que el Consejo recupere el rol protagónico que tuvo en la vida económica y social de nuestro país. Debe ser una Institución de referencia nacional e internacional, por su labor y por la excelencia y prestigio profesional de una conducción que emerja de la propia Profesión, y no de la política partidaria. Debe erigirse como un faro para la opinión pública, y volver a ser una referencia del pensamiento económico y una usina del saber en Ciencias Económicas. Los profesionales en Ciencias Económicas debemos recuperar el orgullo de pertenecer a nuestra Institución, y que tal pertenencia sea para cada profesional un signo indeleble de jerarquía profesional.

La decisión respecto al cambio de billetes fue tomada de forma inconsulta y el Consejo no emitió opinión alguna. Era una oportunidad para plantear las dificultades en el día a día laboral de los profesionales en Ciencias Económicas y de acercar una propuesta superadora, como sería, por ejemplo, un cambio de moneda con quita de “ceros” (miles, por ejemplo) y la impresión de billetes de mayor denominación.

Se van los animales, quedan los problemas. Y los profesionales vemos una nueva oportunidad perdida.

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