Nada nuevo bajo el sol. Se concretan infinidad de reuniones políticas privadas o públicas. Las que siendo privadas se quiere trasciendan, las que siendo públicas se buscan diluir... Todos teorizan y locutan, pero la oposición no propone y el oficialismo no gobierna de la manera en que la sociedad espera.
El gobierno nacional transcurre, no trasciende. Y la oposición se esmera por vivir al borde del colapso. Dado el borrador que se conoce sobre el documento final que emitirá la Convención Nacional del radicalismo el próximo viernes, pareciese que el camino de tensión y escalada va en aumento. ¿La UCR mantendrá a Juntos por el Cambio? Según trasciende el borrador del documento original mencionaba a Cambiemos y Juntos por el Cambio, pero a propuesta de Facundo Manes estos nombres no figurarán en el documento final (Gastón Manes lo explica como una conquista). En su lugar se ratificará la vocación aliancista de la UCR, el polémico punto 11 omitiría ambos nombres y los reemplazará hablando de equidad y mayor amplitud. Es en respuesta a la línea dura del macrismo que ante una UCR, hoy con volumen y relevancia distinta que cuando se conformó la coalición, siente que desde el punto de vista ideológico se vuelve cada vez más incompatible (el café de Patricia Bullrich con Javier Milei no fue digerido por el radicalismo, más allá de las explicaciones que luego diese la presidenta del PRO) .
Un avezado dirigente dice: “Macri prefiere más Cambio que Juntos y la UCR más Juntos que Cambio”. Las distintas fuentes consultadas creen que lo que hoy pareciese inevitable, la ruptura, no sucederá en el minuto final. Es más, como ejemplo recuerdan las posiciones absolutamente encontradas en JxC sobre el acuerdo con el FMI, donde finalmente terminó alineándose y evitando el default para Argentina. Ahora bien, para que la racionalidad impere en el último minuto, su construcción es un trabajo diario.
En el capítulo de la coalición oficialista, el encuentro realizado en Mendoza –a criterio de esta cronista- se produjo como respuesta al encuentro de Rosario. Recordarán los lectores, ya hace sesenta días Agustín Rossi convocó a un plenario con la presencia de ministros nacionales albertistas acompañados por más de 2.000 dirigentes, con el propósito de respaldar el presidente Fernández, ante el acoso verbal de Cristina de Kirchner anemizando la gestión presidencial. En aquella oportunidad, el cierre del acto estuvo a cargo del ex ministro de Defensa, quien fue el encargado de acercar las “vitaminas” tendientes a que la gestión presidencial adquiera crecimiento y desarrollo.
Mendoza mostró a través de La Cámpora el respaldo a CFK con empoderamiento a Wado de Pedro, como su posible candidato presidencial. Sentar a Juan Manuel Urtubey en esa mesa fue un intento de parte de los camporistas, de capitalizar amplitud. Se bancaron un discurso duro y bueno, hasta lo aplaudieron. Sabe Sagasti que ahí terminó todo, como también lo sabe Urtubey.
El viernes el Presidente participó de un acto gestado entre su jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el titular de la UOCRA, Gerardo Martínez. Fue un acto “flaco” de dirigentes. Tal vez el método de los actos ya no sea válido. Quizás lo más importante sea en el caso del Presidente, que su equipo o sus adherentes trabajen sobre planificaciones concretas ante los problemas concretos de la agenda social. En realidad, la política toda debiera primero tener el manual de lo que hay por realizar, con el cómo, con el con quién, con el para qué, para luego sí buscar los candidatos y/o sentirse candidato para el desafío marcado.
Una de las piezas claves para la llegada del presidente Menem al poder fue Luis Barrionuevo. Su enemistad con Cristina de Kirchner es pública y su pensamiento sobre el Presidente también. Durante la pandemia por instrucción de Alberto Fernández, Wado de Pedro proveyó al sector gastronómico de ayuda clave para su subsistencia. El reconocimiento llegó para el ministro de Interior, cuando en el Congreso Nacional del sector 400 secretarios generales de todo el país lo ovacionaron. Barrionuevo estuvo con el Presidente almorzando en Olivos: quedó con la íntima convicción que este va por la reelección y ya tiene el nombre de su jefe de campaña. Si bien este último no convence, es una decisión personal. Este buen observador de la política cree que la coalición de gobierno dirimirá su interna entre Alberto Fernández y el candidato de CFK.
Las operaciones políticas están a la orden del día. Agustín Rossi niega haberle consultado a Florencio Randazzo sobre la posibilidad de incorporarlo al gabinete nacional. Le dijo a Infobae: “Me encontré con el flaco en el pasillo del Congreso, compartimos doce años, hasta reuniones familiares. Nos fuimos a tomar un café a Casablanca. La foto fue de por lo menos hace veinte días atrás”. Dado que por estas horas se habló sobre un acuerdo Rossi-Marcelo Lewandowski, expresó: “Con Lewandowski sólo he tenido algún saludo protocolar. Mi candidato a gobernador es Leandro Busatto, y mi candidato a intendente en Rosario es Roberto Sukerman”.
Por su parte, el senador nacional Lewandowski coincidió con Rossi en que sólo se trata de una operación. Pero aprovechó para aclarar por qué él persiste con un proyecto personal sobre la justicia federal. Vale aclarar que el viernes los 19 diputados nacionales representantes de las tres fuerzas políticas santafesinas, impulsados por Roberto Mirabella, firmaron un proyecto para mejorar y agilizar la justicia federal; así como también la implementación del sistema acusatorio.
Dice el senador Lewandowski: “Como están dadas las cosas, lo del sistema acusatorio es difícil que pueda concretarse por los tiempos legislativos y políticos que corren. Por lo tanto, extraje para mi proyecto la parte específica de la justicia federal que ya fue votada en el Senado. Puede ser reflotada y al menos le otorgamos a la justicia federal las herramientas que entiendo necesita contar hoy. Mientras tanto esperamos la concreción del sistema acusatorio. Estoy convencido que lo que he presentado es lo más probable y realista de concretar”.
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