Escribe Oberdán Rocamora, Redactor Estrella, especial para JorgeAsisDigital.com
1.- El arrabal porteño
Cuatro años del Tercer Gobierno Radical, presididos por Mauricio Macri, El Ángel Exterminador, y dos años y medio del Tercer Gobierno de La Doctora -que preside Alberto Fernández, El Poeta Impopular- resultaron suficientes para agotar la paciencia de los provincianos hacia los porteños.
El hartazgo federal es la traba principal de Horacio Rodríguez Larreta en su trayecto natural hacia la presidencia. “La condición de porteño le juega en contra”. Persiste la extraña bolilla negra para el arrabal porteño.
La jefatura del MaxiQuiosco del Artificio Autónomo deparó ya dos presidentes. Fernando De la Rúa, El Radical Traicionado, y el Ángel.
Y un tuit infortunado de La Doctora deparó al presidente que se elevó como el peor de todos.
Desde el mal llamado “interior”, sin firmas ni palabras, los caudillos provinciales suscribieron el Pacto Tácito del CFI (por el Consejo Federal de Inversiones).
Los provincianos creen haberse ganado el derecho de construir su propio fracaso en 2023.
El chaqueño Milton Capitanich, El Montenegrino Denso, primerea en los tanteos y con optimismo supone que la ruptura del diario ya prescribió.
O Juan Manzur, El Menemcito, gobernador de Tucumán en abuso de licencia. Contiene sus deseos de lanzarse por ser el Premier de Alberto, a quien le brinda su inmerecida lealtad.
Pasa que Alberto plantea la utopía de su reelección para no ser colectivamente ninguneado.
O Juan Schiaretti, El Cordobesista, que admite el despertar de ínfulas tardías por colgarse la banda. Levanta la voz nacional y de ningún modo es para ligar una vicepresidencia.
Ninguno de los tres -Capitanich, Manzur, Schiaretti- sigue la Línea cultural de Bittel, que consiste en lanzar la candidatura presidencial para cerrar por la vice.
La marcada discriminación hacia el arrabal porteño no contempla a los bonaerenses. En el reservorio del conurbano mantienen el surtido de todas las provincias.
Por peso electoral, la provincia del pecado tiene asegurada la vicepresidencia.
Los caudillos examinan La Matanza (territorio que Manzur conoce tanto como Tucumán), Lomas de Zamora o La Plata. Para escoger una presentable dama de compañía bonaerense.
Se justifica que estén políticamente codiciadas las señoras Verónica Magario, Malena Galmarini, Victoria Tolosa Paz o Juliana Di Tullio.
La frontera de la Convención Radical
La discriminación del arrabal porteño tiene más que ver con el detonado Frente de Todos que con la convalecencia de Juntos por el Cambio.
Consta en actas el amague presidencial del radical Gerardo Morales, El Milagrito.
Pero lo que alude al radicalismo penetra en el letargo de la próxima Convención Radical. Imagen de una frontera. Es improbable que la Convención concluya con la ruptura oficial de la coalición. Es más inteligente ratificar la continuidad.
Y que la factura del divorcio la pague, en todo caso, la Mutual PRO.
Para algunos radicales enviagrados llegó la hora de emanciparse de la Mutual que supo humillarlos con carguitos, como si fueran garrapiñadas.
Pero prefieren facturarle el divorcio al Ángel. En mesas confidenciales, Mauricio no para de manifestar su hartazgo cultural de los radicales (que es recíproco).
Lo seguro es que la Convención ratifique la continuidad. Con resignación hacia los carguitos para mojar la medialuna y acompañarlos, pero sin atenuar el efecto político del Viagra. “Que la sociedad sepa por ellos que prefieren sustituir a los radicales con los Libertarios de Milei”.
Milei y el Efecto Blumberg
Javier Milei -como en su momento “el ingeniero” Blumberg- representa la reconfiguración del mapa político.
Entre 2004 y 2006, Blumberg fue la máxima estrella del firmamento, a partir de sus reclamos de seguridad. Movilizaba cientos de miles con el misticismo de una vela.
Desde 2020, Javier Milei ocupa la jerarquía del estrellato, a partir de la exaltación de la libertad y la defenestración de «la casta».
Blumberg logró que se castigaran hasta las travesuras de los niños violentos de ocho años. Kirchner, El Furia, se atormentaba por acercarlo. Le temía. Se armaron fundaciones en cantidad. Prácticamente Blumberg gobernaba desde la televisión y se lo veía cargado de futuro. En las recepciones de las embajadas había colas para saludarlo. Todos querían tener fotografías con Blumberg. Las encuestas marcaban índices supremos de positivismo. Los televisores se vendían con su rostro de hombre sufrido y bueno.
Se lo glorificaba anticipadamente como presidenciable.
Durante un año entero, cierto político audaz fue instruido por Mauricio. Debía tender puentes entre Blumberg y el Ángel.
En cuanto se registró la cumbre, en Tortoni, comenzó el casual desmoronamiento del Ingeniero. Al comprobarse exactamente la tontería más elemental. No era Ingeniero.
En momentos de ascenso irresistible y de popularidad envidiada, Milei debe atender el antecedente de Blumberg.
No ofrecer ningún flanco elemental que remita al ámbito de la falsedad.
Justamente cuando lo pondera, para atraerlo, El Ángel Exterminador.
Dilema psiquiátrico
El hartazgo cultural hacia los porteños le impone a Larreta (al Ángel y a Patricia, La Montonera del Bien) un cambio de estrategia. Y reconsiderar la cuestión del federalismo. Larreta debe seducir a las sociedades provinciales como debe resolver su dilema psiquiátrico con Mauricio.
Mientras tanto el Ángel espera, para exterminarlo, el clamor colectivo que lo reinstale en lo más alto del podio que supo desperdiciar.
Algún empresario oportunamente encuadernado invertiría una fortuna para evitarlo. Y otro, acaso el más innovador entre los ricos, invertiría lo imposible para confirmarlo.
Sin mostrarse enterado del Pacto Tácito del CFI, Mauricio contempla anaqueles, obstinado en el casting de elegir vicepresidentes. Desde la señora Carolina Losada, La Panelista, hasta Cornejo, Paladar Negro radical.
O el peronista entrañable, Miguel Pichetto, El Lepenito, que dio el salto equivocado en garrocha hacia el macrismo y probablemente quisiera repetir la experiencia, en nombre del Encuentro Republicano (de Peronistas en Desuso).
Cuando transcurra la elección nacional las provincias van a tener resueltas sus administraciones y ni Buenos Aires acompañará la compulsa nacional. Kermesse de elecciones sucesivas desde marzo de 2023.
Votos de humildad
Tanto Horacio, como el Ángel y Patricia, deben hacer semanalmente turismo por la Argentina Profunda e indagar en la dinámica del conurbano de la provincia del pecado. Concentra la mayor cantidad de votos y la más impresionante cantidad de pobres.
Territorio donde La Doctora es masivamente respetada y querida. Pero la pobre está políticamente deslegitimada por su último error. Haber encajado por tuit al porteño que agotó por la sumatoria de papelones e ineficiencias.
La Doctora no puede hacerse la desentendida. O peor, la opositora.
Como muestra de arrepentimiento puede financiarse una semana en Lourdes, Francia. Hacer votos de humildad y emitir súplicas de perdón. Y completar con otra semana en Fátima, Portugal, o en el Santuario de Medjugorje, en Bosnia Herzegovina.
Aunque por presupuesto puede intentarse la purga de oraciones en San Nicolás, sin descartar nunca a la virgencita del cerro, en Salta.
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