Mientras se conocía la triste noticia de la muerte de la periodista Francisca Sandoval, de 29 años, en el país trasandino, la Fundación LED, Fundamedios y el Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela desarrollaban un foro sobre el acoso y persecución de periodistas en Latinoamérica como actividad inaugural de su integración a la RED LEAL, una red de organizaciones civiles de 9 países en defensa de la libertad de expresión.
El ataque a Sandoval, la periodista baleada en Santiago de Chile el 1° de mayo mientras cubría una manifestación callejera y fallecida en las últimas horas, demuestra con total claridad que la situación de la prensa en el continente se agrava cada día.
Durante el conversatorio internacional celebrado el 12 de mayo, se analizó la situación de los casos más graves. Dagmar Thiel, la moderadora del panel, desde Estados Unidos presentó a los periodistas Luis Martínez Obsera, de México; Lucía Pineda, de Nicaragua; Luis Gonzalo Pérez, de Venezuela; y Daniel Santoro; de Argentina.
Con una visión descarnada y en primera persona, Lucía Pineda y Gonzalo Pérez relataron, ante una nutrida audiencia de periodistas de toda la región, la persecución que sufrieron.
El caso de la periodista nicaragüense, que hoy se encuentra exiliada en Costa Rica, comenzó con el decomiso y apropiación de las propiedades y la sede del medio 100% Noticias y encarcelamiento de sus directivos. Lucía estuvo presa 6 meses. En la actualidad, ocho periodistas continúan en prisión en Nicaragua, 175 sufrieron ataques y 120 debieron exiliarse. El director del diario La Prensa fue preso en “chipotle”, una temida celda de tortura por donde pasan los presos políticos del régimen Ortega/Chamorro.
A su turno, Luis Gonzalo Pérez periodista venezolano, relató su apresamiento y desaparición en Apure, el estado fronterizo donde había ido a cubrir la situación de los exiliados, el tráfico de drogas y los abusos de los militares venezolanos. Allí fue apresado, sufrió agresiones y el robo de todas sus pertenencias. Estuvo desaparecido 48 horas, hasta que, por presión del Presidente Colombiano Duque y del Secretario General de la OEA Luis Almagro, fue liberado en la frontera. Nunca se le restituyeron los equipos y las grabaciones de su trabajo. Pérez solicitó ayuda a la comunidad internacional para los periodistas venezolanos que aún siguen detenidos y juzgados bajo tribunales militares como Roland Carreño, que lleva dos años detenido sin procesamiento ni juicio iniciado.
Por su parte, la exposición de Luis Martínez repasó la situación más crítica de la región. El periodista mexicano recordó que en lo que va de 2022, 11 periodistas fueron asesinados en su país. Recientemente dos periodistas de Veracruz fueron asesinadas a la vista de todos. Manuel Buendía, uno de los casos más conocidos, fue un periodista que recibió 15 balazos por la espalda. Agregó además que la prensa mexicana sufre un período de alta estigmatización y que la censura también se ejerce a través de los fondos que los malos periodistas o “Chayoteros” reciben para no informar.
Por último, Daniel Santoro, periodista argentino, se refirió a la persecución judicial que ha sufrido, siendo acusado por el juez Ramos Padilla y hostigado por dirigentes políticos del kirchnerismo a través de dos causas. Una de ellas fue cerrada y el periodista fue sobreseído, pero la otra sigue en instancias de apelación. Santoro se refirió al apoyo que recibió de la comunidad periodística, de organizaciones como Fopea, Led, Adepa, el CPJ, la SIP y la CIDH. El periodista presentó además detalles sobre la teoría del lawfare que distintos referentes latinoamericanos como Lula o La vicepresidenta argentina esgrimen para perseguir a los periodistas que investigan los hechos de corrupción gubernamental.
En el cierre del conversatorio celebrado como primer actividad en conjunto, desde la Fundación LED nos comprometimos a seguir trabajando en la Red Leal para visibilizar las agresiones y persecución que sufren periodistas de todos los países de la región y en particular los hechos menos visibles, como en nuestro país el de Gabriel Hernández de Formosa, perseguido por el gobernador Gildo Insfrán. El acoso a los periodistas, su persecución y hostigamiento es un indicador del establecimiento de gobiernos de baja calidad democrática en el continente que intentan silenciar a la prensa con un solo objetivo, callar a toda la sociedad. De allí la importancia de trabajar en estas redes de protección y defensa de la libertad de expresión que entre ONGs de 9 países establecimos como la RED LEAL.
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